Distintas organizaciones civiles dieron a conocer las cifras de femicidios en la Argentina. El Observatorio «Marisel Zambrano», que pertenece a la Asociación Civil La Casa del Encuentro, y la organización MuMaLá-Mujeres de la Matria Latinoamericana, señalaron como uno de los puntos más alarmantes, entre otros, que el porcentaje de femicidios aumentó alrededor de un 50% en este mes, en comparación con septiembre.
Según La Casa del Encuentro, la cantidad de crímenes vinculados al género pasó de 20 hechos ocurridos en septiembre, a 36 que tuvieron lugar en octubre; mientras que MuMaLá registró 27 femicidios, lo que significó un incremento de 12 casos en relación al mes anterior, de acuerdo a sus registros.
El Observatorio ‘Ahora que si nos ven’ también brindó cifras, elaboradas a partir del análisis de medios gráficos y digitales de todo el país. Desde el 1 de enero al 31 de octubre de 2022 se relevaron 212 femicidios, 144 femicidios íntimos de mujeres y 68 femicidios vinculados, y señalan con alerta: en octubre, hubo 1 femicidio por día.
«A días de un nuevo 25 de noviembre, cuando se conmemora el día Internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres, las estadísticas del observatorio alertan sobre la realidad de las mujeres y exige una pronta respuesta del Estado», manifestaron.
Intentos de femicidio y reincidencia
En lo que va de 2022, ‘Ahora que si nos ven’ relevó 151 intentos de femicidios y 30 intentos de femicidios vinculados, es decir, casos de violencia machista donde no terminaron con la muerte de la víctima. En muchos de los casos, desde 2015, el observatorio registró agresores que reinciden, y en algunos casos, concretan ese hecho en un femicidio.
Compartir la vivienda con el agresor
Tanto desde el observatorio Ahora que si nos ven, como el de MuMaLá y Casa Encuentro, señalan que más del 60% de los femicidios ocurrió en la vivienda de la víctima, que en muchas ocasiones comparte con el agresor.
Las organizaciones manifestaron que esto refleja que las mujeres están más expuestas a la violencia dentro de los hogares y aleja el mito que afirma que la calle es el territorio más peligroso para las mujeres (según MuMaLá, solo el 11% de los femicidios ocurrió en la vía pública). En muchos casos, las víctimas de violencia no pueden abandonar sus hogares por tener recursos insuficientes.
Según el INDEC, 63 de cada 100 mujeres se encuentran empleadas. Entre los varones, la relación es 87 de cada 100. Además de tener menos oportunidades en el mercado registrado de trabajo, y a pesar de contar con niveles más altos de educación formal que los varones (entre los 18 y los 24 años, las mujeres presentan una mayor tasa de asistencia al sistema educativo formal que los varones), las mujeres están más propensas a atravesar situaciones de desocupación y subocupación, y además, destinan más horas que los hombres a tareas de cuidado (no remuneradas).
En esa línea, el informe ‘Hacia la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo y Trabajo No Remunerado Documento de trabajo INDEC N° 30 Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC)’, releva que el 84% de las personas en Argentina realiza trabajo no remunerado, un equivalente a más de 5 horas diarias. El informe señala la prevalencia (en términos binarios), de mujeres en la realización de estas tareas: un 92%, frente al 75% de los varones consultados.
Las tareas de cuidado y su distribución desigual de esas actividades no remuneradas es un punto crítico de la desigualdad de género y uno de los motivos por los cuales muchas mujeres quedan atrapadas en situaciones de violencia machista dentro del hogar. Además, a la hora de jubilarse, las mujeres cuentan con menos años de aportes que sus pares varones y recurren a una moratoria en mayor proporción, como consecuencia, esto se refleja en menores haberes jubilatorios y menos herramientas económicas.
¿Quién es el femicida? Ni locos, ni extraños.
Durante 2022, el observatorio Ahora que si nos ven, relevó que en el 61,3% de los casos el femicida era la pareja o ex pareja de la víctima.
A su vez, el 87,7% de los casos fueron perpetrados por familiares (15,1%) y conocidos (11,3%). Es decir, del círculo íntimo de la víctima, donde comparten los espacios de estudio, trabajo, amistad o el hogar, y son personas con quienes hay un vínculo afectivo.
En el 10,8% de los casos no cuentan con información del agresor, pero eso, aclara el informe, no implica que no sea una persona conocida de la víctima.
Uniformados, peligrosos y cómplices
En 9 casos el femicida pertenecía a las fuerzas de seguridad o armadas. En 7 casos el femicida era Policía y en 2 militares. Que los femicidas integren estas instituciones es un factor de riesgo dado que portan un arma de fuego y una posición de poder. De estos 9 casos, 7 femicidios fueron cometidos con un arma de fuego y 2 mediante asfixia.
Debido a esta situación, desde el observatorio Ahora que si nos ven, señalan que es «urgente que se tomen medidas al interior de las instituciones de seguridad para no seguir apañando a los violentos y desproteger a las víctimas de la violencia machista».
En contexto de la situación de las fuerzas de (in)seguridad, en octubre se conoció el caso de Noelia Sosa, una mujer de 30 años de la localidad de Trancas provincia de Tucumán, que el 16 de ese mes fue a la comisaria a realizar una denuncia por violencia de género contra su agresor, Sebastián Balegno. La Policía no le quiso tomar la denuncia porque no estaba el oficial de guardia, y le pidió a la víctima que volviera unas horas más tarde. Noelia se quitó la vida esa misma tarde.
Las organizaciones civiles continúan exigiendo que se implemente correctamente la Ley Micaela en las fuerzas de seguridad y en el Poder Judicial: «como cada mes repetimos que fuerzas de seguridad y Justicia respetuosas de los derechos humanos son una deuda de la democracia», enfatizan desde el observatorio.
Respecto de la conducta de los agresores luego del hecho, hasta el 31 de octubre en 46 de los 212 casos los femicidas se suicidaron luego del femicidio, 45 se dieron a la fuga, 37 intentaron ocultar su autoría y 5 intentaron suicidarse.
Cuando «no es noticia»
«En lo que va del 2022 registramos 9 transfemicidios y travesticidios. Como mencionamos todos los meses, esta cifra está subrepresentada ya que nuestra fuente, los medios de comunicación, no cree noticiable el asesinato de personas del colectivo travesti trans», dicen desde ‘Ahora que si nos ven’, en un reclamo que no es nuevo.
Al igual que otras organizaciones, exigen a los comunicadores y medios que «dejen de expresar su espanto ante casos de violencia y realmente se comprometan” y agregan “un punto más de rating no puede justificar la violencia simbólica hacia las víctimas», a la que suman el reclamo por la «reglamentación de la Ley de Equidad en Medios de Comunicación, aprobada hace un año».
«Para erradicar la violencia machista necesitamos más participación de mujeres y personas trans feministas en los medios», formularon.
En la Argentina, se comete un femicidio cada 22 horas
En referencia al Registro Nacional de Femicidios, Trans – Travesticidios Observatorio «Mujeres, Disidencias, Derechos» MuMaLá, desde el 1ro de Enero al 30 de octubre de 2022 se produjeron 329 muertes violentas de mujeres, travestis y trans; 1 Muerte violenta cada 22hs en Argentina, de las cuales:
196 son Femicidios, femicidios vinculados y trans- travesticidios; 73 muertes violentas asociadas al género, vinculadas a economías delictivas o colaterales y a delitos comunes (tales como robos, ajustes de cuenta, venganza y extorsión); 49 muertes violentas de mujeres están en proceso de investigación; 11 suicidios femicidas; 348 intentos de Femicidios.
El 57 % de las víctimas tenían hijos e hijas, 228 Niños, niñas y adolescentes se quedaron sin madre.
Las Provincias que presentan tasas más altas de femicidios según MuMaLá son: Tierra del Fuego (2,2), La Pampa (1,6), La Rioja (1,5), Catamarca y Santiago del Estero (1,4).
Además, desde MuMaLa, relevan que el 62 % de los femicidios fueron cometidos en la vivienda de la víctima o en la vivienda compartida y un 61 % de los femicidios fue cometido por parejas o ex parejas.
El 35 % de las mujeres fueron asesinadas con arma blanca. La edad promedio de las víctimas es de 38 años. El 16 % de mujeres víctimas de femicidios había denunciado a su agresor previamente.
De ese universo que contaba con denuncia el 47 % tenía orden de restricción de contacto o perimetral y el 17 % además botón antipánico. El 6 % de los femicidios fue cometido por personas de las fuerzas de seguridad. El 19 % de los femicidas se suicidó, el 7 % lo intentó.
“En este contexto de crisis socioeconómica le exigimos al Estado Nacional la declaración de la #EmergenciaNiUnaMenos, es urgente que se tomen medidas concretas y se prioricen recursos humanos y económicos para la atención integral de mujeres e integrantes del colectivo LGTBIQ+ en situación de violencia de género”, expresa el colectivo.
Muerto el perro, no se acaba la rabia
Desde el Observatorio Lucía Pérez, indicaron que alrededor del 20% de los femicidas que mataron a sus víctimas durante octubre último, se suicidaron tras concretar el crimen, y describieron el fenómeno como el «último intento del asesino de controlar la situación y de amordazar a la víctima» con el fin de que «no haya justicia».
En todos los casos, se trató de lo que se conoce como «femicidios íntimos», es decir, «aquellos que ocurren en el marco de relaciones de pareja o expareja», resaltaron desde el Observatorio, que rastrearon al menos 9 casos a lo largo de octubre de este año.
En ese sentido, destacaron que el suicidio del agresor «tiene como consecuencia directa la imposibilidad de alcanzar justicia por la víctima».
«Cuando un femicida se suicida, no hay justicia. No hay investigación, no hay restitución de la verdad sobre los daños padecidos por la víctima, no hay reparación para sus familiares y allegados. Puede ser, en este sentido, interpretado como un último intento, desesperado y cruel, de controlar la situación y de amordazar a la víctima hasta la última consecuencia», describieron.
El Observatorio Lucía Pérez en octubre realizó mediante un «monitoreo exhaustivo de medios», un relevamiento de los femicidios, seguidos de suicidio del agresor, que se adjuntan a continuación:
- Guillermo Vega (41), asesinó por asfixia a sus hijos de 12 y 9 años, en un contexto de violencia de género hacia la madre y, luego, se ahorcó. Fue en Rosario, Santa Fe.
- Gastón Farías (35), asesinó a golpes a su hijo de 3 años, intentó matar a su expareja y se suicidó. Fue en Balcarce, Buenos Aires.
- Ramiro Anchordosqui (48) asesinó a su pareja, María Noel Orozco, y se suicidó. Tenían 3 hijos. Fue en Chacabuco, Buenos Aires.
- Sebastián Tejerina (36) asesinó a su expareja, Analía Nieves, y se suicidó. Encontraron a los dos cuerpos juntos. Tenían 2 hijos. Fue en Orán, Salta.
- Juan Ignacio Benítez (32), asesinó a su expareja, María Belén Salinas, y se suicidó. El femicida tenía restricción de acercamiento. La interceptó en la calle y la mató de un disparo. Fue en Bernal, Buenos Aires.
- Ricardo Cardozo (69), asesinó a su pareja, Dora Samaniego, y se suicidó. La hija de ambos encontró los cuerpos. Fue en Posadas, Misiones.
- José Luis Lascano (71), asesinó a su pareja, Susana Beatriz Seitz, y se suicidó. El hijo de ambos encontró los cuerpos. Fue en Olavarría, Buenos Aires.
- Facundo Recalde (43), asesinó a su pareja, Mariela Arias, y se suicidó. La asfixió. El femicida se ahorcó luego de matar a la víctima. Fue en la Capital Federal.
- Raúl Ricardo M. (72), asesinó a su pareja, Gladys Graciela Soprano y se fugó en bicicleta. Dos días después encontraron el cuerpo, ahogado. Fue en Carcarañá, Santa Fe.
En referencia a los datos brindados por el Observatorio «Marisel Zambrano», que pertenece a la Asociación Civil La Casa del Encuentro, que trabaja contra la violencia hacia las mujeres y la trata de personas, se relevó que desde el 1° de enero al 31 de octubre de 2022, 247 femicidios cometidos, 7 trans/travesticidios y 16 femicidios vinculados de varones.
De los 293 niños, niñas y adolescentes que que se quedaron sin madre, el 68 % son menores de edad.
El 51 % de los agresores eran parejas o exparejas. En concordancia a los otros observatorios, se verifica que el lugar más inseguro continúa siendo su vivienda o la vivienda compartida con el agresor (60% fueron asesinadas en su hogar).
Según su relevamiento, en términos absolutos, Buenos Aires sigue siendo la provincia con más casos, seguida por Santa Fe, Córdoba y Salta.
Según este observatorio, en 304 días hubo 254 femicidios y trans/travesticidios.
De todas las mujeres asesinadas, 51 habían hecho la denuncia. En esa línea, desde el observatorio se repreguntan: si el Estado ya tenía conocimiento de la situación de riesgo q estaban viviendo, ¿Cómo puede ser que no hayan tenido protección suficiente para evitar el femicidio?; ¿Qué pasa con el Poder Judicial q no pone en contexto el riesgo que corren quienes se animan a denunciar?.
En ese contexto, reclaman por una efectiva implementación de la ‘Ley Micaela’ (27499), que establece la capacitación obligatoria en la temática de género y violencia contra las mujeres para todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación, sea efectiva y demuestre que quienes realicen la capacitación aplican los conocimientos adquiridos.
En tanto, 51 víctimas habían realizado denuncia, 9 femicidas tenían medida cautelar de prevención, 15 femicidas eran agentes o ex agentes de fuerza de seguridad, 8 víctimas en presunción de prostitución o trata y 10 víctimas estaban embarazadas.
Además, 11 víctimas tenían indicio de abuso sexual; 7 víctimas eran mujer trans; 16 víctimas eran migrantes; 4 víctimas eran de pueblos originarios; 41 femicidas se suicidaron y uno fue un femicidio estatal, según relevó este Observatorio.
¿Qué dice el Gobierno?
La nueva ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Ayelén Mazzina, mantuvo esta semana un encuentro en su despacho con periodistas de distintos medios, donde se mostró «impactada» por los números de femicidios que se registran en el país y sostuvo que esa problemática no la va a resolver solo esa cartera sino una «política interministerial» y una «justicia con perspectiva de género».
«Los números de femicidios me impactan, me atraviesan, y hay que pensarlos desde las políticas públicas. No lo va a resolver sólo este Ministerio, se necesita de una política interministerial y de una Justicia que piense con perspectiva de género», señaló la funcionaria.
Mazzina, que tomó el cargo hace menos de un mes, tras la salida de Elizabeth Gómez Alcorta, confirmó la continuidad del programa estatal ‘Acompañar’, que brinda asistencia económica a personas en situación de violencia de género, reforzado con políticas públicas federales que garanticen el empleo y la autonomía de quienes atraviesan esa situación.
«Acepté el cargo con la garantía de tener un presupuesto adecuado y la confirmación de la continuidad del Acompañar», dijo la ministra.
Para el fin de la gestión de Gómez Alcorta, las estadísticas oficiales indicaron que el programa ‘Acompañar’ brindó apoyo económico a más de 200.000 personas en situación de violencia de género desde septiembre de 2020, cuando lo oficializó el presidente Alberto Fernández
La ayuda económica es por seis meses, no requiere de denuncia judicial, es compatible con otras asistencias estatales y para ponerlo en marcha es necesaria la firma de convenios de Nación con provincias y municipios. Mazzina reconoció que los 6 meses de ayuda que ofrece el Acompañar «no alcanzan para cambiar la vida de las personas, por eso estoy hablando con otros ministerios para actuar en el después, con capacitación que permita la empleabilidad y la autonomía» de quienes atraviesan situaciones de violencia.
También consideró que es necesario visibilizar algunas experiencias provinciales que hay en este sentido «por que es necesario pensar y ejecutar las políticas con las experiencias territoriales».
En ese sentido señaló que hay que «hay que cambiar la dinámica» del Consejo Federal que funciona en el Ministerio «para que cada provincia tenga más tiempo para presentar sus políticas, y para que recibamos sugerencias y críticas constructivas» y anticipó que su intención es viajar a todas las provincias y que a su gabinete «se incorporará personal de distintos lugares del país» siguiendo con la lógica federal que quiere darle a su gestión.
El presupuesto 2023, que está en debate en el Senado, luego de pasar por la Cámara Baja, es de $ 54.683 millones para la cartera de Mujeres, Géneros y Diversidad. Sobre ello, aseguró: «es el adecuado, sino no estaría acá».
El del 2022 fue de $ 17.583 millones «que contra el inicial previsto para el 2023 ($ 54.683 millones) multiplica por 3 el del año pasado», explicó una fuente ministerial.
Sobre el anteproyecto de Ley de Cuidados que propicia un sistema integral nacional pensado para quienes cuidan a niñeces, personas mayores y con discapacidad, y que extiende las licencias por maternidad, paternidad, crea nuevas por adopción y modifica otras, Mazzina contó que está «dialogando con legisladoras para avanzar con el tratamiento».
«El cuidado es transversal, es la base de las desigualdades y la columna vertebral de las violencias. El proyecto necesita consensos. Lamento que no lleguemos con una ley a la Conferencia Regional», comentó.
La XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, comienza la semana próxima en Buenos Aires, y participarán autoridades de países de la región y organizaciones sociales, y el eje del encuentro serán los cuidados.
Si sos víctima de violencia de género o conoces a alguien que esté en esta situación, podés solicitar contención y asesoramiento llamando al 144 las 24 horas del día de manera gratuita. Por WhatsApp podés escribir al +5491127716463 o por mail a [email protected], también descargando la App Línea 144