Feb 08 2025
Feb 08 2025

La morada del derecho a soñar con la casa propia

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«Entregar casas siempre es una alegría», señaló el presidente Alberto Fernández luego de recorrer 2 barrios en General Roca, Río Negro, ya sentado en el avión de regreso a Buenos Aires. El acuerdo logrado ayer por la madrugada entre los empresarios y los trabajadores del sector de neumáticos otorgó tranquilidad a la comitiva.

“Se pudo solucionar”, dijo un entornista del Jefe de Estado con una leve sonrisa de alivio marcada en el rostro.

Una vez arribados a la localidad, el camino hacia el barrio que todavía no tiene nombre fue acompañado por roquenses al costado de las calles. Había militantes con carteles de la Corriente Clasista y Combativa, Miles y el Movimiento Evita saludando la cápsula presidencial, es decir la columna que llevaba a los funcionarios, la seguridad y la prensa. Luego, la comitiva recorrió un barrio de 62 viviendas del programa Casa Propia y, después, se acercó hasta otra realizada con el Plan Procrear.

Una mediodía cálido y ventoso transcurría en el predio, con el escenario dispuesto a un costado, un sol que partía la tierra y ninguna sombra precaria para guarecerse. Los beneficiarios se protegían de los rayos con las carpetas donde estaban las escrituras de sus propiedades.

Marcela González fue quien recibió la llave de la vivienda número 60.000. Maestra con un hijo, vive hoy en la casa de su abuela, cuyo alquiler para a la familia, y esta será su primera morada propia. Con los ojos vidriosos por la emoción y abrazando a su hijo la profesora de matemática expresó: “nunca imaginé que iba a llegar a este momento, es el moño de tantos años de trabajo”, y entusiasmada, agregó: «el lunes vengo con el gasista matriculado para hacer la conexión y, apenas podamos, nos mudamos», contó a La Patriada.

“Tengo la tranquilidad de que todo será para un lugar propio y todo lo que vamos a hacer es para mejorar”, acotó.

Su hijo de 12 años, hincha de River, estaba seguro que iban a salir sorteados, cuando se anotaron en enero Pasado. Benjamín le vaticinó: «mamá, la casa va a ser nuestra», y «cada vez que pasábamos por acá decíamos esta va a ser nuestra casa», dice Marcela. En diciembre su hermana le contó de la posibilidad, en enero se inscribió y en febrero de este año debieron presentar los papeles. Finalmente en agosto salió su número.

Fernández encabezó el acto junto a la gobernadora Arabela Carreras, los ministros Jorge Ferraresi (Hábitat y Desarrollo Territorial) y Martín Soria (Justicia y Derechos Humanos) y la Intendenta local María Emilia Soria.

Luego de recorrer las direcciones 3035, 3045 y 3065 y charlar con los flamantes dueños se refirió al abandono que habían sufrido los argentinos librados al mercado por Mauricio Macri. «Todavía están pagando los créditos UVA», sentenció.

Más tarde, Ferraresi se refirió a la política habitacional. “Los argentinos, cuando accedemos a una casa, decimos: cumplí un sueño, pero en realidad lo convertí en un derecho y el derecho se convierte en tal cuando es una política de Estado y se mantiene en el tiempo”. Y lo hizo aún más contundente “los padres pretendemos tener una casa para dejarle a nuestros hijos. Nosotros queremos tener un país que les permita el día de mañana tener una vivienda”.

El acto fue el desenlace de un trabajo complejo realizado desde Presidencia, tratando de aunar criterios y relaciones entre la gobernadora y la intendenta. Eso también fue destacado por Fernández, la posibilidad de compartir espacios comunes entre contendientes políticos. Recordó que Alberto Rodríguez Saá marcó el miércoles que no era visitado por presidentes que señalaban la provincia como inviable.

El barrio está cerca del centro de Roca, tiene el hospital a menos de 15 cuadras y también una oficina de justicia, nos cuenta María Rosa, de 54 años. Ella es empleada doméstica y es la primera casa que tiene. Su marido está junto a ella sentado delante, es lisiado y se mueve en sillas de ruedas. “Me llamaron para adaptar la casa, tiene rampas y barandas”, ilustra. “Tuve una emoción inmensa cuando me enteré, nosotros pensábamos que no íbamos a salir sorteados. Estaba sola, lloré y le avisé a mi familia”, cuenta. No fueron los trámites sencillos, deberá pagar una cuota mensual de $ 46.000, mucho más de lo que abonaba por el alquiler en otro barrio de la ciudad. “Pagamos para hacer los papeles de inscripción, después nos dijeron que con el sueldo no llegábamos. Entonces nos dieron un mes más de prórroga, pude poner todo en regla y me anoté”, relata. La cuota es alta pero no se amedrenta con tal de tener la casa propia: “voy a pagarla y que sea mía, buscaré más trabajo y pediré ayuda a mis hijos”, dice entrecortada por la alegría.

No les importaba el sol ni el viento a las 200 personas que desde ayer al mediodía ya poseen las llaves de su sueño hecho realidad.

Quedan dando vuelta las palabras de Ferraresi. “Macri dejó 55.000 casas sin construir, nosotros en menos de 3 años y con Pandemia ya entregamos 60.000”.

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