Por Fabián Waldman
La central obrera anunció una huelga para el 10 de abril próximo. Desde el Ejecutivo buscaron bajarle relevancia a la protesta, aunque intentarán mantener un contacto con la cúpula sindical.
«Es una sobreactuación de la CGT. Se vieron obligados por la situación y será difícil que lo levanten». En Casa Rosada tratan de evitar agredir a los dirigentes de la central obrera y justifican la decisión tomada por ellos: llevar a cabo una huelga nacional el próximo 10 de abril. A pesar de ello, intentarán contactarlos para suspender la medida de fuerza.
Cerca del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, señalan que el anuncio del paro fue decidido en respuesta a la feroz represión del miércoles 12 de marzo, cuando una movilización en apoyo a los jubilados culminó con 120 detenidos y el fotoperiodista Pablo Grillo herido gravemente e internado en el Hospital Ramos Mejía, luchando por sobrevivir al disparo de un cartucho de gas lacrimógeno de la Gendarmería Nacional.
«Si el Gobierno dice que sobreactuamos es porque no está viendo la realidad». Desde la sede de la central obrera respondieron al Poder Ejecutivo y sacaron a relucir la caída del empleo, acompañada por la falta de recomposición salarial. La CGT decidió movilizarse el miércoles 9 de abril, en coincidencia con una nueva marcha de los jubilados, y parar el jueves 10.
«Unanimidad y ningún llamado». A pesar de las conjeturas del Gobierno sobre la medida de fuerza, uno de los principales referentes sindicales destacó la unidad de criterio en esta oportunidad. Este jueves estuvieron presentes en el edificio de la calle Azopardo representantes de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), entre ellos el triunviro que reemplazó a Pablo Moyano, Octavio Argüello; Pablo Brey, de Aeronavegantes; Omar Plaini, de Canillitas; y Alejandro «Peluca» Gramajo, de UTEP. Justamente en un congreso con esta agrupación, en la que participa también Juan Grabois, el secretario general del gremio de Sanidad, Héctor Daer, había señalado que se llevaría adelante un paro con fecha tope del 10 de abril. «No hay más tiempo», dijo.
«Nosotros no vamos detrás de las hinchadas». Esa fue la respuesta que provino desde el triunvirato de la CGT cuando empezaba a nutrirse de sectores del fútbol la convocatoria para acompañar el reclamo de los jubilados. Al mismo tiempo, sus integrantes detallaron que la situación debía avanzar y no sumarse mientras el Gobierno se continuara dando disparos en el pie.
La oposición no tiene hoy un referente claro en el cual el grueso de la población pueda reflejarse. La debilidad de este sector político es también la que sostiene y apuntala a un Gobierno.
La semana próxima, en tanto, continuarán las conversaciones para tratar de desactivar el paro al que el vocero presidencial, Manuel Adorni, descalificó en la conferencia de este jueves. «Estos paros son para defender intereses propios. Acá no hay nada que amerite un paro», consideró.
Los contactos habituales desde el despacho de Francos tienen del otro lado de la línea al propio Daer y a Gerardo Martínez, de la UOCRA. Inclusive, podrían llegar a conversar, siempre fuera de Balcarce 50, con Hugo Moyano, aseguran cerca del jefe de Ministros.
Mientras tanto, el monto de la jubilación alcanza los $274.000 y el bono de $ 70.000 se mantiene constante desde diciembre de 2023.