Mar 22 2025
Mar 22 2025

Elecciones en EEUU: ya sin protección legal, el derecho al aborto es central en el duelo Harris-Trump

Publicado el

Por Camil Straschnoy

En 2022 la Corte Suprema estadounidense, conformada por una mayoría conservadora que había sido promovida por el candidato republicano, revocó la sentencia del caso Roe versus Wade, que daba protección constitucional a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE).

La elección presidencial del 5 de noviembre en Estados Unidos es la primera desde que la Corte Suprema de ese país anuló el fallo que legalizó el aborto a nivel nacional durante casi medio siglo. En este contexto, y ante abruptas diferencias entre Kamala Harris y Donald Trump alrededor de este tema, todo indica que en las urnas también se definirá cómo será el acceso a este derecho clave en la salud reproductiva.

Durante sus cuatro años como mandatario, Trump nominó a tres jueces para el máximo tribunal, que pasó a tener seis magistrados conservadores y tres progresistas. Con esta nueva composición hubo un avance judicial sobre distintas conquistas sociales, como fue en 2022 la revocación de la sentencia del caso Roe versus Wade que dio protección constitucional a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE).

Desde entonces, casi la mitad de los estados avanzó con su prohibición o restricción. Se trata de territorios en los que el Partido Republicano tiene mayoría, con casos extremos como los de Texas, en los que la práctica directamente es ilegal con una ambigüedad tal en su normativa que ni siquiera lo garantiza en casos en los que la vida y la salud de la mujer gestante está en riesgo.

«Estados Unidos está pasando en estos momentos por una crisis de salud pública. En materia de salud sexual y reproductiva, lo que está en juego, sin exageración, son las vidas de personas que pueden embarazarse y que lleguen a tener alguna emergencia médica o situación donde sea necesario intervenir y abortar», explicó a La Patriada Web Alejandra Soto, directora de comunicaciones y medios latinos de Planned Parenthood Federation of America.

Y sostuvo: «En Estados Unidos hay 50 estados, con 22 que actualmente tiene una prohibición o restricción del aborto. Esto afecta a veintitantos millones de mujeres y otras personas que pueden embarazarse y viven en esos territorios», añadió la representante de la ONG dedicada a proteger y ampliar el acceso a la atención y educación en materia de salud sexual y reproductiva.

Pese a esa situación, durante 2023, primer año tras el avance de la Corte Suprema sobre el derecho, unas 1.037.000 IVE ocurrieron en Estados Unidos, la mayoría a través de medicación, según el relevamiento que hace el Instituto Guttmacher especializado en el tema. Es una cifra 11% superior a la de 2020 y solamente considera los datos obtenidos en el sistema formal de salud en los estados sin prohibición total, ante la imposibilidad de recopilar información de los peligrosos circuitos ilegales.

Detrás de los números se esconde un panorama sobre la fractura que existe en el país: un acceso que varía según cada normativa local, con gestantes teniendo que viajar largas distancias para abortar si tienen la posibilidad laboral, económica y médica de hacerlo. Al individualizar los casos, las historias son más desesperantes: a Jaci Statton, el personal del hospital de Oklahoma rechazó atenderla ante su embarazo no viable y la enviaron a desangrarse al estacionamiento hasta que su situación se encuadre en la restrictiva ley estatal.

Harris firme, Trump zigzagueante

Ante este panorama, el aborto pasó a ser el tema más importante de la campaña para las mujeres menores de 30 años, de acuerdo a un sondeo realizado por KFF, una organización que provee estadísticas y noticias vinculadas a políticas sanitarias. El 39% dijo que es la cuestión más importante para decidir su voto y casi dos tercios indicó que confían más en Harris que en Trump sobre las decisiones que pueden tomar respecto a derechos reproductivos.

La demócrata hizo del acceso legal y seguro al aborto uno de los ejes de su plataforma, con mucho más énfasis de lo demostrado por Joe Biden antes de bajar su candidatura. En el debate televisado habló de forma enérgica sobre las mujeres que se desangran por abortos espontáneos y no pueden recibir atención por el miedo de los médicos de ir a la cárcel y de las víctimas de violación obligadas a llevar adelante embarazos no deseados.

Por su parte, Trump mostró un discurso cambiante: desde sugerir que está a favor a una prohibición del aborto a nivel federal a partir de la semana 16 de embarazo y con excepciones, a afirmar que vetaría semejante normativa bajo el argumento de que debe ser cada estado el que tiene que decidir cómo legislar. De criticar la normativa extremadamente restrictiva de Arizona que data del año 1864 a adelantar que se opondrá a restablecer el derecho en su estado natal de Florida en una consulta sobre la actual normativa que prohíbe las interrupciones después de la sexta semana.

«Los candidatos no podrían ser más diferentes sobre el tema. Kamala Harris no solo habla en campaña, sino también como vicepresidenta lideró un recorrido por diversas partes del país para hablar con proveedores, pacientes e informarse. Aunque la salud sexual y reproductiva afecta a todos, sin importar género y sexo, como mujer sí tiene un entendimiento muy particular sobre el tema», dijo Soto, y destacó que su compañero de fórmula, Tim Walz, firmó una ley de protección del aborto como gobernador de Minnesota, además de hablar abiertamente del tratamiento de fertilidad para concebir con su esposa a los hijos de ambos.

«En cambio, es evidente que no se puede confiar en las palabras de Trump. Como presidente ya demostró cuál es su postura ante la salud reproductiva. No hizo más que dedicarse a sembrar el terreno en diversas cortes federales para lograr la anulación de Roe versus Wade«, agregó.

Deuda sobre una legislación nacional

Además de definir al próximo presidente, el 5 de noviembre se elegirán a los 435 legisladores de la Cámara de Representantes (Cámara baja) y 34 de los 100 escaños que componen el Senado. También se votarán gobernadores en 11 estados y los miembros de las legislaturas de esos territorios, con todas las asunciones programadas para el 20 de enero de 2025, misma fecha que llegará al cargo el nuevo inquilino de la Casa Blanca.

La composición del próximo Congreso será clave para saber si se puede avanzar en una ley federal que legalice el aborto, una deuda de los Gobiernos de todos los signos políticos, incluso los más progresistas. La importancia de la jurisprudencia en la pirámide jurídica de Estados Unidos llevó a confiar en el fallo de Roe versus Wade desde 1973, con un vacío normativo que quedó en evidencia tras su anulación.

«Esto no debería de ser un tema partidista. No tiene nada que ver con republicanos o con demócratas, sino con salud y decisiones personales. Pero como están las cosas, es evidente que lo que se va a requerir es tener una mayoría demócrata en el Senado, que actualmente existe y que se espera se mantengan después de las elecciones, una mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, que hoy no existe, y está por verse si se logra cambiar, y un presidente también demócrata. Teniendo esa trifecta es la única forma que el tema deje de ser debatido políticamente y que se regrese a que cada individuo con su profesional médico tome la decisión”, manifestó Soto.

Referendos sobre aborto junto a elecciones

Paralelamente a la designación de autoridades, en los comicios se realizarán plebiscitos estatales impulsados por legisladores o ciudadanos. Estas medidas electorales giran alrededor de tópicos tan variados como el sistema judicial, multas y uso de drogas.

La candidata presidencial demócrata Kamala Harris habla en un mitin el domingo 29 de septiembre de 2024, en Las Vegas. (AP Foto/Carolyn Kaster)

También el aborto estará en las boletas en 10 estados (Arizona, Colorado, Florida, Maryland, Missouri, Montana, Nebraska, Nevada, Nueva York y Dakota del Sur). La mayoría son consultas que apuntan a establecerlo como un derecho dentro de las constituciones locales, con diferencias en sus redacciones que dan cuenta de los límites a los plazos o situaciones en los que se puede realizar la práctica.

Los resultados de estos referendos generan especial atención en Florida, donde actualmente existe una restrictiva limitación para llevar a cabo un aborto hasta las seis semanas desde la última menstruación, tiempo en el que muchas gestantes ni saben de su embarazo. También en Missouri y Dakota del Sur, territorios en los que está directamente prohibido, sin excepciones como si el embarazo fue por violación o incesto.

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