Es la identificación 117 y se trata del tucumano Juan José “Toti” García, secuestrado en 1976, en el marco del Operativo Independencia comandado por Antonio D. Bussi.
El Equipo Argentino de Antropología Forense notificó una nueva identificación de restos en el Pozo de Vargas, la fosa ubicada en Tafí Viejo, en las afueras de San Miguel de Tucumán, en donde se arrojaron restos de detenidos desaparecidos antes y durante la última dictadura cívico militar. Es la identificación 117 y se trata del tucumano Juan José “Toti” García, quien fue secuestrado el 17 de febrero de 1976, en el marco del Operativo Independencia comandado por Antonio D. Bussi.
La notificación a su familia se realizó hace una semana, mientras se desarrolla en esta provincia la megacausa “Jefatura III”, el decimoquinto proceso por delitos de lesa humanidad, en el que se juzga la responsabilidad penal de 27 exmilitares y expolicías, que están acusados por delitos cometidos contra 237 víctimas, de las cuales 84 continúan desaparecidas. La noticia despierta esperanzas entre los familiares de quienes aún buscan a sus seres queridos, víctimas de secuestros durante el Operativo Independencia y la dictadura, hasta 1983.
García era albañil y tenía 22 años cuando fue secuestrado de su domicilio junto a su pareja Nilda Zelarayán, también de 22 años y embarazada de seis meses. Ambos pertenecían al Partido Revolucionario de los Trabajadores. Permanecieron detenidos en la Jefatura de Policía de Tucumán, en el centro clandestino de detención “La Escuelita” de Famaillá y en el Batallón de Arsenales N° 5 “Miguel de Azcuénaga”. De acuerdo a testimonios de sobrevivientes la joven dio a luz en cuativerio a un varón, quien es buscado por Abuelas de Plaza de Mayo. Los restos de Nilda fueron identificados en 2012, fue uno de los primeros, y también habían sido extraídos desde el Pozo de Vargas.
Frente a los discursos negacionistas en boga, cada identificación permite mostrar el plan sistemático genocida —iniciado en el Operativo Independencia y continuado con la dictadura— para secuestrar, torturar y desaparecer a una generación de trabajadores y jóvenes que cuestionaban un régimen de explotación y desigualdad. Y reafirman la pelea por memoria, verdad y justicia.
«El Pozo de Vargas es hasta hoy la fosa común con mayor número de identificaciones de la Argentina». Con estas palabras, un integrante del EAAF describió lo que fue una tumba colectiva que se intentó ocultar. De 40 metros de profundidad, se trata de un antiguo pozo, a metros de las vías del tren, que se utilizó para proveer de agua a las locomotoras a vapor de antaño. Se encuentra en el límite sur del municipio de Tafí Viejo, en la esquina de avenida Francisco de Aguirre y Camino del Perú, pegado a San Miguel de Tucumán, zona que en los años 70 era pura ruralidad y hoy está rodeada de numerosos barrios. La investigación de la Justicia Federal comenzó en 2002, en base a una denuncia que tomó testimonios orales de vecinos que se animaron a hablar en los que señalaron que vehículos militares ingresaban por la noche al predio -en los años 70- y eso, en algunas ocasiones, coincidía con cortes de energía eléctrica en el barrio.
Según un informe EAAF, fechado el 15 de diciembre del año pasado y elevado al Juzgado Federal N° 2 de Tucumán, son 149 los restos óseos hallados en el interior -hasta el momento-, 28 perfiles genéticos son de mujeres y 121 de hombres. En 2022, EAAF lanzó una nueva campaña para identificar a los más de 600 cuerpos de personas desaparecidas entre 1974 y 1983 que tiene en resguardo. Basta con entregar una gota de sangre.
En marzo de 2015, el lugar fue señalizado como Sitio de la Memoria y su macabra existencia es imposible de disociar del Operativo Independencia que se puso en marcha un año antes del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. Fue un horroroso laboratorio en el que el general de brigada Acdel Vilas, primero, y luego el general Antonio Bussi, aplicaron las más brutales modalidades de secuestros, torturas, desaparición de detenidos y violación sistemática de los derechos humanos. Por estos hechos, Bussi -ya fallecido- fue a juicio y condenado a prisión perpetua en 2010 por crímenes de lesa humanidad. En el pozo también fueron identificados los restos de Luis Falú, hermano del prestigioso músico tucumano Juan Falú, y de Dardo Molina, exvicegobernador tucumano, secuestrado el día del golpe de Estado, entre otros.