En su cumpleaños número 37, el astro del futbol, Lionel Messi, habló de su disfrute por el fútbol. «Me quedan pocos años por mi edad. Intento disfrutar lo que es el fútbol y el día a día también».
«Yo empecé a jugar a los 4 años. Jugaba porque me encantaba la pelota, vivía pateando a toda hora. Nací con eso», contó Lionel Messi en Clank!. «Desde muy chico era diferente. La gente me iba a ver. Yo no me daba cuenta, lo entendí cuando fui creciendo. Nací así porque Dios me eligió. Fue un don que él me dio y el cual yo intenté aprovechar. La verdad es que, si bien hice muchas cosas, no hice nada para ser el jugador que ya de chiquito era», sostuvo.
«Después de haber conseguido todos los objetivos y haber tenido más de lo que soñé desde chiquito, estoy disfrutando como aquel chico porque sé que cada vez falta menos. Me quedan pocos años [en el fútbol] por mi edad. Intento disfrutar lo que es el fútbol y el día a día también», señaló.
El 10 habló del gran cambio que significó dejar de jugar en Newell’s para ir al Barcelona: «La manera de entrenar, las instalaciones que tenía el club, la cantidad de pelotas, la cancha sintética, estábamos todos vestidos iguales». «Antes de irme al Barcelona en Newell’s había dos o tres veces por semana nos mandaban a correr por el predio. Yo solía esconderme. Nunca fue lo mío correr sin pelota», agregó. Además, comentó las dificultades de adaptarse al juego de Pep Guardiola: «En ese momento hasta un jugador de primera que venía de afuera le costaba la manera de entender el juego del Barcelona. Es un fútbol totalmente diferente al resto. Hoy se ve muchos más y Guardiola lo llevó por todo el mundo estando en el Bayern [Munich] y en el [Manchester] City. Las selecciones donde estuvo él agarraron mucho de eso y es más normal. Pero en ese entonces era el único club».
Messi rememoró su charla con Guardiola en la previa a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, donde la selección se llevó la medalla dorada: «Me dijo ‘quedate tranquilo que nosotros vamos a entrar a la Champions, andá, gana los juegos y disfrutá, que el año va a ser largo'».
El delantero recordó su debut en la selección hace 18 años en un amistoso contra Hungría en el Estadio Puskas, Budapest, donde fue expulsado a los minutos de ingresar. «Toqué dos o tres pelotas como mucho. No entendía nada cuando me echaron porque me había pasado muchas veces que alguien me agarre y querer sacármelo de encima. El árbitro no tuvo nada de tacto y me echó. No era para roja. Fue un momento durísimo para mí porque lo que significaba mi debut. Yo entré muerto, llorando al vestuario. Me arroparon muchísimo, estuvieron muy cerca mío. El Kily [González] me consoló y me dijo que a él le había pasado lo mismo», relató.
