Por Martina Igini (Climate Central)
En sólo ocho horas cayeron 500 milímetros de lluvia, el equivalente a un año en algunos lugares, atrapando a las personas en sus casas y automóviles. Al menos 200 personas murieron como consecuencia del fenómeno meteorológico.
El calor inusual en las aguas del Océano Atlántico, provocado por el cambio climático, alimentó la histórica tormenta de lluvia y viento que azotó a la ciudad española de Valencia hace casi una semana y dejó más de 200 personas muertas y decenas de desaparecidas.
Las lluvias torrenciales que azotaron el martes la región este de España fueron de tal magnitud que en sólo ocho horas cayeron 500 milímetros de agua, el equivalente a un año en algunos lugares, atrapando a las personas en sus casas y automóviles.
Según Climate Central, una organización de noticias sin fines de lucro que analiza e informa sobre la ciencia climática, la tormenta responsable de las inundaciones sin precedentes fue alimentada por aguas marinas más cálidas de lo habitual.
«El sistema de baja presión que provocó estas inundaciones históricas desembocó en un río atmosférico«, un corredor largo y estrecho de humedad concentrada en la atmósfera.
Ese «río atmosférico» transportó una humedad excesiva de las aguas anormalmente cálidas del Atlántico tropical, lo que exacerbó la intensidad de las precipitaciones y contribuyó al catastrófico diluvio.
Según Climate Central, las elevadas temperaturas de la superficie del mar se hicieron al menos entre 50 y 300 veces más probables debido al cambio climático causado por el hombre.
El cambio climático está intensificando el ciclo del agua, trayendo lluvias más intensas y las inundaciones asociadas.
A medida que las superficies de los océanos se calientan también lo hace el aire sobre ellos, lo que causa que el agua sea transportada a grandes altitudes para formar nubes, mientras que deja una zona de baja presión debajo. Cuanto más caliente es el aire, más agua puede retener: por cada grado centígrado adicional de calentamiento, el aire puede contener un 7% más de humedad.
En septiembre pasado, una tormenta igualmente destructiva azotó a Europa central y oriental, desatando algunas de las peores inundaciones de la historia moderna de la región. La tormenta también fue alimentada por agua más caliente de lo habitual, esta vez en el mar Mediterráneo y el mar Negro.
Las temperaturas en toda Europa han sido consistentemente más altas de lo habitual durante meses. El continente acaba de tener su verano más caluroso registrado y un septiembre más cálido de lo habitual, con una temperatura de 1,74 grados centígrados más que el promedio de 1991-2020 para ese mes.
Europa es el continente que más rápido se calienta en el mundo. La mortalidad relacionada con el calor ya aumentó alrededor de un 30% en las últimas dos décadas, coincidiendo con un aumento de la temperatura media.
Esta serie de temperaturas récord hace que sea cada vez más probable que 2024 sea el año más caluroso jamás registrado, superando a 2023.