Ene 15 2025
Ene 15 2025

Caso Pelicot: la Justicia francesa declaró culpables a los 51 acusados e impuso 20 años de prisión al marido por violación

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Gisèle Pelicot, de 72 años, es ya un símbolo feminista a nivel global, al decidir que el juicio fuera público. Se ha convertido en una de las mujeres más influyentes del año.

El juicio por las violaciones y agresiones contra Gisèle Pelicot finalizó este jueves en la ciudad francesa de Aviñón con una condena de 20 años para el principal acusado, Dominique Pelicot, el esposo de la víctima, y penas en general menores a lo pedido por la Fiscalía para sus 50 cómplices, todos ellos declarados culpables.

Dominique Pelicot, de 72 años, deberá cumplir al menos dos tercios de su condena entre rejas, pero después tendrá la oportunidad de acceder a la libertad condicional, informó la agencia de noticias EFE.

Las penas menos severas ascendieron a tres años y el total de las condenas para los 51 acusados ascendió a algo más de 400 años de encarcelamiento, una cifra significativamente inferior a los 652 años que sumaban las penas reclamadas por la Fiscalía.

Después de la del propio Pelicot, la pena más amplia fue para un hombre de 63 años que llegó a ir hasta seis veces al domicilio de la entonces pareja en la pequeña localidad de Mazan (próxima a Aviñón), para violar a la víctima. A él se le castigó con 15 años, tres menos de los que reclamaba la Fiscalía.

Otro de los acusados principales en este juicio, Jean-Pierre Maréchal, un hombre acusado de replicar junto a Dominique Pelicot sus métodos de sumisión química con su propia esposa, fue condenado a 12 años frente a los 17 solicitados por la acusación pública.

Además, seis de los acusados quedarán en libertad, ya sea porque las penas están exentas de cumplimiento en la cárcel o porque ya han cumplido parte de ellas en detención provisional.

Descontento por las penas

Esas diferencias, unida a que varios de los condenados no deberán ingresar en prisión, desató inmediatamente el disgusto de los cientos de personas que se habían apostado desde primera hora para seguir el juicio y respaldar a la víctima.

«Vergüenza de Justicia«, gritaron muchos de los presentes, la mayoría de ellos mujeres, que se sumaron a las convocatorias de las asociaciones feministas francesas que han estado acompañando este proceso durante algo más de tres meses.

Gisèle Pelicot, por su parte, no hizo hasta el momento declaraciones a las decenas de periodistas presentes en Aviñón para escuchar la sentencia.

El caso Pelicot

Gisèle Pelicot, de 72 años, fue violada durante una década por decenas de hombres a los que su marido, que la drogaba con fuertes cantidades de medicamentos, invitaba para que abusaran de ella mientras estaba inconsciente.

Los que participaron eran hombres de edades entre 27 y 74 años, de todas las clases sociales y profesiones, como bomberos, camioneros, periodistas, enfermeros, militares o también jubilados.

La trama de su exmarido, de la que ella no era en absoluto conocedora, fue descubierta en 2020 después de que Dominique Pelicot fuera detenido por filmar debajo de las faldas de mujeres en un supermercado.

Las agresiones y violaciones fueron registradas en video y foto por el exesposo de la víctima, unos documentos que sirvieron como prueba en este juicio y que permitieron identificar a la mayor parte de sus cómplices, si bien se estima que hay al menos una veintena más de participantes.

A Dominique Pelicot, además, también se le encontraron imágenes íntimas, registradas sin consentimiento, de su hija y de su nuera.

Gisèle Pelicot, símbolo feminista a nivel global

Gisèle Pelicot, de 72 años, es ya un símbolo feminista a nivel global, al decidir que el juicio fuera público «para que la vergüenza cambie de bando». De hecho, se ha convertido en una de las mujeres más influyentes del año y miles de personas en todo el mundo se han manifestado por ella y por las víctimas de violación.

En la pequeña ciudad de Aviñón, de hecho, es parada constantemente por ciudadanos, especialmente mujeres, que la animan a seguir su lucha, que pasa también por un cambio legislativo para que el consentimiento sea el elemento central de toda relación sexual entre dos personas, como ya ocurre en países como España.

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