Una mirada teatral de las obras que sacuden y conmueven
Por Sergio Gusenko
¿Cómo representar aquello convertido en un mito? ¿Cómo abarcar la construcción de un mito? La Madre del desierto ¿es una crónica de la separación? ¿de un identidad perdida?, ¿todo sacrificio es necesario?
Lo primero que debo decir es que la representación está alejada del naturalismo o el costumbrismo. La dirección decide con firmeza otro camino apelando al juego teatral que despliega con eficacia los sucesos que conllevan al inevitable destino.
Alejandra Flechner ejecuta con todos los recursos expresivos un texto complejo con su cadencia sonora, su canto y sus movimientos, acompañada de músicos en vivo.
La Madre del desierto también deja resonancia en aquellos que vienen bajando con su belleza y fragilidad, como un grito de denuncia.
La madre del desierto puede verse todos domingos de agosto en el Galpón de Guevara. Localidades en este link.