Por Bárbara Komarovsky
Argentina recuerda hoy a las víctimas del ataque terrorista cometido contra la mutual judía el 18 de julio de 1994. La referente de la agrupación Memoria Activa, que sufrió aquel día la muerte de su pareja, criticó la impunidad del caso y, en una entrevista con La Patriada Web, expresó la necesidad de que se esclarezca.
A las 9:53, la agrupación Memoria Activa se manifestará hoy frente a la Plaza Lavalle, en el centro de Buenos Aires, al conmemorarse 30 años del atentado a la AMIA, que causó 85 muertos, más de 300 heridos y ningún condenado por la Justicia argentina. «Hace 30 años decimos lo mismo porque en 30 años no cambió nada”, rezó la convocatoria de la agrupación al acto de esta mañana.
En una entrevista con La Patriada Web, Diana Malamud, referente de la asociación civil que reúne a familiares de las víctimas del ataque terrorista, recordó que los primeros encuentros de aquellas personas colmadas de tristeza y estupor, se llevaron a cabo en la Plaza Lavalle, frente a los Tribunales porteños, apenas dos semanas después del atentado con el objetivo de que la voladura de la mutual no quedara impune como había pasado con el perpetrado contra la Embajada de Israel, en Buenos Aires, cometido solo dos años antes, el 17 de marzo de 1992, que dejó 29 muertos y decenas de heridos.
El grupo que impulsó los actos frente al llamado Palacio de Justicia, donde a mediados de los 90 funcionaban los juzgados federales -hoy en los edificios de Comodoro Py– acordó desde el inicio que fueran abiertos a quienes quisieran participar.
«La comunidad judía siempre hacía cosas a puertas cerradas por miedo al antisemitismo, por miedo a que nos mataran”, dijo Malamud, que sufrió la muerte de su pareja en el atentado, con respecto de ese cambio de paradigma. Durante 10 años se reunieron todos los lunes a las 9:53, el horario de la explosión.
Con el tiempo también se constituyeron otras agrupaciones de familiares además de Memoria Activa. El momento de inflexión llegó cuando decidieron convertirse en querellantes en la causa, en una acción judicial independiente de las instituciones de la comunidad judía: querían tomar sus propias decisiones sobre el rumbo del caso.
El acto por el tercer aniversario del atentado, en 1997, marcó un quiebre en la relación de los familiares con la dirigencia de la AMIA y DAIA. Allí, en el escenario montado frente al edificio de Pasteur 633, Laura Ginsberg -que sufrió la muerte de su pareja en el atentado- pronunció el histórico discurso “Yo acuso”, que denunció las irregularidades cometidas en la investigación.
“Yo acuso al gobierno de Menem y Duhalde de consentir la impunidad, de consentir la indiferencia de los que saben y callan, de consentir la inseguridad, la impericia y la ineptitud”, dijo Ginsberg aquel día.
En el palco la rodeaban dirigentes de la comunidad judía y, a unos metros, estaban las primeras líneas del gobierno del entonces presidente Carlos Menem, entre ellos Carlos Corach, entonces ministro del Interior, fuertemente repudiado por los presentes. Luego del discurso de Ginsberg, dirigentes comunitarios fueron a pedirle disculpas a Menem.
Ante la falta de justicia en el ámbito local, Memoria Activa acudió a los tribunales internacionales. A fines de los 90, con el patrocinio del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la agrupación de familiares denunció al Estado argentino ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por el atentado a la AMIA.
El 14 de junio último, dicha Corte condenó a la Argentina por la violación del derecho a la vida ante la falta de prevención, no investigar debidamente el atentado ni el encubrimiento, violar el derecho a la verdad histórica y el derecho a la información y por sus responsabilidades en el encubrimiento. La Corte también ordenó una reforma legal que regule el ingreso y el uso de información de inteligencia como prueba en causas judiciales.
“Con este fallo, la Corte Interamericana le dio la razón a Memoria Activa. Pasaron 25 años para que nos dijeran lo que ya sabíamos: que teníamos razón. En este fallo, además de sancionar al Estado, se ordenó un seguimiento del caso con medidas de cumplimiento efectivo: en un año el Estado debe informar qué hizo al respecto”, explicó Malamud, integrante de la agrupación junto a otros familiares, entre ellos Adriana Reisfeld, cuya hermana Noemí fue asesinada en AMIA.
La Patriada Web: ¿El fallo de la Corte Interamericana le genera alguna expectativa respecto a lo que pueda hacer la Justicia argentina?
Diana Malamud: Yo no tengo muchas expectativas de nada. Es muy difícil. Siempre fuimos criticados porque hicimos hincapié en el tema del encubrimiento y los encubridores. Es lo que tenemos. No es que no nos haya importado quién puso la bomba, pero los encubridores también tienen que pagar por lo que hicieron. Esperar algo de la Justicia es difícil; en lo personal, no espero nada y menos después de 30 años.
La Patriada Web: ¿Cómo evalúa el rol de la Justicia en estas tres décadas?
Diana Malamud: Creo que la Justicia y el Estado argentino, en general, han sido un fracaso estridente y terrible no solo en esta causa. El encubrimiento tiene muchas aristas: una de las más importantes es que se sabía que el atentado iba a ocurrir. Hubo muchísimas alertas y nos enteramos tiempo después. Estamos hablando desde el ex presidente Menem hasta los dirigentes de la comunidad judía que estaban esa mañana reunidos en Radio Jai haciendo quién sabe qué. Es muy sospechoso. También había que encubrir que la misma noche del atentado se tomó la decisión de que Irán fuera el responsable de la voladura con un telefax que mandaron desde Israel. Es como cuando uno tiene un problema, que primero quiere tener el resultado y después ve cómo llega al resultado, ¿no? Bueno, todo lo demás queda en el camino volteado. Eso pasó con la causa AMIA.
La Patriada Web: Días atrás el Gobierno anunció que enviaría al Congreso un proyecto de ley de juicio en ausencia para juzgar a los ciudadanos libaneses e iraníes señalados como responsables del atentado a la AMIA. ¿Cómo analiza esa medida?
Diana Malamud: El juicio en ausencia ya se intentó otras veces. Cada 18 de julio los distintos gobiernos hacen algún aviso. Es más de lo mismo: es una puesta en escena, un fuego artificial.
La Patriada Web: Más allá de este anuncio, ¿cree que en algún momento habrá alguna posibilidad de llegar al menos a indagar a estos imputados?
Diana Malamud: No creo. No me parece que en la Argentina sea prudente el juicio en ausencia, porque tenemos una Justicia tan desastrosa que ni siquiera da garantías cuando el juicio es en presencia, menos lo haría en ausencia. La Justicia nos ha demostrado lo peor de lo peor, con lo cual es muy difícil creer que un juicio en ausencia pueda ser justo. Por otro lado, días atrás estuvimos con el fiscal Sebastián Basso y le preguntamos por las pruebas que tiene para ir a un juicio en ausencia y nos respondió que tal vez pueda hacerlo contra dos de los imputados.
En 2006, la Justicia argentina dictó órdenes de captura internacional contra nueve ciudadanos acusados como autores intelectuales del atentado e Interpol activó las circulares rojas contra cinco de ellos, pero aún no se logró que los imputados se presenten ante el juez y el fiscal de la causa.
La Patriada Web: ¿Qué opinión tiene del trabajo que hizo el ex fiscal Alberto Nisman al frente de la investigación desde 2005?
Diana Malamud: Fueron diez años que se desperdiciaron. Un tiempo que podría haber traído un poco de justicia.
La Patriada Web: ¿Cuál fue su propio recorrido desde ese 18 de julio de 1994 hasta convertirse en una de las referentes de Memoria Activa?
Diana Malamud: Creo que, principalmente, soy una víctima y me costó muchos años reconocerme como tal. Mi vida y la de mi familia quedó atravesada por el atentado a la AMIA de un modo imposible de separar: los últimos 30 años estuve muy dedicada a la búsqueda de justicia y de verdad. Yo sentí siempre que era como un desafío y una necesidad de mi parte darles a mis hijas una respuesta. La que les puedo dar es horrible, pero al menos debo buscarla.