Con al menos 157 detenidos en la sexta noche de disturbios por la muerte de un adolescente a manos de la policía, el gobierno francés busca dar señales de tranquilidad.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se reunió este domingo de urgencia con su gabinete y pactó encuentros con parlamentarios y alcaldes para las próximas 48 horas, pese a que el gobierno dijo que el nivel de violencia estaba disminuyendo después de que la quinta noche consecutiva de disturbios por la muerte de un adolescente a manos de la policía dejara el sabado, otra vez, más de 700 detenidos.
Unas 157 personas fueron detenidas en la sexta noche de disturbios, según el ministerio del Interior, afirmó la agencia AFP. Así también, el ministerio confirmó tres heridos entre las fuerzas de seguridad y dio cuenta de 352 incendios en la vía pública y 297 coches quemados tras el ataque a un puesto de policía y de gendarmes.
Macron, que ayer aplazó una visita de Estado a Alemania, vive su segunda gran crisis en pocos meses tras las manifestaciones contra la reforma para elevar la edad jubilatoria que impuso por decreto, sin pasaje parlamentario, aunque con el aval de la justicia constitucional.
Ayer mantuvo una reunión de urgencia, que no estaba incluida en la agenda presidencial, con su primera ministra, Élisabeth Borne, y siete ministros más del gobierno, para tratar los graves disturbios desatados tras la muerte de un adolescente por un disparo de un policía en Nanterre el martes.
La cita fue un «punto de situación» para tener una «actualización de la situación», según fuentes del Elíseo citadas por medios franceses.
Hoy el primer mandatario recibirá a los presidentes de la Asamblea Nacional y del Senado, y el martes, a alcaldes de «más de 220 localidades» afectadas por los disturbios de los últimos días, anunció un asistente a la reunión, según la agencia de noticias AFP.
El presidente también pidió a Borne que reciba a los presidentes de los grupos políticos del parlamento mañana, agregó la misma fuente.
Entre los asistentes a la reunión de urgencia de parte del gabinete estuvieron el ministro del Interior, Gérald Darmanin, y el de Justicia, Éric Dupont-Moretti, según la agencia de noticias Europa Press.
El objetivo del encuentro fue subrayar la «firmeza» y la unidad del gobierno, rodeándose de siete ministros ante la violencia desatada en las principales ciudades del país desde hace cinco días.
Uno de los incidentes más graves ocurrió en una localidad en los suburbios de París, L’Hay les Roses, donde un auto en llamas fue estrellado a la madrugada contra la casa del alcalde, Vincent Jeanbrun, y provocó un incendio. La esposa y uno de los dos hijos pequeños del alcalde resultaron levemente heridos y Jeanbrun, que estaba en la municipalidad, denunció un «intento de asesinato».
En señal de solidaridad, la Asociación de Alcaldes de Francia (AMF) convocó hoy a una protesta para mañana frente a las municipalidades del país, afirmó el alcalde de la ciudad de Cannes, David Lisnard. El mismo dijo al canal TF1 que la asociación invitaba a la ciudadanía a sumarse.
El Ministerio del Interior señaló que la mayoría de las detenciones de fueron por tenencia de objetos susceptibles de ser utilizados como armas o proyectiles.
En la madrugada del sábado, los detenidos fueron unos 1.300, la cantidad más alta desde el martes.
La ola de violencia se desató por la muerte de un joven, Nahel M., por un disparo a quemarropa de un policía en un control de tráfico el martes en Nanterre, cerca de París. El hecho fue filmado por un testigo.
La violencia en Francia, que será sede este año del Mundial de Rugby y en 2024 de los Juegos Olímpicos, preocupa en el extranjero.
Varios países europeos, incluido el Reino Unido, aconsejaron a sus ciudadanos no viajar a las zonas afectadas por la violencia.
El consulado de China en Marsella pidió a los ciudadanos que estén «atentos y tengan precaución» después de que medios estatales informaran que lanzaron piedras contra un colectivo que transportaba a turistas chinos en esa ciudad.
La ONU advirtió el viernes de los «profundos» problemas de «racismo y discriminación racial» entre las fuerzas de seguridad francesas, una consideración que el Gobierno estimó «totalmente infundadas».
La violencia y la ira de los jóvenes de los barrios populares recuerdan los disturbios que sacudieron a Francia en 2005, después de la muerte de dos adolescentes perseguidos por la policía.
En un intento por frenar la espiral de violencia, muchos municipios, en particular en la región de París, impusieron un toque de queda y prohibieron la circulación de colectivos y tranvías a partir de las 21.
Nahel, el adolescente que murió por el disparo en un policía, fue enterrado el sábado en Nanterre, cerca de París, en presencia de su madre, su abuela y cientos de personas, en una ceremonia «muy tranquila».
Fuente: Télam.