por Fabián Waldman.
Al mediodía del miércoles 8, en Casa Rosada se muestran confiados en la aprobación de la nueva Ley Ómnibus, que fue reducida a menos de la mitad. “La Ley sale, tenemos 37 o 38 votos”, sostienen. “¿Seguro?”, pregunta este cronista. “37 están”, es la respuesta. Aunque sostienen que podrá sufrir cambios y volver a Diputados en algunas cuestiones específicas, luego de su aprobación en general.
Para aprobar las nuevas normas se necesitan más de 36 votos, son 72 los senadores. Con el resultado más que justo, el Presidente dejó toda la negociación en manos del ministro del Interior, Guillermo Francos, y en las voces del vicejefe de Gabinete, José Rolandi.
El derrotero que sigue el discurso oficial desde el 10 de diciembre ha sido sinuoso a lo largo de estos casi seis meses. Desde posturas irreconciliables con la casta, hasta acuerdos imprescindibles para que camine. Desde insultos y acusaciones de ratas a los legisladores, hasta desmentidas de algún funcionario de Gobierno al propio Presidente.
Uno de los principales gestores de las diferencias entre la primera vuelta y la segunda vuelta de la Ley Bases es el ministro Guillermo Francos, que le fue tomando el pulso al estado de humor de Javier Milei y poniéndole el pecho a los desplantes poco razonables del mandatario, quien a través de posteos o descalificaciones en los medios atacó a propios y extraños por su acompañamiento u oposición al compendio de leyes del que pretende su aprobación.
La felicidad del ministro del Interior, luego de la media sanción en la Cámara Baja, fue contundente, dijo a FM La Patriada: “después de 6 meses sacamos una Ley”. Aunque a ciencia cierta todavía falta para que se concrete y no es bueno comerse el postre antes de la comida.
Las palabras del Presidente y promesas de campaña se las llevó el déficit cero junto con el ajuste. En la apertura de las sesiones legislativas del pasado 1º de marzo, señaló que debería tener la Ley Bases aprobada para marchar al “Pacto del 25 de Mayo”. Ese nudo en la garganta, que funcionó como un condicionante para sus políticas nacionales, ya ha sido relajado y puede seguir aflojándose aún más con el correr de las horas. La idea primaria era la aprobación en Diputados sin modificaciones, pero el tabaco metió la cola y un sector de la oposición consiguió cambiar el panorama, a pesar que desde Rosada habían señalado que no la incluyeron porque “no queremos empiojar la cosa”. ¿Se irá entonces a la tercera? La incógnita está planteada para lo que aún resta del tratamiento en la Cámara Alta. Allí, esperan que salga aprobado de las comisiones y se vote la semana próxima, pero viene con incógnitas.
La otra Presidenta
La Vicepresidenta está alertando al Presidente. Si se va la semana próxima y debe reemplazarlo en el ejercicio del Ejecutivo, no podrá presidir el Senado cuando se trate la Ley Bases. Milei tiene programado su viaje a España para apoyar al candidato del partido de derecha Vox, Pedro Abascal, el próximo 18 o 19 de mayo. Esta fecha coincidiría con la discusión en el recinto y desde el Senado ya le comunicaron esta situación a Presidencia: “Victoria se reunió con Karina Milei y entre otros temas que trataron, la puso al tanto de la situación, la definición política será de ellos”, confían a La Patriada. Aclaran también que el voto no se perdería, pues Bartolomé Abdala, a pesar de Presidente Provisional del Senado, emitiría en primer lugar su voto como senador y luego, en caso de empate lo haría como responsable del cuerpo. El reglamento del Senado establece en el artículo que el Presidente del cuerpo “sólo vota en caso de empate” y en el artículo 213 cuando ésta es ejercida por un senador, es quien decide la misma luego de otra discusión, en caso de un nuevo empate.
A pesar que dicen que legalmente no hay problemas, se deja traslucir la inconveniencia y la doble carga para el legislador libertario dejando sin participación a la Vicepresidenta. Fueron aún más precisos sobre la opinión de la actitud de Milei: “si se va a España tratándose la Ley de Bases acá, los gestos políticos dependen de cada uno”.
Cerca de Villarruel, sobre el resultado final para la Ley, prefieren no hacer pronósticos, diferenciándose de Rosada. “Podemos responder solamente por el trabajo que estamos realizando, no podemos generar expectativas sobre algo que después no podremos cumplir”. En Balcarce 50 sostuvieron la agenda del Presidente, dejando de lado cualquier posibilidad de cambio. “¿Cómo está la relación entre ambos?”, consultó La Patriada a un funcionario con acceso al despacho presidencial: “Excelente, desde aquel abrazo luego de una reunión de Gabinete”, respondió.