Por Brian Robles
“Me gusta tocar. Yo, en realidad, no toco ni para mucha gente ni para poca… yo toco. Soy un tipo que está arriba de una montaña cantando y los que se paran a escuchar, se paran. Si son muchos… tampoco reflexiono “ah esta vez son muchos”, que sea lo que Dios quiera, o que sea lo que la vida quiera, o que sea lo que tenga que ser”
Argentina. Años 70s. Gobierno de facto, desfile de militares, desfile de detenidos, desfile de desaparecidos. Vivo en Caseros. Tengo pocos amigos, en realidad casi no tengo. La gente que conozco prefiere ir a boliches que aborrezco y su vida pasa por arreglarse después de los partidos de fútbol de fin de semana para ir a bailar. Tengo 15 años, el rock es mi único amigo.
Barrancas de Belgrano. Reunión de roqueros. Voy solo. Nadie habla con nadie. A la primera interacción aparece la policía. Me preguntan qué hago ahí y quien soy.
“Soy papero”, contesto. Piensan que es un chiste. Me cagan a palos. Dos días detenido. Vuelvo a mi casa, me cagan mas a palos. Era mejor estar preso.
Aprendo a tocar y a componer por mi cuenta. Me convenzo de que la mejor manera de aprender a tocar es haciendo mis propias canciones y en el metal plasmar mi voz.
***
Años 80’s vuelve la democracia, o eso pensaba. Armo mi primera banda importante. Se llama V8, sacamos tres discos. Luchando por el metal (1983), Un paso más en la batalla (1985), El fin de los inicuos (1986).
Ya no creo en nadie
Ya no creo en ti
Ya no creo en nadie
Porque nadie cree en mí
Me ocupo de hacer las letras, los arreglos, las melodías. Creo que nos va bien, pero todo es un desastre. La banda de a poco se cae a pedazos. Gustavo y Osvaldo se van. Con Zamarbide cada vez hablamos menos. Cada uno toma su camino. Es hora de arrancar de nuevo.
Mientras tanto la vida. Sigo trabajando de papero, también vendo ajos y ajíes que puedo rescatar del Mercado Central.
En 1987 me caso con Ana Mourin, la mamá de mis dos hijas, un año después armo mi segunda banda importante. Se llama Hermética. Pasaron años desde la primera vez que caí preso, y todo sigue igual. Ser metalero en Argentina es un delito, pero no importa. Sacamos tres discos, Hermética (1989), Ácido argentino (1991) y Víctimas del vaciamiento (1994).
Le canto al trabajador, Gil trabajador, le canto a la etnia nacional, La Revancha de América, a los colimbos, Del Colimba, a la sociedad post dictadura, Tu Eres Su Seguridad.
Mata el miedo que guarda el animal
Limpia el cuerpo, pues dentro de él estas
Si buscas libertad, ya no andés por fuera
Hombre de mil nombres naces ya, naces ya
Intento que mis letras sean un retrato de la realidad que me toca vivir. Todo es cuesta arriba. Aún así puedo dejar mi viejo trabajo y dedicarme totalmente a la música.
¿Por qué te colgas por la lucha por el metal?
Por más metal que haya, la mano viene jodida igual.
Y bueno…, qué se yo…, no sé…, ¿por qué me cuelgo en la lucha por el metal?… La lucha que se refiere a “el metal” es poder tener lo que hoy se tiene, que es un espacio dentro del rock argentino. De grupos de heavy que puedan salir también en los mismos diarios y en los mismos medios que puede salir cualquier otro. Para el alcance de aquel que se quiera enganchar. Esa es la lucha por el metal. Por el género heavy metal. No por este o ningún otro tipo de cuestión. Aparte yo no soy ningún luchador. Yo soy un músico.
1994. La banda cada vez se vuelve más popular. El país cada vez nos queda más chico. En un recital en Morón producto de un accidente con las instalaciones eléctricas, de quien es responsable Timmy Mckern, manager de Las Pelotas y ex manager de Sumo, muere un seguidor, su nombre es Jose Luis Damian. Juicio a la banda, nadie se hace responsable. Mis tres compañeros alegan ser empleados míos por lo que toda la responsabilidad de Hermética, es mía.
Hasta el 2012 embargan mis bienes, mis cuentas y mis derechos de autor en SADAIC. Ese mismo año abrimos para Slayer en River. El estadio está lleno. Después de tocar la gente empieza a irse, falta que toque la banda principal. Pero vinieron a escucharnos a nosotros. Estamos en lo más alto de todo. Los hijos de puta me reclaman plata, ¿plata de qué?, si siempre tuve que hacer todo yo solo.
La relación en la banda no da para más. Nos separamos. Ellos arman Malón. Yo, Almafuerte.
Fue sin un porqué,
Mi gran sueño amasijado.
Mucho lo lloré, por inesperado.
Si existe un motivo, a mí,
No me lo comunicaron.
Los que ayer conmigo, compartieron tanto,
Premeditaron apartarme
Y al saberlo, me hice a un lado.
Editamos ochos discos. Mundo Guanaco (1995), Del Entorno (1996), Almafuerte (1998), A fondo blanco (1999) Piedra Libre (2001), Ultimando (2003), Toro y Pampa (2006) y Trillando la Fina (2012).
Canto en contra del genocidio, Los delirios del defacto. Canto sobre la realidad de los pibes que laburan en la informalidad y sueñan con tener una obra social y trabajo en blanco, El pibe tigre. A los héroes de Malvinas, El Visitante. Reivindico la lucha de las Madres de Plaza de Mayo.
Esto parece más grande que Hermética, pienso, y aun así los medios siguen sin darnos importancia. Cada vez aguanto menos.
2001. Se suicida Ana. El mismo año sale a la venta Piedra libre. Le canto a Seineldín, a José Larralde. Al sentirme orgulloso de ser argentino. Un año antes comienza la controversia. Me acusan de fascista, de antisemita. Que se vayan a la mierda.
Me exilio en el campo, los años pasan. Seguimos tocando sin apoyo. Somos argentinos pero nadie nos da bola. Pasan los años. Me convierto en una celebridad de la televisión. Es más importante lo que hablo en dos horas que lo que hice en 40 años.
2016, después de 22 años. Se separa Almafuerte. Sigo solo. En cuatro años edito cuatro discos. Ayer deseo hoy realidad, Tangos y milongas, Atesorando los cielos y Avivando la Llama de La Ley Natural.
Cada vez cuesta más. En el 2021 se suicida mi viejo.
Me convierto en un fenómeno de internet, me visitan libertarios, personajes de todo tipo. Les hablo de Argentina, les hablo de futuro, les hablo de Perón.
El libre comercio nos destruye, y el… ¿cómo se llama la otra mierda?, el progresismo y el neoliberalismo. Demuestran hoy 2021, que el Peronismo es el futuro. El Peronismo es el futuro. Hay que leer. Los libros son testigos.
Cada vez cuesta más, cada vez tengo menos fuerza. No me importa. Sigo igual. Todavía hay cosas por decir. Cada vez aguanto menos. No me siento bien, pero no importa. Todavía hay cosas por hacer. Estoy cansado. Cada vez más. Cada día aguanto menos. Necesito descansar. Voy a descansar.
Ricardo Iorio (25 de junio de 1962 – 24 de octubre 2023)