La reunión entre los jefes de Estado de Rusia y Turquía puede ser el primer paso para una eventual vuelta al acuerdo de comercialización de granos en el Mar Negro, que involucraba a Ucrania. Sin embargo, Putin establece exigencias que tensionan la posibilidad de avanzar hacia la reanudación del pacto comercial.
La reunión de este lunes entre el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su par turco, Recep Tayyip Erdogan, fue de importante trascendencia a nivel internacional. El tema principal del encuentro entre ambos mandatarios en la ciudad de Sochi, en el sur ruso, fueron las condiciones de comercialización de granos en el Mar Negro.
«El 28 de agosto, el secretario general de la ONU (António) Guterres, en una carta propuso un mecanismo de mediación que no sea un Swift directo, como querían los rusos, sino un derivado», afirmó el jefe de Estado de Turquía, que a su vez señaló que desde la ONU «también informaron que están trabajando en el tema del seguro» de los barcos rusos para que puedan transportar la mercadería. En relación al acuerdo de granos entre Rusia y Ucrania, en el cual Turquía había sido mediador y que por decisión de Putin no se renovó a fines de julio cuando se cumplió un año de la firma, Erdogan sostuvo que su reanudación es «una prioridad para todo el mundo».
Por su parte, Putin declaró que en Rusia están «dispuestos dispuestos a considerar la posibilidad de reactivar el acuerdo sobre cereales, y hoy se lo dije nuevamente al señor presidente [Erdogan]», aunque aclaró que lo harán «en cuanto se apliquen totalmente todos los acuerdos que contiene sobre el levantamiento de las restricciones a la exportación de productos agrícolas rusos». Cuán viable es para Turquía, miembro de la Unión Europea, aceptar los planteos de Putin, es una de las incógnitas del posible acuerdo.
Entre las condiciones que planea el mandatario ruso, están la reconexión de su banco agrícola estatal, Rosselkhozbank, al sistema SWIFT, que es la arquitectura financiera que facilita el movimiento de capitales y las transacciones a nivel global, y del cual Rusia fue desconectado en 2022 como parte del paquete de sanciones impuestas por ‘Occidente’, principalmente Estados Unidos. Además, Putin exige la reactivación del ducto Togliatti-Odesa, la reanudación de los envíos de maquinaria agrícola, y la recuperación de activos y cuentas extranjeras rusas que se encuentran bloqueadas en el exterior (vinculadas a la producción y transporte de alimentos y fertilizantes).
Mientras tanto, el gobierno de Putin anunció que en las próximas semanas comenzará a abastecer de granos a seis países africanos. La situación de la inflación alimentaria a nivel mundial está lejos de haberse resuelto. Según cifras oficiales, la OCDE tuvo en julio su primer repunte inflacionario desde octubre del año pasado. La inflación de alimentos (y también vestimenta) en Europa se ha vuelto un problema acuciante. En ese contexto, y con una Ucrania envalentonada presentando avances en el campo de batalla, un conflicto con la comercialización de granos en el Mar Negro podría ser devastador. Por ello, Erdogan apuesta por la vuelta de Rusia al acuerdo.
Fuente: Télam