La jura de Daniel Scioli como ministro de Desarrollo Productivo tuvo una asistencia concurrida. Más de 300 personas asistieron al momento de la firma de su nuevo cargo, que fue precedida por el agradecimiento a Matías Kulfas y Cristina Camaño, en sus cargos como titulares de las áreas que pasaban a dirigir el ex embajador en Brasil y Agustín Rossi al frente de la AFI, respectivamente.
Empresarios como Daniel Funes de Rioja (UIA). Eduardo Eurnekian (AA200) y Jorge Fontevecchia (Perfil) se cruzaron con sindicalistas como Héctor Daer, Pablo Moyano o Carlos Acuña. Dirigentes del riñón de Scioli, que formaron parte de su gabinete durante su gestión como gobernador, su jefe de gabinete, Alberto Pérez, la por entonces ministra de Economía, Silvina Batakis, y uno de sus ministros de Salud, Alejandro Collia, entre otros.
Un intendente de peso en el gran Buenos Aires, contento con la vuelta del ex motonauta, marcó el momento actual del Frente de Todos como un principio de “entusiasmo”, por la reunión del día anterior con todos los sectores adentro para la conformación de la mesa del Partido Justicialista del distrito, la necesidad de crear un plan de emergencia económica para los sectores más postergados y el encuentro que esperan entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner para remontar la cuesta electoral.
“La llegada de Scioli y Rossi al gabinete era lo que querían, ¿no?”, indica una voz en Casa Rosada. También reconoce que la salida de Kulfas fue un efecto no deseado pero que, de alguna manera, se entregó solo y le facilitó la vida al Presidente. El ex ministro era para el cristinismo uno de los que no funcionaban.
Tampoco faltan los que disienten con esta teoría en Balcarce 50. “Lo borré del chat enseguida”, cuenta un funcionario que compartía grupo de Whatsapp con el ex titular de Producción y otros interlocutores importantes, quien además relata el destrato que le dispensaba Kulfas.
En la previa del acto, el Jefe de Estado estuvo reunido con todos los ministros que asistirían a la jura en el Museo del Bicentenario y, luego, sostuvo un breve encuentro a solas con Scioli y Rossi.
Pocas presencias del sector kirchnerista durante la ceremonia. Una de las pocas que asistió, además del ministro Eduardo De Pedro, fue la de la senadora Juliana Di Tullio.
Las especulaciones sobre la participación de Sergio Massa fueron descartadas de inmediato, pues se encontraba presidiendo la sesión en la Cámara de Diputados. La relación entre ambos está deteriorada desde hace tiempo, inclusive desde su entorno confirman a La Patriada que se retiraron del grupo de chats donde festejaron el ingreso de Scioli personas cercanas al tigrense.
“Scioli con los gobernadores y el PJ tradicional, Massa por el Frente Renovador. Falta un candidato por el kirchnerismo y tenés armada las PASO”, concluyó un entornista dejando de lado la posibilidad de que el primer mandatario pueda ir por otro período, y agregó: “si lo tuviéramos a Massa como Jefe de Gabinete, sería un relanzamiento completo del gobierno”.
La actividad de Scioli será en la calle, según dijo ayer en la conferencia de prensa. Obsesivo en su labor siempre y también “humano”, al decir de quienes lo rodean, en 2011 una funcionaria le había anticipado que no estaría presente un día de la semana por el cumpleaños de su hijo. Llegó ese onomástico y el exgobernador le pidió a las 5 de la tarde que fuese a La Plata porque debían solucionar un tema urgente. En medio del bullicio de la fiesta, ella respondió que ya salía y cortó. Al instante volvió a sonar el teléfono y Scioli le preguntó qué sucedía. La funcionaria le recordó la fecha. Acto seguido, Scioli cortó y subió al helicóptero con sus funcionarios y vino hacia la ciudad de Buenos Aires (estaba en La Plata) para hacer la reunión allí y, así, poder contar con la presencia de la interlocutora. Cuentan que la hizo lagrimear de la emoción.
“Tengo 1.250 chats sin contestar”, declaró ayer el nuevo funcionario a los periodistas, mientras su nieta le alcanzaba un vaso de agua. También anticipó lo que hoy confirmarían las autoridades de economía: no habría cepo a las importaciones. “Importamos por valor de u$S 7.000 millones mensuales”, respondió a este medio, y acotó: “aseguraremos lo necesario para poder seguir produciendo”.
Las voces que se escucharon ayer, como las de Daer, Moyano, Funes De Rioja o De Mendiguren, destacaron su capacidad de gestión y actitud para resolver problemas como lo hizo en Brasil, reencauzando la relación con el presidente Jair Bolsonaro. También allegados a Scioli aseguraron que el Gobierno no designará nuevo embajador hasta que no esté definido el nuevo mandatario. Recién entonces se decidirá según los pronósticos entre Bolsonaro y Lula Da Silva. Mientras tanto, el funcionario de carrera Pablo De Angelis estará al mando de la misma.