El juicio al falso abogado D’Alessio se reanudó con la lectura de la acusación fiscal por extorsión y lavado.
El juicio al detenido falso abogado Marcelo D’Alessio, que comenzó el pasado 12 se septiembre, se reanudó hoy con la lectura de la acusación fiscal en su contra, basada en los intentos de extorsión a empresarios para no involucrarlos en causas judiciales y en maniobras de lavado de activos.
Poco antes del inicio de la audiencia en los tribunales federales de Retiro, uno de los acusados, el empresario Aldo Eduardo Sánchez, tuvo una descompensación cardíaca; fue atendido en la enfermería y luego debió ser trasladado a un centro asistencial.
Poco después, el Tribunal Oral Federal número 8 dio inicio a la tercera jornada del debate con la lectura de la acusación fiscal a D’Alessio, presente en la sala de audiencias.
En el requerimiento de elevación a juicio de la fiscalía se dio por probado que el falso abogado y otro grupo de acusados efectuaron maniobras de lavado de dinero como parte de la actividad de la asociación ilícita investigada.
Estas actividades quedaron al descubierto al peritarse el teléfono celular de D’Alessio, donde tenía un grupo de WhatsApp llamado «Grupo Buenos Aires», integrado por los ahora acusados junto con él por estas maniobras de blanqueo de dinero ilegal para terceros, por las cuales percibían una comisión, según la causa judicial.
«Esta organización criminal funcionó al menos desde el 20 de marzo al 11 de diciembre de 2018 y llevó a cabo operaciones financieras internacionales varias veces millonarias en dólares estadounidenses o euros con fondos de origen ilícito, que se pretendía disimular con un esquema diseñado para ingresar el dinero en el mercado legal y dificultar su trazabilidad», se leyó en la audiencia en relación a la acusación fiscal.
Todo ello «a cambio de una comisión» para D’Alessio y los restantes acusados por este delito, según se indicó en el requerimiento del Ministerio Público.
La lectura de la acusación incluyó los casos de empresarios extorsionados por los ahora juzgados, como Roberto Porcaro, en una maniobra en la cual D Alessio y el ex comisario bonaerense Anibal Degastaldi, junto a dos ex agentes de la Agencia Federal de Inteligencia «obtuvieron información de modo ilegítimo».
Ello ocurrió durante 2018 y hasta febrero de 2019 e incluyó el uso de un «drone» que «capturó imágenes de viviendas y empresas relacionadas y que pretendieron vincular a Porcaro en Necochea».
Otro caso fue el de Mario Cifuentes, a quien D’Alessio exigió el pago de 1.200.000 dólares para no involucrarlo en el llamado «caso Cuadernos».
En la causa consta que «invocó vínculos con el Poder Judicial y otras personalidades públicas, se presentó como delegado de la DEA en Argentina y experto tributarista» y decía al empresario que «había una causa ‘negra’ en la que se podía ordenar su detención en el juzgado» del ya fallecido juez Claudio Bonadio.
D’Alessio le decía, según la acusación, que «se reuniría con el juez de la causa en el hotel Four Seasons, y le dijo que un millón era para el magistrado». Además «le aseguró que trabajaba para Patricia Bullrich, por entonces ministra de Seguridad», se consignó en el requerimiento fiscal.
En el juicio están acusados D’Alessio, los ex comisarios Ricardo Bogoliuk y Aníbal Degastaldi, el ex espía Rolando Barreiro; Mariano Díaz, que actuaba como supuesto guardaespaldas del falso abogado- y también se juzga a los empresarios Aldo Eduardo Sánchez, Pablo Leonardo Bloise y Marcelo Patricio González Carthy de Gorriti, en relación a las maniobras de lavado de dinero.
El Tribunal está integrado por las juezas Gabriela López Iñiguez, Sabrina Namer y el juez Nicolás Toselli y el fiscal es Marcelo Colombo.
Fuente: Télam.