Al igual que la UCR y la Coalición Cívica, un sector del macrismo resiste contra la voluntad de su líder la transferencia de su capital electoral hacia los libertarios. Milei, mientras tanto, revisa estrategias en reuniones con sus equipos de Campaña, Comunicación, Territorio y Fiscalización. | Por Pablo Dipierri
Es curioso que los radicales hayan contagiado al macrismo el apego por su apotegma más trágico. Que se parta pero que no se doble parece ser la contraseña con la que opera por estas horas Mauricio Macri su apoyo a Javier Milei para enfrentar a Sergio Massa en ballotage, aun cuando arriesgue la continuidad de la coalición que urdió hace 8 años de la mano de Elisa Carrió y Ernesto Sanz bajo la conducción estratégica de Héctor Magnetto.
Reuniones, llamados telefónicos, mensajes por Twitter y conversaciones reservadas conmovieron hasta los tuétanos al PRO durante los últimos días. La libertad de acción decretada por la Coalición Cívica y los rumores sobre la convocatoria de la UCR a una convención radical para la primera semana de noviembre con el objeto de resolver orgánicamente si se llama al voto en blanco o al tigrense no hicieron más que arrinconar al fundador del partido que ilusionó a la derecha que rebautizaron moderna y colaron en los anaqueles de la academia.
La querella interna brota en cada rincón institucional de esa formación política. Hasta donde supo La Patriada, dos ex ministros cambiemitas impulsan el último intento para persuadir a Macri de que resigne la lógica gerencial de su modelo de conducción para que sea la propia base electoral la que elija en las urnas según su conciencia.
“Estamos en una situación muy frágil porque, incluso si en la reunión de la Mesa del PRO Mauricio aceptara no pronunciarse por el voto a Milei, sale en cualquier canal de televisión a decir que su candidato es el peluca y se va todo a la mierda”, le dijo a este medio un diputado, mientras observaba en su despacho las repercusiones que reproducía la televisión con mensajes de dirigentes macristas en Twitter que promovían la adhesión a La Libertad Avanza (LLA).
Desde el Senado también afloran voces de representantes macristas que advierten sobre la necesidad de garantizar canales de diálogo político con quien resulte electo presidente porque la coalición opositora gobierna una decena de provincias. “Hay más voluntades cercanas a ocupar el lugar de oposición responsable, que sostenga además a 9 gobernadores en su conversación con el futuro presidente que elegirán libremente los votantes”, admitieron ante este portal desde un despacho del PRO en la Cámara Alta que trabajó por la candidatura de Horacio Rodríguez Larreta, y agregaron: “por más que nosotros digamos que hay apoyar a tal o cual, la gente va a tener siempre libertad de acción”.
De todas maneras, las objeciones también surgen desde el corazón mismo del bullrichismo interruptus. En las horas frenéticas de la tarde de ayer, un legislador que no tiene empacho en decir que se autopercibe de derecha recibió el llamado de otro que, durante el gobierno de Cambiemos, cursó despidos a mansalva en el área que gestionaba. “Juntémonos a almorzar pero cuidemos el espacio, que por ahora quede el espacio entre nosotros dos”, fue el acuerdo al que arribaron mientras uno de los dos le facturaba al otro los tuits del intendente de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel, y el diputado Ricardo López Murphy, en favor de Milei.
Imponiéndose o postergándose el ukase para aupar a LLA, la ruptura del PRO se divulga como hecho consumado. “A lo sumo lo podemos demorar pero ya está”, confiesa un macrista hardcore, y añade: “es un buen momento para irse de viaje y no atender llamados”.
Las explicaciones políticas sobre el empecinamiento de Macri adoptan ribetes de diván. Cuentan las malas lenguas que el radical y lugarteniente del ex Presidente en Boca Juniors, Daniel “Tano” Angelici, distinguía entre las dos facetas de su jefe político. “Cuando Mauricio es Macri, me encanta pero a veces viene hablando de la moral y es Blanco Villegas”, habría graficado alguna vez en una tertulia el binguero al que le atribuían talento para el terreno judicial.
En ese sentido, un ex ministro que lo trató mucho culpa por el trauma a Marcos Peña, quien no lo dejaba ser él mismo. “Ahora Mauricio ve en Milei la posibilidad de cobrarse una revancha por lo que no lo dejaron ser y hacer bajo el mandato de lo políticamente correcto”, argumenta.
Como sea, Milei todavía espera el apoyo de Macri, quien le estaría acercando cuadros para un eventual elenco libertario: Germán Garavano, Guillermo Dietric y Andrés Ibarra serían tres de los primeros nombres propuestos, siempre y cuando el calabrés garantice que sus seguidores meterán en la urna la boleta de la LLA.
Con un ojo en sus equipos de Campaña, Comunicación, Territorio y Fiscalización y otro en lo que pase con la Mesa del PRO, el economista minarquista estudia con sus colaboradores la mejor manera de salir de la arena movediza que, desde el domingo pasado, lo hundió en el desconcierto. La ruptura de Juntos por el Cambio tal vez sea la última rama para aferrarse y deberá apelar a cualquier utensilio, menos a la motosierra.