Jun 18 2025
Jun 18 2025

Afinidad con Trump y pragmatismo con los demócratas: ¿la elección en EE.UU. afectará el vínculo con Argentina?

Publicado el

Por Camil Straschnoy

El tema que más le interesa a Javier Milei de la relación bilateral pasa por la ayuda que le pueda brindar la Casa Blanca respecto al préstamo que tomó el macrismo con el FMI y que convirtió al país en el principal deudor ante el organismo multilateral de crédito.

Estados Unidos definirá su próximo presidente el 5 de noviembre en una elección que se prevé pareja, con Donald Trump en busca de regresar al poder y Kamala Harris a la espera de convertirse en la primera mujer en liderar la Casa Blanca y darle un nuevo mandato a los demócratas. En pugna hay dos modelos distintos, aunque se estima que el resultado del comicio tendrá poco peso real en la relación bilateral con Argentina.

En lo superficial, existen claras afinidades ideológicas entre el republicano y el presidente argentino Javier Milei. Una cercanía que quedó graficada en el abrazo que se dieron durante la cumbre conservadora CPAC en las afueras de Washington y en los elogios que se regalaron, incluyendo el juego de palabras que propuso el magnate al reemplazar «America» por «Argentina» en su eslogan MAGA (Make Argentina Great Again/Hacer Argentina Grande de Nuevo).

La relación entre dos figuras de una derecha transnacional cada vez más organizada tiene también como puntos en común un discurso antipolítico, la difusión constante de fake news y el uso de grupos de simpatizantes para promover una retórica y acción incendiaria.

Pero debajo de las coincidencias se encuentran grandes diferencias, sobre todo en el plano económico y el comercio exterior: Trump impulsa un proteccionismo muy fuerte, mientras que Milei se postula como un defensor del libre mercado y el liberalismo.

Más allá de los polos que unen y repelen a ambos políticos, hay otra realidad que refuerza la idea que el resultado electoral moverá poco el amperímetro para la Argentina: el país al sur del continente no es relevante para la política exterior de la primera economía mundial.

«Argentina no es una prioridad para Estados Unidos. No es un socio importante, no es una oportunidad económica ni tampoco un problema geopolítico. Si gana Harris o lo hace Trump, no va a haber casi diferencias en el nivel de atención que le van a dar a Argentina«, indicó a La Patriada Web Ernesto Calvo, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Maryland.

«Ideológicamente, Trump y Milei están muy cerca. No por política pública, sino por la red de contactos. Ambos apuntan a un votante similar y están muy conectados a una derecha internacional que se ha ido integrando cada vez más. En algún sentido, van a las mismas fiestas y quieren tomar los mismos tragos», analizó, y aclaró: «Sin embargo, lo importante no es si hay afinidad, sino cuál sería el motivo por el cual Trump haría cualquier cosa por Milei«.

El tema que más le interesa a la Argentina de la relación bilateral pasa por la ayuda que le pueda brindar la Casa Blanca respecto al préstamo que tomó el macrismo con el Fondo Monetario Internacional y que convirtió al país en el principal deudor ante el organismo multilateral de crédito. El papel que pueda tener algunos de los dos principales candidatos presidenciales estadounidenses en tirar un salvavidas es limitado, e incluso una victoria de Trump podría impulsar una apreciación del dólar que complicaría aún más a la economía argentina.

«Ni Trump ni Harris van a mover piezas importantes para ayudar a Argentina en la actual situación«, apuntó Calvo.

La relación actual: un vínculo pragmático

La relación entre Argentina y Estados Unidos se caracteriza por el pragmatismo. Las recientes visitas a Buenos Aires de altos funcionarios estadounidenses, como el secretario de Estado, Antony Blinken, y la jefa del Comando Sur, Laura Richardson, evidencia la existencia de este tipo de vínculo entre el gobierno demócrata y el mileismo, más allá de los gestos amistosos entre el mandatario argentino y Trump.

«Yo no me dedico a la política electoral, yo hago política exterior y, en base a eso, lo que puedo decir es que no puedo estar más complacido de haberme reunido aquí con el Presidente», dijo Blinken, en conferencia de prensa junto a la entonces canciller Diana Mondino, al eludir dar una definición sobre la cercanía ideológica entre el libertario y el republicano.

El pragmatismo se refleja también en los acuerdos militares firmados en los últimos meses. Washington le transfirió a la Fuerza Aérea Argentina un avión de transporte Hércules C-130H y le vendió 24 aviones de combate F-16, mientras que Buenos Aires pidió convertirse en “socio global” de la OTAN, en un intento de profundizar su acercamiento a esa alianza liderada por Washington (criticada con dureza por Trump) y las potencias europeas.

En el mismo sentido, la atención de Estados Unidos se centra en temas como la seguridad regional, con la situación en Venezuela como principal tema de interés, el combate al narcotráfico y la creciente influencia global de China, dejando en un segundo plano las coincidencias o discrepancias políticas con el gobierno argentino.

Ascenso trasnacional de los grupos de ultraderecha

Por otro lado, un triunfo del republicano le daría un nuevo impulso a los grupos de ultraderecha que se encolumnan detrás de su figura. Neonazis, neofascistas y neoconfederados son algunos de los movimientos del supremacismo blanco que se empoderaron durante el mandato del magnate y que comenzaron a regresar a la escena pública durante la actual campaña.

Fronteras afuera, este regreso al poder podría fortalecer también a movimientos similares en otros países, como los que lideran los seguidores del expresidente Jair Bolsonaro en Brasil, del primer ministro húngaro Viktor Orbán (presente en el acto de asunción de Milei en diciembre del año pasado) y del propio mandatario argentino.

Es que con diferencias por los contextos de cada uno de los países, la relación cercana con grupos y militantes que promueven la violencia y los discursos de odio son otra costura que unen a Trump con Milei.

«No tienen problemas en vincularse con figuras y organizaciones de extrema derecha que demonizan a la comunidad LGBTQ+ y a otros grupos, como inmigrantes, y mantienen vínculos estrechos con los conservadores religiosos. Arremeten contra la ‘ideología de género’ y, cuando han estado en el poder, han tomado medidas para restringir los derechos de las mujeres y personas LGBTQ+. Además, atacan regularmente a quienes mantienen el funcionamiento del Estado, a quienes ven como opositores que frenan sus planes”, comparó en declaraciones a La Patriada Web Heidi Beirich, cofundadora de la ONG Global Project Against Hate and Extremism (GPAHE).

«El ascenso de Milei al poder es un impulso a organizaciones supremacistas blancas y neonazis. Esto es lo que ocurrió en estos otros países cuando Trump y Bolsonaro ascendieron y, eventualmente, asumieron los cargos más altos. No espero que sea distinto en Argentina, aunque hay una diferencia: el país tiene, para empezar, muchos menos grupos de este tipo«, agregó la representante de la organización, que recientemente realizó un informe detallado de los grupos de odio y extremistas argentinos.

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