Mientras continúan los bombardeos del Ejército israelí sobre la Franja de Gaza, el número de víctimas palestinas no deja de aumentar. Ya se contabilizan más de 54.000 muertos desde el inicio de la ofensiva militar lanzada por Israel en octubre de 2023, según cifras del Ministerio de Sanidad gazatí. A pesar de algunas señales ambiguas sobre posibles negociaciones, la ofensiva no da tregua.
Al menos 79 personas murieron y 163 resultaron heridas en las últimas 24 horas, aunque los hospitales del norte de Gaza –completamente aislados por los combates– no pudieron reportar datos actualizados. El balance difundido por las autoridades sanitarias, bajo control del gobierno de Hamás, da cuenta de 54.056 fallecidos y más de 123.000 heridos desde el inicio de la ofensiva israelí.
Negociaciones inciertas, fuego constante
En un mensaje que generó expectativas y confusión, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu deslizó la posibilidad de «avances» en las negociaciones indirectas con Hamás, en vistas a un alto el fuego y la liberación de rehenes. Sin embargo, su propia oficina se encargó de relativizar sus palabras poco después, aclarando que no hay anuncios concretos.
Mientras tanto, la población gazatí continúa siendo blanco de una ofensiva que no distingue zonas residenciales, escuelas ni refugios improvisados. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) denunció que más de 616.000 personas fueron desplazadas desde marzo, muchas de ellas obligadas a moverse varias veces en pocas semanas ante los incesantes ataques.
Gaza sin refugio
La situación humanitaria es crítica. Un comunicado reciente de la OIM y su Grupo de Coordinación y Gestión Global de Campamentos (CCCM) revela que el 80% de la Franja está bajo órdenes de evacuación israelíes. Aun así, «ningún lugar es seguro», advierte la organización: los bombardeos se extienden por todo el territorio y no respetan los mínimos principios del derecho internacional humanitario.
Escuelas, hospitales, campamentos y otros refugios civiles han sido atacados repetidamente. Las organizaciones internacionales no solo denuncian estas agresiones como violaciones al derecho internacional, sino también como parte de un patrón sistemático que empuja al colapso total del enclave palestino.