Abr 23 2025
Abr 23 2025

La hija de Mussolini

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Giorgia Meloni está muy cerca de convertirse en primera ministra de Italia. ¿Quién es? La líder de los Hermanos de Italia, una fuerza de ultraderecha que viene ganando terreno en los últimos años ante las sucesivas crisis políticas.

Es joven, conservadora y con una narrativa anti-inmigrante y autoritaria. Su formación política viene del Movimiento Social Italiano, considerada una estructura ubicada en el post-fascismo y heredero de Benito Mussolini.

Luego, líder el Fronte della Gioventú (FdG), una organización neofascista que durante los años más duros de violencia política entre los 60 y los 80, tuvo miembros implicados en atentados terroristas que se cobraron decenas de víctimas mortales.

Fundó el  movimiento estudiantil llamado “Gli Antenati”, y en 1995 se convirtió en miembro de la Alianza Nacional, sucesor del MSI. Un año después, se convirtió en la presidenta nacional de “Azione Studentesca”, el movimiento estudiantil de la Alianza Nacional.

En 1998, fue elegida concejal de Roma y ocupó este puesto hasta 2002. En 2000, fue elegida directora nacional, y en 2004, fue la primera mujer presidenta de Acción Juvenil, el ala juvenil del partido.

Con el tiempo se convirtió en la ministra de Juventud de Silvio Berlusconi y llegó a ocupar el cargo de vicepresidenta de la Cámara de Diputados. Además, fue la protegida de Gianfranco Fini, presidente de la Cámara de Diputados italiana desde el 30 de abril de 2008 hasta el 15 de marzo de 2013, ministro de Asuntos Exteriores desde 2004 hasta 2006, y líder de Alianza Nacional hasta su disolución.

Sin pelos en la lengua ni eufemismos, hay que decir que la formación es fascista en términos teóricos, conservadora desde lo social y liberal en términos económicos. La posibilidad de agrupar el resto de las derechas encarnadas nuevamente en Silvio Berlusconi y Matteo Salvini, de la Liga.

Existen muchos puntos en común fronteras adentro pero varias diferencias hacia afuera, sobre todo en relación a Vladimir Putin y la guerra. Berlusconi es amigo del líder ruso, Salvino un confeso admirador y con vínculos personales y económicas, pero Meloni es defensora de la OTAN y cuestiona la invasión a Ucrania. La candidata sí tiene excelentes relaciones con el ultraderechista húngaro, Viktor Orban, con quien diseña una estrategia para posicionarse ante la Unión Europea. ¿Puede haber alguna intentona de salida al estilo Brexit? Probablemente no, más si es seguro que crezcan las tensiones contra lo que Meloni califica como “burocracia de Bruselas”.

La presidenta de Fratelli d’Italia llega envalentonada luego del ascenso de los Demócratas de Suecia. El partido ultraderechista sueco fue el segundo más votado en las elecciones del domingo pasado y precipitó la renuncia de la primera ministra socialdemócrata, Magdalena Andersson.

Lo cierto es que Meloni se pondrá un saco que suele no durar y no hay razones para pensar que no repetirá lo efímero de las alianzas políticas italianas. Su proyecto es defender y promover «las raíces históricas y culturales clásicas y judeocristianas de Europa y su identidad», frenar la inmigración abriendo centros de tramitación de asilo fuera de la UE, aumentar la natalidad mediante la protección laboral de las madres jóvenes y una reforma judicial para «poner fin a los juicios mediáticos”, en un gesto claro a Berlusconi.

La lideresa italiana decidió mostrar una cara más amigable en campaña y evitar las acusaciones de radicalizada por fascista. Pero en el tramo final dijo con énfasis algo que a muchos les generó preocupación: “Después de nuestra victoria, pueden levantar la cabeza y finalmente verbalizar lo que siempre pensaron y creyeron”. ¿Fue un guiño a su nostálgica base fascista? El domingo lo veremos con claridad.

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