Por Fabián Waldman
Los dirigentes confederales de la central obrera dieron un acompañamiento unánime a la huelga por 24 horas, previstas para el 10 de abril próximo. Los sindicatos van a poner toda la carne en el asador, aseguran desde Azopardo 802.
Los dirigentes confederales de la central obrera dieron un acompañamiento unánime a la huelga por 24 horas, previstas para el 10 de abril próximo. Los sindicatos van a poner toda la carne en el asador, aseguran desde Azopardo 802.«No recibimos ningún WhatsApp». En la cúpula de la CGT señalan que nadie del Gobierno habló o llamó a sus dirigentes para disuadirlos de llevar a cabo el paro nacional programado para el jueves 10 de abril. Un día antes, la central obrera respaldará en las calles la marcha de jubilados al Congreso.
En las reuniones de los confederales realizadas este jueves existió un apoyo y acompañamiento unánime a la huelga por 24 horas. Los sindicatos van a poner toda la carne en el asador, aseguran desde Azopardo 802, la sede de la CGT.
La conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo de la Nación a pocas horas del paro lanzado desde la Unión Tranviarios Automotor (UTA) para este viernes puso en evidencia el accionar de Casa Rosada frente a medidas de fuerza. Por tratarse de una medida que afecta a un sindicato de base, no impide la adhesión de los choferes de colectivos a la jornada de protesta del jueves 10 de abril próximo, aclaran desde la CGT.
«Dependerá de lo que decidan en el gremio». Las divisiones internas de la central obrera manifiestan la expectativa sobre la determinación de apoyar la medida de la CGT. No se les escapa que los colectiveros utilicen la posibilidad de excusarse por la conciliación obligatoria.
En octubre pasado, la UTA se desmarcó del resto de los gremios cuando anunció una medida de fuerza al día siguiente que el resto de los sindicatos del transporte. Finalmente, decidió suspenderla.
La discusión debe pasar por imponer el debate que define el momento actual: con precios libres y paritarias pisadas. Las autoridades nacionales no convalidan acuerdos con las empresas que superen la estimación oficial de la inflación.
«Nosotros no vamos detrás de las hinchadas». Esto afirmaban desde la CGT a La Patriada Web unos días antes de la marcha del día 12 de marzo que culminó con 114 detenidos liberados a las pocas horas y el fotógrafo Pablo Grillo internado luego del disparo efectuado por un cabo primero de la Gendarmería. La fuerza de los hechos hizo trizas esta reflexión.
La CGT promovió, entonces, las acciones de los siguientes 45 días: la movilización el día 24, que consideraron un éxito por la cantidad de gremios presentes; la concurrencia al acto de los jubilados el miércoles del 9 de abril y la huelga del 10 y el acto para el 1 de mayo por el Día del Trabajador.
Algo cambió en la percepción de los representantes gremiales: para algunos existe saturación social, pues se le acabó el «veranito» al Gobierno y eso genera una sensación de mucha debilidad. Sostienen que contrarrestar el discurso de apoyo al Gobierno, que tiene todo el aparato mediático a su favor, utilizando 4 de los 5 canales de noticias, es una batalla cuerpo a cuerpo.
«Pero no se puede vivir de movilización permanente«. La frase cuestiona la posibilidad de mantener todos los miércoles la solidaridad en la calle hacia los jubilados. El miércoles 9 de abril imaginan una continua entrada y salida de la marcha de distintos sindicatos en sintonía con la cantidad de gente que se movilizará por su cuenta.
El temor a perder el empleo es muy grande y debilita las acciones contra las empresas. El sur del Chubut y el norte de Santa Cruz son un ejemplo. El abandono de la construcción de las represas hidroeléctricas Néstor Kirchner y Carlos Cepernic, y el abandono de explotación en los pozos convencionales de YPF implicó una merma importante de la actividad. Estos hechos amalgaman la bronca social que ya existía y la organizada de los trabajadores. Esta es la mirada actual de una parte de la dirigencia de la CGT encabezada por Héctor Daer.
El voto de los jubilados a Javier Milei rondó el 63% del total con la esperanza fijada en una indexación de sus ingresos. La realidad los encontró con un bono congelado desde noviembre de 2023 en $70.000.
En Rosada trabajan para desactivar el paro
Mientras tanto en Casa Rosada anticiparon la participación del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, para tratar de morigerar los efectos del paro. Criticaron la medida de fuerza por sobreactuada, pero dejaron entrever que comprenden el paso de los sindicalistas. «No tenían opción», afirmaron.
Hasta el momento no hubo contactos del jefe de Gabinete con los sindicalistas. Quien lleva adelante las conversaciones es el secretario de Trabajo, Julio Cordero.
El Gobierno tiene una fluida comunicación con algunos dirigentes, tanto que Francos ha recibido en su despacho a varios de ellos a lo largo de los 16 meses del gobierno libertario.
La conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo para evitar el paro de colectiveros de la UTA que estaba previsto para este viernes, dijeron en el Gobierno, fue resultado de la acción de alguna de las partes y no una medida discrecional.
Desde la Asociación Argentina de Empresarios de Transporte (AAETA) solicitaron al Gobierno la aplicación de la medida. Sin embargo, cuando se trata de empresas del Estado, la disposición gubernamental puede variar.
La decisión no fue la misma con huelgas de trabajadores ferroviarios o de Aerolíneas Argentinas, por citar un par de ejemplos. Cerca de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, de quien depende la Secretaría de Trabajo, afirmaron a La Patriada Web que son dialoguistas y tratan de superar los conflictos que se le presentan. Pero también admiten que la coyuntura es la que se impone, según la temática y el perjuicio que cause al bien común. No trataron de suspender acciones de los pilotos de Aerolíneas el 30 de octubre de 2024 y de los conductores de trenes nucleados en La Fraternidad el 27 de enero pasado.
La batalla cultural es una de las herramientas más importantes que tiene Balcarce 50 para enfrentar a los sindicalistas. Un paro siempre es político; lo es hoy y lo fue siempre, pero es la frase preferida de gobiernos que atacan a los gremios y se quieren llevar puestos los derechos de los trabajadores.
En definitiva, dependiendo del peso de los actores y el humor social es como maneja y aplica sus acciones la administración libertaria. La definición política puede ser tomada en conjunto con Francos y Santiago Caputo, pero en otras oportunidades directamente con Javier Milei, agregan cerca de Pettovello.
No hay conciliaciones obligatorias para los trabajadores de Secretarías y Ministerios del Estado cuando se trata de la Salud, la Educación, el INDEC, los medios públicos. Sí las hay cuando la responsabilidad final recae en el Gobierno y la agenda política considera inconveniente agregar más descontento social al ya existente.
