Matías Ramírez fue a vender choripanes y gaseosas a la movilización por la Ley Bases y se convirtió en uno de los 33 detenidos, acusado por delitos contra el orden constitucional con el agravante de terrorismo. Cuando fue liberado denunció el maltrato que recibió por los uniformados.
«Apenas entramos nos pusieron contra una pared y nos empezaron a tirar gas pimienta. Nos desnudaron y nos interrogaron. ¿Cuánto les pagaron por ir ahí, eh? ¿Y vos de qué agrupación sos? Ese tipo de cosas. Uno del grupo contestó que sólo peleaba contra la aprobación de la ley, y le metieron un cachetazo. A mí también. Después nos metieron en un pabellón con presos que ya llevan tiempo ahí», le contó Matías Ramírez a Página 12, en un nota que fue publicada este martes por Irina Hauser.
Ramírez, estaba en la zona de Congreso porque vendía choripanes y gasesosas el día de la movilización y fue una de las 33 personas que terminaron reprimidas y detenidas de manera arbitraria por el operativo de seguridad que comandó Patricia Bullrich.
El testimonio de Ramírez coincide también con otro de los detenidos, vendedor también Remigio Ocampo (en este caso de empanadas), que fue apresado junto a su hija y su nieta. «Hasta el chofer del camión que nos trasladaba nos interrogaba: ’¿De qué organización sos?’, ’¿En qué partido político estás?’ En cada fichaje volvían con lo mismo. En Marcos Paz lo mismo, y ahí uno me encaró y me quiso asustar diciéndome ’mirá que soy malo’. Cuando nos estaban por soltar, nos gritaban que éramos unos ’tirapiedras’. Yo le respondí que piense lo que se le cante. Cuando nos dejaron salir, nos quedamos en el medio de la nada. Por suerte habíamos podido avisar a nuestras familias». Es la denuncia de Ocampo que también hablo con Hauser.
