La ONU además alertó sobre violaciones de los DDHH, especialmente de mujeres y niñas, en el país africano devastado desde que comenzó el conflicto armado.
Unicef informó que más de un millón de niñas y niños fueron desplazados y al menos 330 murieron desde el inicio del conflicto en Sudán. La guerra causó hasta el momento más de 1900 muertos y la ONU estima que hay 2 millones de personas desplazadas.
La agencia de las Naciones Unidas para la Infancia alertó también que «el acceso a los servicios vitales más básicos es limitado» por los enfrentamientos entre el Ejército sudanés y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), «lo que deja a más de 13 millones de niños en extrema necesidad de asistencia humanitaria: agua, salud, nutrición y protección».
Un nuevo informe del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) alertó hoy sobre la «alarmante» variedad de violaciones de los derechos humanos en Sudán, especialmente de las mujeres y las niñas, en el marco de un grave conflicto armado que podría desembocar en una guerra civil, la tercera de su historia.
«Mujeres y niñas que han huido del conflicto han denunciado incidentes alarmantes de violencia sexual, incluidas violaciones, agresiones, explotación y violencia física perpetrados por combatientes, delincuentes y contrabandistas en la capital, Jartum, y otras zonas, así como contra personas en movimiento», expuso la Alta Comisionada asistente para la Protección de Acnur, Gillian Triggs.
El ente reportó que los combatientes saquean casas y agreden sexualmente a mujeres y niñas.
«Las adolescentes se enfrentan a un mayor riesgo de matrimonio infantil, ya que algunas familias se ven obligadas a recurrir a esta práctica perjudicial, al parecer en un intento de ‘protegerlas’ de la violencia sexual, agresión o explotación», refirió Triggs, citada por la agencia de noticias Europa Press.
Asimismo, Acnur advirtió que los menores varones también corren «grave riesgo de sufrir asesinatos, mutilaciones, trata, trabajo o reclutamiento forzoso».
«Algunos han sido separados o han perdido familiares u otros cuidadores, lo que los hace aún más vulnerables», agregó.
Por todo ello, instó a proteger el acceso de los agentes humanitarios nacionales e internacionales a la zona, ya que «es fundamental para garantizar que la ayuda pueda llegar inmediatamente a los más vulnerables».
«Acnur reitera su llamamiento a todos los Estados para que mantengan abiertas sus fronteras para los civiles que huyen de Sudán y eliminen cualquier impedimento de entrada a fin de garantizar que las personas, incluidas las indocumentadas, puedan acceder a esta protección y asistencia», concluyó.
Sin embargo, Egipto anunció que iba a endurecer el proceso de entrada a su territorio para los sudaneses que huyen de la guerra. Desde el inicio de la crisis, que amenaza con derivar en otra guerra civil, más de 200.000 sudaneses ingresaron a Egipto, la mayoría por vía terrestre.
Los combates que no cesan
En casi todo el territorio sudanés los combates persisten, tras una precaria y breve tregua en medio de numerosas promesas incumplidas de cese del fuego desde hace dos meses cuando comenzaron los enfrentamientos entre dos generales rivales que pugnan por el poder.
El conflicto estalló el 15 de abril entre el Ejército, dirigido por el general Abdel Fatah al Burhan, y los paramilitares denominados Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), lideradas por el general Mohamed Hamdan Daglo.
Las hostilidades estallaron en el marco de un aumento de las tensiones en torno de la integración de las FAR en el seno de las Fuerzas Armadas.
Antes del conflicto, el país africano era uno de los más pobres del mundo, y ahora, 25 de los 45 millones de habitantes ya no pueden sobrevivir sin ayuda humanitaria.
Fuentes: Agencia Télam y EFE