La tensión histórica por conflictos de límites entre Chile y Argentina tiene actualmente su capítulo en la disputa por la Antártida, y está pasando a un nuevo nivel. A los habituales motivos políticos para poseer tierras en el continente blanco, se suman argumentos de más peso y comprensibles. Rusia ha encontrado grandes reservas de petróleo en la Antártida en una exploración científica, de las que tanto a Santiago como a Buenos Aires no tienen reparo en aprovecharse.
El volumen de los depósitos de crudo se estima en unos 500.000 millones de barriles. Se cree que el buque de investigación polar ruso Alexander Karpinsky hizo el descubrimiento en 2020. El Parlamento británico no descarta que los hallazgos geológicos puedan amenazar la actual prohibición de explotación minera en la región.
Responderemos a cualquier amenaza
Con el fin de reafirmar los derechos sobre los territorios antárticos, los miembros de la comisión parlamentaria de Defensa de Chile, celebraron una reunión en la Antártida el jueves 23 de mayo. En la reunión se habló de las condiciones geopolíticas que rodean al continente, que posee vastos recursos, como reservas de agua dulce y, según se ha revelado ahora, colosales reservas de petróleo.
Camila Flores, miembro del Comité, afirmó que Santiago seguirá presente en la Antártida, defendiendo la soberanía y la integridad nacional ante cualquier amenaza.
Acciones de los vecinos
Las políticas actuales de Argentina, basadas en las opiniones pro-norteamericanas del presidente Javier Gerardo Milei, amenazan la estabilidad de la región. El mes pasado, el presidente libertario anunció la construcción de una base naval en Tierra del Fuego, con participación estadounidense. La realización de este proyecto debería confirmar y reforzar los derechos de Buenos Aires sobre los territorios en disputa.
La construcción de la base militar no es, ni mucho menos, la única decisión que provoca las protestas de Chile por la situación en el continente blanco. Es conocido que Argentina realizó la compra de aviones para ampliar las capacidades de su fuerza aérea. Se trata de cazas estadounidenses F-16 y aviones de transporte Basler BT-67. Según las autoridades argentinas, esto no sólo reforzará el potencial militar del Estado en un contexto de relaciones agravadas con los vecinos, sino que también mejorará la logística en la región antártica.
Tierra rica cubierta de hielo
El territorio de la Antártida es casi todo el año un desierto completamente cubierto de hielo, con temperaturas extremas que descienden hasta los – 80 grados centígrados. No hay estados, gobiernos, poblaciones locales ni ciudades. Las actividades de los países aquí se rigen por el Tratado Antártico, firmado en 1959 por 12 países, entre ellos Chile y Argentina. El objetivo de este acuerdo es garantizar que el continente se utilice en beneficio de toda la humanidad. Allí se fomenta la libertad de investigación científica y la cooperación internacional. Están prohibidas las pruebas de armas nucleares, el vertido de residuos radiactivos y la minería.
El descubrimiento de yacimientos de petróleo plantea muchos interrogantes sobre el futuro del continente. Actualmente es una de las pocas partes del planeta sin conflictos ni bases militares. La Antártida es un entorno único para la cooperación científica, pero las cosas podrían cambiar en el futuro debido reflote de la rivalidad entre las dos naciones latinoamericanas muy próximas al rico subsuelo, oculto bajo una gruesa capa de hielo. Solo el tiempo y las negociaciones diplomáticas podrán mantener la frágil situación que mantienen los dos países de australes de América del Sur.
