Por Guillermo Lipis
Así lo afirma un estudio elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Sin embargo, no hay un patrón político común acerca del rumbo que toma ese desencanto juvenil, porque si bien en Colombia, México, Brasil o Chile giró hacia gobiernos de izquierda, en Argentina se volcó al anarco capitalismo con una propuesta alejada del bienestar común.
Las juventudes de América Latina y el Caribe están cada vez más preocupadas por su futuro y lo expresan a través de temas como el cambio climático, el aumento del costo de vida, la alta tasa de desempleo y la decepción que sienten de la democracia como sistema de gobierno.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), esto no significa que haya disminuido su apoyo a este sistema de la vida política, sino que buscan tipos de gobernanzas más radicales que propongan cambios más drásticos y vertiginosos.
«Mientras que los adultos y las generaciones mayores han recuperado algo de confianza en la democracia tras la pandemia, los jóvenes siguen desilusionados«, informó el PNUD en un estudio que es coincidente, por ejemplo, con un informe desarrollado por el Barómetro de Open Society.
Esta organización realizó encuestas en 30 países y determinó que «la edad desempeña un papel importante en la formación de actitudes hacia la gobernanza democrática. Entre las personas de 18 a 35 años, solo el 57% expresó una preferencia por la democracia frente a otras formas de gobierno, en comparación con el 71% entre las personas mayores de 56 años».
Estas cifras, a pesar de ser desilusionantes, «no significan que las personas hayan perdido su fe en la democracia». De hecho, los resultados del Latinbarómetro 2023 expusieron que el 66% de las personas cree que la democracia, a pesar de sus defectos, sigue siendo la mejor forma de gobierno, aunque muchos perciben que el sistema no está respondiendo a sus necesidades básicas.
Los jóvenes, entre el desencanto y nuevas búsquedas
En declaraciones a La Patriada Web, Pablo Vommaro, docente e investigador de la Universidad de Buenos Aires (UBA), CONICET y CLACSO, en la Argentina se vive «una situación ambivalente de descontento, malestar y desencanto con algunos modelos y caminos que se fueron recorriendo en los últimos años», advierte a La Patriada Web.
La Patriada Web: ¿Qué está buscando hoy la juventud? ¿Qué tendencia aparece?
Pablo Vommaro: Hay un discurso más individualista que cala para tratar de alcanzar un éxito inmediato. Y por éxito se entiende, en este caso, un éxito económico; hacer dinero pronto. Por eso aparece todo el tema de las apuestas en línea, que es un gran problema entre los más jóvenes. O surgen los nuevos modelos aspiracionales como ser influencer o el carry trade. Algo se rompió, se desestructuró y se desarmó, entonces hay una búsqueda de otras posibilidades.
La Patriada Web: Si pensamos en la década del 60, y de ahí para adelante, siempre hubo desencantos, pero la búsqueda iba por un camino de lo colectivo como el Mayo Francés, el Cordobazo, el peronismo, los Montoneros. Había una búsqueda que rescataba el concepto de lo social. La alternativa, ahora, parece ser el individualismo desde la militancia anarco capitalista.
Pablo Vommaro: Sí, hay un discurso individualista, un sálvese quien pueda si lo comparamos con los años 60 o 70. Pero no es nuevo porque, de algún modo, se viene gestando desde los 90; tuvo continuidad con el discurso meritocrático macrista y en algunos sectores del campo popular.
La Patriada Web: ¿Usted ve el origen de todo esto en el menemismo?
Pablo Vommaro: Exactamente. Comienza a gestarse en los 90 con el menemismo y, sin dudas, tiene continuidad en los 2000, aun en el período kirchnerista, y se revigoriza con Mauricio Macri. Ese discurso meritocrático es individualista porque tu esfuerzo es lo que te hace merecedor, o no, de un derecho, una política pública, un plan social o un subsidio. Junto a otros investigadores pensamos que uno de los objetivos más fuertes que tiene Javier Milei es destruir lo colectivo, lo público más allá de del Estado. Destruir los espacios de sociabilidad colectivos y de asociatividad, de juntarse con otros. Aunque, paradójicamente, muchas juventudes que adhieren a Milei forman un partido político que no deja de ser autoritario aunque sea ultra libertario. No deja de ser un espacio colectivo, pero con lógicas individualistas, excluyentes y competitivas.
La Patriada Web: ¿Qué ayudó a visibilizar el gobierno de La Libertad Avanza?
Pablo Vommaro: Visibilizó una realidad que se venía gestando desde hace varios años relacionada a esa competencia individualista del sálvese quien pueda, de un éxito inmediato asociado lo económico; hay que tener mucho dinero aquí y ahora. Si ese dinero me lo da una apuesta en línea, que me lo dé. Si me lo da hacerme agente financiero, que me lo dé. Si me lo da trabajar con criptomonedas o ser influencer, producir contenidos para YouTube o redes sociales… Siempre tiene que ver con una salvación individual. Todas estas vertientes son una suerte de paroxismo, de una exageración de lógicas meritocráticas vinculadas con el emprendedurismo y el mentoreo.
La Patriada Web: Parece que todo se está disgregando. ¿Qué más hay del otro lado?
Pablo Vommaro: Esto lleva, sin dudas, a una destrucción de lo colectivo y lo público. El Estado va a persistir porque, por más discurso antiestatal que tenga Milei, no se va a destruir porque el propio gobierno lo necesita para endeudarse. Este discurso meritocrático horada, degrada, daña, pero no es que mañana no va a haber Estado porque así no se gesta el capitalismo. No hay posibilidad de un capitalismo sin un mercado de valores, sin un Banco Central, sin un préstamo. Estamos en un momento en el que los Estados nacionales están redefiniéndose en sus funciones y roles. Por un lado, está el ataque de «el gran capital», que quiere Estados que existan, pero lo más débiles posibles. Y hay toda una serie de flujo de capitales que va más allá de los Estados y hasta los pueden poner en jaque. Hay un asedio a los Estados nacionales desde el gran capital y desde el capitalismo financiero contemporáneo.
Un escenario abierto
Vommaro insiste en que los jóvenes no defienden menos la democracia porque se hayan convertido en autoritarios, sino porque la democracia no solucionó sus problemas, no satisface sus realidades y cada vez es más una entelequia. «Cada vez más los discursos que defienden un statu quo son leídos como la defensa de algo que los deteriora y precariza. Hoy el Estado es políticamente cómplice por acción u omisión de una situación de precarización laboral, territorial, educativa, vincular, afectiva y emocional de las nuevas generaciones», asevera.
De hecho, si bien toda la población, pero en particular en las nuevas generaciones, «todos los indicadores vinculados a empleo, territorio, salud, vivienda o suicidio juvenil han empeorado en los últimos años. Y no hablo solamente de Macri, Alberto Fernández o Milei, sino de los últimos 20 años. Es decir que atraviesa a varios gobiernos».
Vommaro, doctor en Ciencias Sociales, profesor de Historia y uno de los coordinadores del Grupo de Estudios de Políticas y Juventudes de la UBA, «los discursos que defienden la democracia, el Estado y los derechos son pocos seductores para las juventudes porque entienden que es como estar defendiendo el statu quo que los llevó a tener, como única posibilidad laboral, trabajar en Rappi y estar pedaleando 14 horas por día”.
La Patriada Web: Sin embargo, estos son los pibes que también sostienen su apoyo a Milei.
Vommaro: Ante la imposibilidad de un discurso que los seduzca, aparece Milei planteando una solución fácil e individualista que depositó la culpa de todos los males en un grupo definido como la casta. Lo que me pregunto es por qué ese discurso cala entre ciertas juventudes. Y creo que es porque lo ven como una posibilidad de conmocionar lo que está. Milei aparece diciendo que va a destruir todo, que todo está mal y que cada vez será peor. Fue el que en la campaña dijo que sabía que todo estaba mal; el resto lo justificaba en la pandemia o en la sequía. Milei, en cambio, propuso un cambio para estar mejor. Cuando trabajo con grupos juveniles focales el enojo se ve muy radicalizado y es mucho más transversal de lo que se cree. No digo que haya que justificarlo resignadamente, pero sí entenderlo y analizar esas causas que están muy relacionadas a la precarización, la degradación, el deterioro y el fracaso de experiencias políticas anteriores. Si las nuevas generaciones están buscando un cambio, todo lo que les proponga mantener lo logrado lo van a mirar con desconfianza. En Argentina, hemos tenido la mala suerte de que este proceso de cambio se lo apropió la derecha. Pero también hay que entenderlo como la expresión de un proceso político que no sabemos cómo continuará. En Colombia se enroló con Gustavo Petro; en Chile, con Gabriel Boric, y en Brasil, con Lula da Silva. Acá, el cambio lo encaró la derecha con Cambiemos, o sea que le regalamos el cambio a la derecha… En Argentina pueden desencantarse, si ocurre, cuando Milei no cumpla con los resultados prometidos.
La Patriada Web: ¿Y en ese caso a qué proyecto se dirigirían?
Pablo Vommaro: No lo sé. Buscarán algo alternativo y superador. Cuando en México desapareció el PRI, apareció Morena como una fuerza alternativa que nadie veía y que ya va por su segundo gobierno. Quiero decir que no necesariamente se volverá a las alternativas anteriores, sino que puede aparecer una tercera o cuarta fuerza, y tampoco sé si tenderá necesariamente a lo colectivo porque también hay una suerte de historia pendular. Creo que es tal el desencanto y el enojo que aún hay cierta esperanza de que Milei cumpla con lo que prometió. Por ahora, con lo único que cumplió es con la baja de la inflación, pero a costa de pobreza, desempleo y recesión. Todavía no ha dolarizado y ya se está hablando de una reforma laboral regresiva con tickets canasta y el aumento de las horas laborales. La realidad material va a ir haciendo que el apoyo se vaya deteriorando. Y, sin dudas, también tendrá que haber una construcción política seductora y alternativa del otro lado.
Vommaro considera que se desfondaron todos los relatos que no sean anarcocapitalistas, de ultraderecha y autoritarios. «Hoy, en Argentina, el único relato que hace cierto sentido a nivel social es el que Milei enarbola. Pero no sabemos cuán efímero es», sostuvo.
¿Qué se impondrá en el futuro? ¿Qué fuerzas políticas volverán a interpelar a las juventudes desde un colectivo y no desde un sálvese quien pueda? No lo sabemos. Para Vommaro «es un escenario abierto».