El pasado 23 de marzo, después de 38 días internado por sus graves problemas respiratorios, lo primero que hizo al salir del hospital fue ir a rezar a la capilla.
El papa Francisco, fallecido este lunes con 88 años, eligió como lugar de sepultura la basílica romana de Santa María La Mayor, en vez de la cripta vaticana, debido a su estrecho vínculo con la Virgen que custodia, a la que fio su pontificado.
Se trata del icono de la «Salus Populi Romani«, una de las vírgenes más queridas por los romanos, protectora de su salud, y por el papa Francisco, incluso desde antes de su elección en 2013.
La imagen consiste en una representación bizantina de María con el Niño sobre un fondo dorado que, según la tradición fue creada por san Lucas Evangelista, patrón de los pintores.
El pontífice argentino fue a lo largo de sus poco mas de doce años de ministerio muy devoto de este icono, al que acudía por ejemplo antes y después de cada viaje apostólico que emprendía, publicó la agencia de noticias EFE.
Su primera visita al salir del hospital
El pasado 23 de marzo, después de 38 días internado por sus graves problemas respiratorios, lo primero que hizo al salir del hospital Gemelli de Roma fue acudir a rezar ante la Salus Populi Romani.
Asimismo este icono fue llevado a la plaza de San Pedro la noche del 27 de marzo de 2020, cuando el pontífice rezó por el final de la pandemia de coronavirus ante un mundo confinado (además se expuso el crucifijo de San Marcelo que salvó Roma de una peste en el 1522).
Por esta devoción, Francisco ha decidido no ser sepultado en la cripta de San Pedro del Vaticano, como lo hizo su predecesor Benedicto XVI, por ejemplo, y ha elegido una pequeña capilla en Santa María La Mayor.