“Es una lástima que se vaya Juanchi porque está haciendo un buen laburo. Por algo está en el centro de las disputas con las organizaciones sociales”, comentaron a La Patriada desde el entorno del despacho presidencial, lamentando lo que ya es un secreto a voces, la vuelta al pago de Juan Zabaleta. El titular de la intendencia de Hurlingham decidió regresar al territorio, falta confirmar la fecha. A diferencia de otros ministros que accedieron tanto al gabinete nacional, como Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Gabriel Katopodis (San Martín), como al de la provincia de Buenos Aires, como Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Leo Nardini (Malvinas Argentinas), su localidad no está comandada actualmente por tropa propia.
En palacio circula una contraseña para explicar el retorno o la permanencia de las figuras del elenco de asesores del Jefe de Estado con arraigo territorial en el conurbano. «La eventual salida de los ministros del gobierno nacional es resultado de posturas individuales», enfatizan desde el Ejecutivo.
Allí se encuentra al frente Damián Selci, dirigente de La Cámpora. Desde este sector, enfatizan que siguen enfocados en la gestión, en el control territorial y en construir masa crítica en apoyo de Cristina Fernández de Kirchner. “En un año, le dimos vuelta la cara al distrito”, enfatizan. Lo basan en las obras que realizaron: en mayo, inauguran un Hospital de PAMI de diagnóstico y tratamiento, la recuperación de la principal arteria, la Avenida Vergara como centro comercial a cielo abierto, y la creación de un megaparque en una reserva natural. Además, controlan el Consejo Deliberante local y movilizan a la militancia “en otra lógica política”. Finalizan diciendo: “Zabaleta ha tenido actitudes zigzagueantes”.
La urgencia que tiene Zabaleta por retornar al llano no es la misma que muestran otros colegas. La visualización que otorga un buen desempaño a nivel nacional tampoco es la misma. “Ferraresi tiene una estructura propia y es relativamente sencillo dejar la gestión, mientras que lo de Kato es más complejo”; y agregan cerca de los despachos ministeriales que “Obras Públicas es una de las carteras más cruzadas por diferentes acciones, interactúa con muchas reparticiones y su salida es bastante más complicada que la de los otros dos”.
En el centro del debate se encuentra la cuestión económica y la falta de respuesta al aumento de los precios, la inflación que no decae en su ritmo y promete otro 7% para septiembre y la paradoja de los salarios en blanco que no logran superar la barrera de una canasta básica. Con este horizonte en el corto y mediano plazo, los jefes distritales con uso de licencia ven peligrar su destino si no toman en sus manos las políticas que puedan amortiguar esta realidad. Los 3 meses que quedan hasta el 2023 serán complicados: diciembre históricamente siempre enciende las alarmas.
¿Macro y Micro?
El tiempo de la macroeconomía debe dar paso al de los bolsillos, aseguran desde varios sectores del oficialismo. Sergio Massa ha tenido dos meses en los cuales atendió el sector externo. El cumplimiento de las metas con el FMI, encuentros con las más altas autoridades económicas de los EUU, el Banco Mundial y el BID. Reuniones con los jugadores más importantes dentro del campo de la energía, las telecomunicaciones, automotrices y el conocimiento.
Rueda en el aire la moneda. Reverbera la palabra empeñada por el ministro de Economía acerca de resolver la semana próxima cómo se aplicarán los recursos obtenidos por el dólar soja en los sectores más postergados de la sociedad. Esa herramienta forma parte del cuerpo de la normativa y fue resultado de las negociaciones entre Cristina y Massa, lo que permitió que el sector de Juan Grabois decidiera permanecer dentro del Frente de Todos.
La definición la tomará en forma conjunta con la Anses y la AFIP. Allí entrecruzarán datos para llegar de la manera más certera a aquellos que más lo necesiten.
La puja distributiva alcanza en algunos sectores su expresión más dura, bajo la necesidad de recuperar ese 10% que perdió el sector del trabajo desde el 2015. El 50-50 de diciembre de ese año está en 40-60. Ese porcentaje no existe en la mesa de los trabajadores. El sábado por la tarde, el diputado Máximo Kirchner fue claro durante el encuentro del Frente de Todos en Morón: “si pudieron reducir la participación de los laburantes sin leyes, imagínense lo que pueden hacer si consiguen reducir cargas patronales, sacar las indemnizaciones y otros derechos”.
Otro ministro fue claro con este medio: “el debate de las formas, hemos aplicado el consenso, los modos y no funcionó”, y agregó: “ahora viene en qué lugar del electorado vamos a estar”.
La discusión se centra hoy en una suma fija para los trabajadores en blanco, a la que desde los gremios más numerosos de la CGT se oponen. Al mismo tiempo, es impulsada por Pablo Moyano, la tercera pata del secretariado de la central obrera, acompañando al sector más combativo. “Todavía no hay definición sobre el bono”, señalaron en la tarde del domingo a La Patriada.
Mientras tanto, el saldo del conflicto del SUTNA con la industria del neumático, que requirió la intervención de Alberto Fernández y el propio Moyano, servirá como espejo para todas aquellas organizaciones sindicales que estén discutiendo las paritarias y especialmente en esos sindicatos con conducciones más bravas. En el Gobierno realizaron una evaluación final del conflicto que tuvo en vilo durante una semana el clima político y sindical. “El problema básico era que estaban discutiendo cosas distintas (salarios y horas extras)”; y “cuando empezaron solo a hablar de salarios y de la nueva paritaria la cosa se encaminó”. Para Balcarce 50, el gremio obtuvo una buena paritaria y agregan que “ya en mayo habían tenido una oferta parecida, pero insistían en meter el tema de las horas del fin de semana al 200%”.
También habrían ofrecido armar una mesa paralela para seguir discutiendo ese tema pero “se negó Alejandro Crespo. En fin, un conflicto enorme por dos partes intransigentes”, aportan cerca del ministro Claudio Moroni.