Por Fabián Waldman
Javier Milei se había jactado de no necesitar nombrar a los postulantes a la Corte por decreto. «No necesito me vengan a salvar de algo». Esta definición data del 1 de mayo de 2024. Pasó bastante agua bajo el puente. El Presidente ahora sí necesitan que lo salven.
La indignación aún circula como un río manso. El catalizador no alcanza para hacer la combustión necesaria. Los protagonistas de la historia no han encontrado todavía alguien que los pueda amalgamar.
Muchos legisladores, a pesar de la estafa democrática producida por el nombramiento de Manuel García Masilla como ministro de la Corte Suprema y al que sus colegas ya le tomaron juramento, no ponen su mirada en este tema.
«Tienen indignación selectiva». La afirmación de un legislador de Unión por la Patria tiene asidero. Algunos esperan a lo que suceda con Ariel Lijo, el otro nombre al que Javier Milei designó por decreto; si le van a tomar o no juramento y cuándo lo harían.
Otros plantean que el tema no es importante para la gente, que no alcanzan a hacerlo propio. Desde algún otro sector político manifiestan que si la única integración es la de García Mansilla, no sería tan malo. Especulan también sobre si ambos juristas estarán en la apertura de las Sesiones Ordinarias.
Para nuestro interlocutor, dar el presente implicará avalar la nueva conformación de la cúpula del Poder Judicial. La jura del nuevo miembro fue la gota que terminó de solidificar el bloque peronista: ningún diputado estará presente y saldó la discusión frente a los más institucionalistas. Germán Martínez, titular del bloque, planteaba la presencia de una pequeña delegación.
«Nosotros estamos apuntando fuerte a la sesión del 11 de marzo». La respuesta llega desde el Radicalismo para Siempre. Entregaron una nota en la Corte previendo la jura de García Mansilla, de la cual no tuvieron ninguna respuesta. Solo presentaron objeciones por la vía administrativa. Por ahora no tienen interés en avanzar con alguna manifestación.
El radicalismo será representado solamente por Julián Giuliano, presidente del bloque.
Las repercusiones por la jura del nuevo miembro de la Corte se han multiplicado a lo largo del día. Hace unos meses la senadora Anabel Fernández Sagasti consulto a García Mansilla si aceptaría tomar el cargo en comisión como lo hicieron en primera instancia Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz en el gobierno de Mauricio Macri.
La respuesta fue contundente: «Yo no hubiera aceptado una nominación en comisión, porque más allá que la Constitución lo prevé, hay un gran sector de la población que con buenas razones resiste ese tipo de decisiones”.
García Mansilla en contra de su propia designación por decreto y en comisión.@JMilei es un chico perturbado que nos lleva al caos.
Soltemos al trastornado. pic.twitter.com/RIwdpAqF8f— Flavio Buccino (@FlavioBuccino) February 26, 2025
El propio Milei se había jactado de no necesitar nombrar a los postulantes a la Corte por decreto: «No necesito una Corte adicta, pues tengo el culo limpio. No necesito que la Corte me venga a salvar de algo”.
Esta definición data del 1 de mayo de 2024. Pasó bastante agua bajo el puente y hubo un cambio de situación. El Presidente ahora sí necesitan que lo salven. El criptogate trajo una denuncia que rcayó en el juzgado de María Romilda Servini, quien derivó la investigación al fiscal Eduardo Taiano. En España también el diputado Gerardo Pisarello realizó la denuncia ante la Fiscalía de la Audiencia Nacional para que investiguen «los posibles fraudes de los criptobrothers (Javier y Karina Milei)» en el país europeo.
«Milei había dicho varias veces que si el Senado no lo trataba iba a tener que hacer por decreto. Un año les dio». Esa fue la respuesta desde Casa Rosada a La Patriada Web. No hubo contestación cuando este medio consultó si era obligación del Senado aprobar ambos pliegos. «Deberían haberlos tratado. Ya estaban avisados y el que avisa no traiciona«. De esta manera, dejaron en claro que no había ninguna marcha atrás, si no avanzar en la dirección definida desde el Triángulo de Hierro del Gobierno.
La mirada estará a partir del lunes en la Cámara alta. Para los senadores opositores quedan todavía alternativas para correr a Mansilla de la Corte. Según el economista y politólogo Nicolás Dvoskin, para quien el procedimiento sería muy sencillo, eso incluye aprobar el pliego de García Mansilla en la Comisión de Acuerdos por unanimidad o se lo suma en la siguiente sesión ordinaria y se rechaza solo con una tercera parte del cuerpo.
El solo hecho de aceptar ser nombrado juez de la corte por decreto debería ser razón suficiente para rechazar a un candidato a juez de la corte. El error inicial fue el del Senado que en 2016 aceptó a Rosatti y Rosenkrantz, que tienen la misma estatura moral que Lijo y Mansilla.
— Nicolás Dvoskin (@ndvoskin) February 26, 2025
La puesta en escena de este sábado en el Congreso no tendrá apoyo popular en las calles. Solamente existe una convocatoria en las redes a realizar un apagón televisivo para aquellos que quieren expresar su indignación. Mientras tanto y en la zona del Parlamento habrá un fuerte operativo de seguridad como acostumbra esta administración desde su llegada.