Por Fabián Waldman
Pese a la declaración de emergencia salarial que planteó la Universidad de Buenos Aires, el Ejecutivo no modificará su postura de ahogar económicamente a las casas de altos estudios.
El secretario de Educación, Carlos Torrendel, visitó este jueves la Casa Rosada para firmar convenios de obras con la provincia de Corrientes.
Cerca de su entorno señalaron a La Patriada Web la posición oficial acerca de la declaración de emergencia de la Universidad de Buenos Aires (UBA): «No habrá cambios, la situación continuará igual».
Esta expresión no deja lugar a dudas: no habrá refuerzos de partidas presupuestarias y, en ese sentido, el conflicto continuará escalando en los próximos días.
A pesar de la multitudinaria manifestación del pasado 23 de abril, no existieron modificaciones en los montos destinados a los salarios de docentes, ayudantes, investigadores y no docentes. El personal compromete alrededor del 95% del presupuesto de cada casa de altos estudios. En el caso de la UBA es un poco menor -el 88%- ya que el mantenimiento abarca también unidades hospitalarias.
Desde Balcarce 50 la postura es similar a otras dependencias: las soluciones las tiene que aportar cada una de las instituciones. Deben resolverlas ya sea mediante el cobro de una matrícula o cuota a los estudiantes extranjeros, uno de los caballitos de batalla oficial. Otra opción es acotar la cantidad de alumnos mediante otros mecanismos restrictivos como exámenes de ingresos.
El discurso del Gobierno contra los derechos de la «década ganada» y las universidades como negocio político hizo pie incluso en el propio radicalismo. Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA y dirigente de la UCR, declaró que van a realizar clases públicas como forma de protesta, aunque se sostendrá el diálogo con las autoridades nacionales.
El partido reformista tiene dos caras: mientras encabeza la pelea desde la UBA contra la Rosada, en la Cámara de Diputados su bloque, presidido por el cordobés Rodrigo de Loredo, pateó para el regreso del período de receso el tratamiento del aumento del presupuesto universitario y la recuperación del FONID.
El Congreso Interuniversitario Nacional (CIN), que reúne a los rectores de 60 universidades, todavía no tomó una posición.
Los destinos de la ciencia
El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) quedó bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete de Ministros. Una de las primeras actividades oficiales que protagonizó su titular, Guillermo Francos, fue el 18 de junio con al secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología, Darío Genua, y el presidente del CONICET, Daniel Salamone.
“A Francos le interesa e importa el CONICET”, dijeron cerca del despacho del funcionario. Sin embargo, la ejecución del presupuesto de ciencia cayó más de un 30% en comparación con 2023, según los datos proporcionados por el Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIICTI).
El CIICTI detalló en el mismo informe que la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología (SICIT) ya perdió un 95% de su presupuesto con relación al año pasado y las universidades nacionales, un 85,6%.
Además, debido a la falta de actualización, se advirtió que hay organismos del CONICET que han ejecutado el 96% de su crédito. En el otro extremo, la SICIT sólo utilizó el 9,52% del dinero presupuestado.
Los funcionarios que subejecutan las partidas otorgadas con una sola finalidad: que el próximo presupuesto asignado sea menor que el actual.
Por su parte, la cantidad de ingresantes en la carrera del investigador pasó de 1.950 inscriptos a 1.360. Por renuncia o despido, hay poco más de 300 trabajadores administrativos y sus tareas recae en los propios investigadores.