La llegada a Paris anticipaba el clima de época. Paro de subtes y trenes del cinturón de la ciudad; reclamo por aumento de salarios y mejores condiciones de trabajo; calles atestadas de autos que retrasan la allegada al hotel de la delegación; el recuerdo de la Autopista del Sur y el cuento de Julio Cortázar.
Anáis tiene 33 años y es hija de una pareja entre un chileno y una francesa. Está junto a otros compañeros en la vereda de La Samarité, con una bandera roja con letras amarillas de la CGT francesa. «Lo que nos están haciendo es ilegal», comenta en su castellano con tonada del otro lado de los Andes. Cuenta que se están manifestando porque la empresa incorpora nuevos trabajadores con salarios superiores a los de quienes ya llevan varios años prestando servicio. El salario mínimo en Francia es de € 1800 y ella, luego de los descuentos, llega a € 1700. Los novatos empiezan con una suma superior a los.€ 2.200. La inflación disminuye el poder adquisitivo a diario. «Un café por esta zona costaba €1, hoy ya sale entre €3 y € 4. Recorriendo la zona de la Isla de Francia, el centro de la ciudad, La Patriada encontró el precio de la palta por unidad al equivalente a $ 550 y dos por $900, el melón rosado a $ 550 cada uno y tres por $ 1.350, y un ananá por $ 1.050. Mientras tanto, almorzar en un restaurante de la zona con un menú fijo de 2 platos se paga en promedio $ 4800.
Si la comida es cara para los argentinos, el rubro textil es similar o más económico. En las tiendas internacionales, una campera cuesta unos $30.000, mientras que un jean $ 15.000 o un pullover $ 9.000. Pero un pack de 6 medias de caballero vale $ 2.400. En Argentina el rubro textil es el que marca el ritmo del aumento del IPC, pero en Europa esta industria se muestra como una de las más estables y con productos de más calidad que los que se adquieren en Buenos Aires por los mismos valores o quizás menos. Este es uno de los motivos de preocupación del equipo económico, encabezado por Sergio Massa, y la posibilidad de abrir las importaciones no está descartada. «Lo hicimos con los neumáticos y funcionó», señalaron desde el entorno del tigrense.
Lisa es alemana, periodista de una cadena informativa francesa y vivió unos 4 meses en Buenos Aires. Con un castellano bastante fluido, destaca que el alquiler de un departamento de 20 m2 tiene un valor que oscila entre € 600 y 800. El municipio de París plantea una solución habitacional para sus ciudadanos. En la actualidad, posee el 25% de las viviendas y plantea llegar al 40% en 2035. Es una política orientada al acceso a una casa con precios que un trabajador pueda pagar. El presupuesto del área es el más importante de todos y su responsable aspira a llegar a poseer el 40% de las propiedades para este uso.
A pocos metros de la Asamblea Nacional, hay un barrio que el municipio adquirió y está remodelando sin afectar el patrimonio urbano, pero destinado a vivienda social. Son 12.000 m2 en los que habrá 258 viviendas, con un parque y zona dedicada a gimnasio. El cartel reza: un proyecto que preserva el patrimonio y la calidad arquitectónica del barrio. Un programa mixto que prevé la transformación de oficinas en departamentos, creación de espacios deportivos, un jardín y una cherché.
El problema energético se evidencia y palpa en el emblema por excelencia de la Ciudad Luz. A las 23.45, todas las noches la Torre Eiffel se convierte en calabaza. En ese exacto momento se apaga y lo que era una zona iluminada por su grandeza pasa a ser un terreno oscuro, donde no se ve ni lo que se habla. La guerra entre Ucrania y Rusia no sólo hace estragos con las muertes, enfermos y destrucción edilicia sino también por la escasez de energía y el aumento de los alimentos.
El paseo desde la zona del Museo Louvre a la Torre Eiffel, bordeando el Río Sena, además otorga otra visión: un sin techo viviendo en una carpa. Con su bicicleta a un costado, baños automáticos por € 1, este parisino subsiste en 2 m2, sobre la tierra, rodeado de árboles y de roedores que se cruzan por la bicisenda.
El subterráneo de París comenzó a realizarse casi al mismo tiempo que el porteño. Hoy, está bastante lejos en calidad, cantidad de ramales, extensión e integración en el sistema urbano de transporte. Su valor es de £ 1.90 por pasaje, unos $ 570 argentinos, y su extensión es de 200 kilómetros, por detrás de las líneas de Londres y Madrid. En algunas de sus estaciones y líneas, se encuentra una modalidad que ya se implementó en otra ciudad: el bloqueo del andén con una valla de vidrio, que abre sus puertas solo en coincidencia con el acceso al vagón. Este sistema impide los suicidios ya que no hay lugar por donde llegar a las vías para tirarse.
Cherif conduce una de las Vans de la delegación oficial. No habla castellano ni inglés pero se hace entender a pesar de lo poco de francés que sabe el cronista. Si se elogia la ciudad, él, proveniente de Marruecos, no se muestra tan complacido. El gesto es evidente sobre el espejismo que entrega esa Paris anclada en el pasado a través de sus monumentos y edificios históricos, y un siglo XXI en el que la población se nutre de la inmigración africana y sus necesidades y apremios que debe solucionar el mismo capitalismo que genera las desigualdades por las cuales huyen de sus patrias.
En las cadenas grandes, la mayoría de los cajeros y empleados son negros. Esa discriminación sí se puede ver. Los trabajos de menor calificación son otorgados a este sector de la población. En las calles, los vendedores ambulantes riegan de suvenires las áreas turísticas. Exponen pequeñas piezas alusivas a la Torre Eiffel, pines o recuerdos que no exceden los € 5. Mientras ofrecen y vocean los precios, pispean que la Policía no los vaya a correr. Las mantas tienen sogas en los extremos para tomarlas y salir rápido con la mercadería dentro, como si fuera una bolsa.
La próxima escala es Bali, Indonesia. Un archipiélago de infinitas islas que tiene la cuarta población mundial. Son 272.000.000 de habitantes, luego de China, India y EEUU.