Las tres noticias más importantes de la jornada de ayer no distendieron la negociación del gobierno argentino con el FMI. Ni la suba del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) a 118 mil pesos en tres tramos ni la desaceleración del Índice de Precios al Consumidor que mide el Indec y cayó a 6 puntos, como así tampoco la concesión en el grifo para que el tipo de cambio oficial y el paralelo se suelten sirvieron para relajar la resistencia del organismo multilateral de crédito.
Sin ir más lejos, el ministro de Economía, Sergio Massa, aseguró ayer que la Argentina “está muy cerca” de acordar con el Fondo, y se jactó de que ese entendimiento se va a lograr “defendiendo una idea de país de desarrollo con inclusión, sin resignar la capacidad soberana y sin rendirse al altar del ajuste fiscal”. Lo curioso de su afirmación es que hace dos semanas había anunciado que “en unas horas” se comunicaría el acuerdo.
El titular del Palacio de Hacienda y precandidato presidencial por Unión por la Patria (UxP) vertió el nuevo pronóstico sobre el curso de la negociación con los acreedores durante un acto de inauguración de obras públicas en el partido bonaerense de San Martín, horas después de que el FMI expresara que los equipos de ambas partes “están trabajando intensamente” para reformular el programa de facilidades extendidas y completar la 5ª revisión.
En el mismo sentido, Massa ratificó que se está “dialogando, negociando y se está muy cerquita” de cerrar un entendimiento con el FMI, al tiempo que garantizó que el Gobierno nacional “va a acordar defendiendo los intereses del país”. “Negociar con el Fondo por estas horas -resaltó- requiere una mirada propositiva, tener convicción respecto de que la Argentina es un país con obligaciones que cumple, pero un país soberano. La determinación de saber qué se defiende a la hora de negociar y la convicción de saber cómo se fijan prioridades”, argumentó.
Bajo el influjo de la nestorización recomendada por campañólogos pero también por el espanto al abismo, el tigrense expresó: “en el 2019, en el altar del ajuste fiscal, pararon el 70% de las obras y bajaron a 0,4% del producto la inversión pública y hoy, mientras estamos tratando de ordenar la deuda que (el expresidente Mauricio) Macri tomó y fugó, mantenemos la inversión arriba del 1,65% del producto, generando el nivel más alto de trabajadores de la construcción en los últimos 15 años de la Argentina”. Si se saca la cuenta, el guarismo apunta a que ni en el segundo mandato de la vicepresidenta Cristina Kirchner como primera mandataria se alcanzó este piso.
Asimismo, el ministro apuntó contra “aquellos que agitan temores, que meten pánico porque en la especulación gana un pesito”, y subrayó: “la Argentina va a acordar con el Fondo pero defendiendo una idea de país de desarrollo con inclusión. No vamos a resignar nuestra capacidad soberana y tampoco vamos a ir a rendirnos al altar del ajuste fiscal, porque en definitiva el rol del Estado en un país que necesita desarrollarse es fundamental”.
Ayer por la mañana, la vocera del organismo multilateral, Julie Kozack, dijo que “el foco de estas discusiones son alternativas para fortalecer el programa de las autoridades”.
Kozack volvió a ratificar que el organismo “reconoce el impacto de la sequía en la economía” argentina y que esto motoriza “la revisión de políticas para salvaguardar la estabilidad, fortalecer la acumulación de reservas, mejorar la sustentabilidad fiscal y salvaguardar a los más vulnerables”.
Fue durante una conferencia de prensa brindada hoy desde el cuartel general del Fondo, en Washington, donde la vocera indicó que “los equipos están trabajando intensamente con autoridades de Argentina para hacer progresos” de cara a la quinta revisión.
Al ser consultada sobre la existencia de una nota que el director por China en el organismo, Zhengxim Zhang, habría mandado al directorio de la entidad en relación a la extensión de las negociaciones con la Argentina, Kozack negó que exista la carta. “Nuestro entendimiento es que no hay tal carta”, dijo la vocera del FMI.
En cuanto al reciente pago parcial realizado por la Argentina en yuanes (el resto se completó con DEG, la moneda del FMI), Kozack evitó dar precisiones y se limitó a responder que la Argentina se mantiene al día con los compromisos con el FMI. “El renminbi (yuan) es una de las cinco monedas de nuestra canasta que los miembros pueden y han usado para cancelar sus obligaciones con el Fondo”, respondió concediendo validez de la operación de pago.
Fuente: Télam