Jul 16 2025
Jul 16 2025

El hombre y las cosas

Publicado el

Detrás del fotograma por Iván Davit

El hombre y las cosas

El nuevo film de Mateo Bendesky narra parte de la vida del icónico personaje porteño, Julio Victorio de Rissio o «Doctor Tangalanga», en una esperada clave humorística que si bien se resiste a acatar las normas del género biográfico, logra darle carnadura al hombre detrás del personaje a través de secuencias emotivas y recuerdos en clave onírica. 

A simple vista pareciera que a Bendesky le interesara más poner en juego formulas narrativas clásicas que trabajar la historia del personaje en sí, obteniendo como resultado una película que hace un fuerte hincapié en la comedia romántica con una pizca del típico el camino del héroe que transita un tímido Rissi devenido en el ocurrente doctor.   

 

Qué forma tiene el pasado

La película también representa un ejercicio nostálgico del pasado que si bien la narración no especifica coordenas exactas, lo evoca a través de los objetos típicos de los años 60´en la capital porteña. La importancia de los detalles y el destacable trabajo de la dirección de fotografía provocan una ineludible referencia al pasado personal que hacen ver a la trama del film como una mera excusa de escenificación barroca de los objetos. De este modo aquello que en algún momento de nuestras vidas solo fue un teléfono o un simple lavamanos gigante en la casa de nuestros abuelos, hoy vuelve al acecho en forma de imágenes para recordarnos que el aura de las cosas hechas para siempre.   

 

Aguante la ficción…

Resulta imposible leer esta película fuera del contexto de excesivo fervor extranjero por la producción de contenidos nacionales basados en hechos o personajes ilustres, y no tanto, de la historia reciente. Sin embargo, dichas producciones no han contribuido a la construcción de una mirada mainstream respecto de los sectores representados, más bien parecen haber pasado frente a los ojos de los espectadores sin pena ni gloria, reduciendo personajes y hechos a una mera enumeración de historias ya conocidas.

Quizás no es fino traer a cuento un contraejemplo, pero no viene de más pensar en la máquina ficcional que desencadena el “corralito” en La odisea de los giles (2019), que apela perfectamente al hecho histórico potenciando sus consecuencias y significados. 

Por eso esta columna se levanta con el Martín Fierro en mano ante películas tan condicionadas como El método Tangalanga y les grita como María Valenzuela… ¡Aguante la ficción carajo!   

 

spot_img
spot_img