El capitán argentino, Lionel Messi, asumió este jueves la derrota con Uruguay como «una prueba» para el seleccionado campeón del mundo e hizo un llamado a «levantarse en Brasil», el martes próximo, cuando se dispute en el Maracaná el clásico de la sexta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas.
El número 10 de la Selección admitió que el equipo nunca estuvo «cómodo» ante el rival, que demostró «la mano» del entrenador argentino Marcelo Bielsa en la intensidad de su juego.
Con enojo, Messi cuestionó la actitud de los futbolistas más jóvenes de Uruguay, a quienes aconsejó «aprender de los mayores» para no caer en provocaciones.»Nos tocó perder y es una prueba, ya lo había dicho anteriormente que podía pasar. Hay que levantarse y hacer un gran partido en Brasil», declaró en un intento de dar vuelta la página tras la frustración en el cruce rioplatense.
«Con Brasil, al igual que el partido de hoy, es un clásico, son partidos aparte, de mucha historia y tenemos que levantarnos -insistió-. Siempre respetando al rival porque jugar en el Maracaná no es fácil».
Messi no puso excusas para explicar la caída ante Uruguay: «Sabíamos el partido con el que nos íbamos a encontrar. Son intensos, juegan mano a mano, tienen gente física y rápida en la mitad de la cancha. Trabajan muy bien y en la cancha generan mucho peligro».
«A nosotros nos costó encontrar la pelota, nunca nos sentimos cómodos, no pudimos hacer posesiones largas y entramos en el ritmo de ellos», aceptó.
Fuente: Télam.