El referente del Frente Patria Grande, Juan Grabois, habló en contexto de la denuncia de Fabiola Yáñez contra Alberto Fernández, por violencia de género, y realizó un extenso descargo con contenido político y social en su cuenta de X.
Juan Grabois referente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), escribió un texto en su cuenta de X, y habló en contexto de la denuncia de exprimera dama, Fabiola Yáñez, contra el expresidente, Alberto Fernández, por violencia de género.
«Los escandaletes en tiempos de la posverdad son complicados. El sistema te obliga a posicionarte en todo, saber de todo, regodearte cuando cae tu enemigo y escaparte de la mancha venenosa cuando cae tu aliado. Es así. Cada uno tiene que ser yuta, fiscal, juez y panelista de la conducta de los demás on-demand. Traté de contenerme, en serio, pero no pude conmigo mismo. Una macana. La próxima irá mejor. Como todo el mundo me acabo de enterar que Fabiola Yañez denunció a Alberto Fernández por golpearla», dijo al comenzar su posteo.
En ese sentido, dejó clara su postura: «En términos éticos, rige acompañar a la víctima. En términos jurídicos, rige el principio de inocencia. En términos políticos, rige el NO TE HAGAS EL BOLUDO. Muchas veces la necesidad de sobreactuar indignaciones tardías es directamente proporcional a las complicidades oportunas».
Luego, el dirigente social se refirió a algunas mujeres que formaron parte del Gobierno de Alberto Fernández, aunque se eximió de dar nombres, y dejo en claro que piensa que son unas «caraduras»: «Hay algunas exfuncionarias – que le decían en la cara a las compañeras «este ministerio no atiende víctimas» cuando pedían ayuda- que no practicarán el machismo, pero sí un clasismo y una frivolidad repugnante. Tienen la cara de hormigón armado. Gente que nunca hizo nada (gratis) por nadie, pero ni les dio vergüenza ser albertistas antes para usufructuar algún cargo ni les da vergüenza pontificar ahora cómo si fueran héroes de la patria. Así opera la muy conveniente deconstrucción de cualquier sentido de culpa y responsabilidad», sostuvo.
Grabois remarcó que «nada de eso anula la necesidad de instituciones y políticas públicas para las mujeres», y sostuvo «si sos buena leche, cuando algo anda mal, criticás para mejorar no para destruir».
También manifestó que siempre supo que Alberto Fernández era «inmoral», y que de los inmorales solo pueden esperarse «acciones inmorales». Y sostuvo que los «funcionarios» del Gobierno de Fernández también sabían cómo era el expresidente, aunque dijo que «lo volvería a votar» porque era la «opción política dentro de un marco limitado», al igual que en las últimas tres elecciones, en referencia también a Daniel Scioli y a la última elección, donde el candidato fue Sergio Massa.
En ese sentido, justificó ese razonamiento al considerar: «Muchas veces en la vida hay que elegir en base a opciones reducidas, a una situación que no podemos determinar, que escapa a nuestra voluntad. El problema es creerte que el sapo que te comiste es un San Martín que elegiste. Nosotros no éramos los únicos que sabíamos que Scioli, Alberto y Massa eran indignos de la investidura por sus permanentes claudicaciones, inmoralidades y panquequeos».
Grabois llamó a «abrir los ojos» para que esto «no vuelva a pasar». En esa línea, dijo que «la fórmula es simple» y se trata de no volver a elegir «candidatos indignos de la investidura por ineptos, panqueques, ladris o tibios». El dirigente social pidió a «los militantes del campo popular, del peronismo, el humanismo, la izquierda nacional, incluso a los ex funcionarios que ejercieron su rol con responsabilidad» a que «nada los desanime»y sostuvo: «Ninguno de nosotros, en particular los más jóvenes, tiene una gran responsabilidad de lo que hizo un gobierno sobre el que no tenía control»
«Dejemos de jugar al TEG y banquemos a los que se la bancaron siempre. Que confiemos en la gente confiable porque ya demostró que es capaz de jugarse la cabeza por el pueblo, el movimiento, la patria. Pongamos las manos en el fuego por nuestras convicciones y no dejemos de creer en nuestros compañeros, porque esa sería la verdadera derrota», enfatizó.
Estuve veinte días sin hablar. Quería diez más. Los escandaletes en tiempos de la posverdad son complicados. El sistema te obliga a posicionarte en todo, saber de todo, regodearte cuando cae tu enemigo y escaparte de la mancha venenosa cuando cae tu aliado. Es así. Cada uno tiene…
— Juan Grabois (@JuanGrabois) August 7, 2024