El aumento de la desocupación no puede analizarse sin tener en cuenta la coyuntura social y económica: recesión, aumentos de tarifas y una fuerte baja del consumo.
Desde que asumió el gobierno, Javier Gerardo Milei no parece tener buenas noticias para el pueblo que en noviembre pasado lo eligió para conducir el destino de la Patria.
Ahora, los datos alertan sobre la tasa de desocupación que aumentó significativamente en el segundo trimestre de este año: el índice de desempleo se ubicó en 7,6%. Ello resulta un aumento de 1,4 puntos porcentuales con respecto al segundo trimestre de 2023. Los datos fueron relevados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
Sin contar lo sucedido durante la pandemia, la tasa de desocupación es la más elevada desde 2016 para ese período del año. Estos datos estadísticos se relacionan directamente con las políticas llevadas a cabo por el gobierno del presidente libertario, quien se jacta de estar ejecutando el ajuste más importante de la historia.
Lejos de ser éste un aliento para que la población lo acompañe, los números se traducen en un total de 1.734.000 argentinos que hoy se encuentran desempleados. Los estudios determinan que durante los meses de gestión de Milei más de 300.000 ciudadanos se convirtieron en desocupados.
La noticia no puede analizarse sin tener en cuenta la coyuntura social y económica: recesión, aumentos de tarifas en los servicios y el transporte públicos y una fuerte baja del consumo. Además, el detrimento de la actividad industrial, que es una característica fundamental para ejecutar este plan económico.
En este contexto, el incremento en el costo de vida preocupa a una sociedad que empieza a pedir resultados que la beneficien.
Las decisiones que toma el Presidente en favor de la supuesta recuperación económica son antaño conocidas en nuestro país. Primero, fueron aplicadas durante la gestión de José Alfredo Martínez de Hoz, ministro de Economía durante la última dictadura militar. Unos años más tarde, el gobierno del expresidente Carlos Saúl Menem hizo lo propio.
Cabe recordar que Milei, líder de la Libertad Avanza llegó al poder con un único capital político: el hartazgo de la sociedad ante la política tradicional. Sin embargo, el tiempo del relato parece ver el ocaso y los ciudadanos argentinos comienzan a notar que el Presidente no cuenta con medidas novedosas, sino que se vuelven a repetir las políticas que hundieron al país en sucesivas crisis profundas. El tiempo para pedir esfuerzos llega a su fin y el famoso repunte económico no llega.
¿Podrá el Presidente empezar a escuchar las necesidades de la sociedad? Justamente ese hartazgo que llevo a Milei a convertirse en primer mandatario puede ahora jugarle en contra. Si esa sensación se conjuga con el rechazo de los argentinos al autoritarismo que promueve su gestión, los resultados pueden colocarlo a la par de la casta política que el propio Milei se ufana de combatir.
