El mes de agosto se ubica como el segundo más cálido después de 2016, señala un informe de la UE. El secretario de la ONU advirtió que el «colapso climático ha comenzado»
Las temperaturas medias durante los tres meses del verano boreal fueron las más elevadas desde que se tiene registro, advirtió el grupo de expertos sobre cambio climático Copernicus de la Unión Europea, que estimó que el 2023 será probablemente el año más caluroso de la historia mundial.
«El colapso climático ha comenzado», lamentó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, respecto del informe difundido por Copernicus, en un comunicado.
«Nuestro clima está implosionando más rápido de lo que podemos hacer frente, con fenómenos meteorológicos extremos que afectan a todos los rincones del planeta», alertó el diplomático portugués.
Este verano boreal (junio, julio y agosto), Asia, Europa y América del Norte, fueron azotados por canículas (períodos del año en que es más fuerte el calor), sequías, inundaciones o incendios, en proporciones dramáticas y a veces inéditas, con pérdidas de vidas humanas y grandes daños en las economías y el ambiente.
También se vio afectado el hemisferio sur, con récords de calor en los mismos tres meses, en pleno invierno austral.
«La estación junio-julio-agosto 2023 fue por lejos la más cálida jamás registrada en el mundo, con una temperatura media mundial de 16,77 °C», afirmó Copernicus.
La cifra representa 0,66 °C por encima de la media en el periodo 1991-2020, que ya registró una suba de las temperaturas medias del planeta debido al calentamiento climático causado por la actividad humana; y dos décimas superiores del récord de 2019.
Según Copernicus, julio fue el mes más cálido jamás registrado y agosto se convirtió en el segundo, y en lo que va del año, la temperatura media del planeta está «solo 0,01 °C por detrás de 2016, el año más caluroso jamás registrado».
Sin embargo, según las previsiones y el regreso en el océano Pacífico del fenómeno climático de El Niño, conllevará más calentamiento.
«Teniendo en cuenta el calor en exceso en la superficie del océano, es probable que 2023 sea el año más cálido que haya conocido la humanidad», declaró Samantha Burgess, jefa adjunta del servicio de cambio climático (C3S) de Copernicus.
La base de datos de Copernicus data de 1940, pero puede compararse con el clima de los milenios anteriores, establecido mediante los anillos de los árboles y los núcleos de hielo, y sintetizado en el último informe de los expertos en cambio climático de la ONU (IPCC).
A partir de esta base, los pasados tres meses «son los más cálidos desde hace alrededor 120.000 años, es decir, desde el principio de la historia de la humanidad», afirmó Burgess.
Pese a los tres años sucesivos de La Niña, fenómeno inverso a El Niño que contrarresta en parte el calentamiento, los años 2015-2022 ya han sido los más calurosos jamás registrados.
El sobrecalentamiento de los océanos, que siguen absorbiendo 90% del calor en exceso provocado por la actividad humana desde la era industrial, tiene un papel crucial en el proceso. Desde abril, su temperatura media de superficie registra niveles de calor inéditos.
«Del 31 de julio al 31 de agosto», esa temperatura «incluso ha superado cada día el anterior récord de marzo de 2016», según los especialistas, que alcanzó el umbral simbólico inédito de 21 °C, muy por encima de todos los valores registrados.
«El calentamiento de los océanos conlleva el de la atmósfera y un aumento de la humedad, lo que provoca precipitaciones más intensas y un aumento de la energía disponible para los ciclones tropicales», advirtió Burgess.
Este sobrecalentamiento también afecta a la biodiversidad, dado que «hay menos nutrientes en el océano y menos oxígeno», lo que amenaza a la supervivencia de la fauna y la flora, agregó la especialista.
Los humanos y los seres vivos también se ven amenazados por la contaminación atmosférica, agravada por los incendios y las olas de calor cada vez más intensas y frecuentes, advirtió, en paralelo, la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
«Las olas de calor empeoran la calidad del aire, con efectos en cadena sobre la salud humana, los ecosistemas, la agricultura y, de hecho, nuestra vida cotidiana», declaró el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
Asimismo añadió que «el cambio climático y la calidad del aire no pueden tratarse por separado. Van de la mano y deben abordarse juntos».
Según el informe, los efectos de la contaminación resultante de las altas temperaturas a menudo se pasan por alto, pero son igualmente perniciosos.
Fuente: Télam