A través del programa «Libros para Aprender», heredado de la gestión anterior, debía distribuir 14 millones de ejemplares destinados a estudiantes de los tres niveles educativos.
En medio de los recortes al sector educativo que encabeza la gestión de Javier Milei, el Gobierno nacional confirmó que no realizará la compra nacional de 14 millones de libros escolares para estudiantes de los niveles inicial, primario y secundario de todo el país.
Según una publicación de La Nación, a pesar de que durante los primeros días de transición, el secretario de Educación, Carlos Torrendell, había mostrado interés en darle continuidad al plan creado por la gestión anterior, “Libros para Aprender”, finalmente el Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, definió retirarse de ese programa nacional e invitó a las provincias a comprar los ejemplares, con la promesa de un futuro reembolso de parte de Nación.
La gestión de Javier Milei argumentó que no hizo la compra de los libros a las editoriales porque el procedimiento “estaba muy demorado” como para llegar a tiempo con el inicio de clases. Como hizo en otros casos, el Gobierno aludió a la presunta “falta de transparencia” del programa nacional heredado y optó por no hacer el gasto.
Desde Capital Humano apuntaron a los costos de la distribución y aseguraron que en años anteriores “los libros llegaron de forma azarosa a las escuelas, sin contemplar su diseño curricular”.
La decisión de comprar el material quedará en manos de las provincias, señalaron, mientras que los titulares de las distintas carteras educativas se mostraron escépticos del reembolso que luego haría el Ejecutivo nacional.
“Este gobierno no los ha comprado y nos invita a las provincias a hacerlo. Después podría haber un hipotético reembolso. Pero a la luz de las decisiones que está tomando esta gestión, como la eliminación del Fonid y el freno de las obras en las escuelas, no tenemos expectativas que haya partidas para libros”, lamentó el director general de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni.
Fuente: La Nación