Una mirada teatral de las obras que sacuden y conmueven
Por Sergio Gusenko
Muy pocas veces sucede la complicidad desde comienzo de una obra.
Andrea Garrote interviene el espacio de un aula de la universidad pública para divulgar la obra del francés Michel Foucault, filósofo del siglo XX, investigador de las cárceles y el hospital, pensador del vínculo entre el saber, el poder y la locura de nuestra sociedad.
Ahí echa mano su oficio, se hace cargo del texto con sus silencios, con sus miradas, y despliega con intensidad un monólogo que la evoca como una nadadora en aguas abiertas.
Se destacan las situaciones donde su personaje, Claudia Pérez Espinosa, construye un relato íntimo y visceral donde el destino que conduce al sufrir no se puede modificar… hasta en momentos de teatralidad como el olvido de la pollera o en la terraza
Pundonor conecta con un rito pagano, en tiempos devorados por información y redes sociales, creando momentos para un espectador orgánico que cruza al templo de Guerrin y celebra con una muzza y una faina.
