May 24 2025
May 24 2025

La tormenta perfecta: economía y política fuera del control de Milei

Publicado el

Por Fabián Waldman

«Va a haber volatilidad, pero nada que nos mueva del plan». La realidad parece chocar contra el planteo de un gobierno que dice caer siempre bien plantado. Si falla es por culpa de la casta y si sale bien es gracias a las medidas tomadas.

“Es necesario que oscurezca para que aclare y se imponga la libertad”. Esa es la definición del Gobierno sobre el momento que atraviesa el país.

El reconocimiento de la delicada situación que vive la Argentina, encabezada por una gestión que no atina a responder con medidas paliativas, llega desde un despacho cercano al de Karina Milei. Se trata de un frente político y económico combinados para producir una tormenta perfecta y no hay paraguas que utilice la administración liberal para guarecer a los argentinos.

El aumento del Riesgo País, la suba del dólar MEP y la caída de las acciones de las empresas argentinas en el exterior conforman un rompecabezas difícil de armar para el Gobierno. La existencia del cepo cambiario permite controlar en cierta manera la fuga de divisas y es el arma más eficiente para sustentar este equilibrio.

«Va a haber volatilidad, eso es normal. Pero nada que nos mueva del plan». La realidad parece chocar contra el planteo de una estrategia que dice caer siempre bien plantada. Si falla es por culpa de la casta y si sale bien es gracias a las medidas tomadas.

Todo Marcha Acorde al Plan (TMAP). Esta sigla es una de las más utilizadas por La Libertad Avanza. Importada desde el lunfardo estadounidense, siempre está a mano para justificar cualquier resultado, sea positivo o negativo.

«El mercado lleva cerca de un 40% de corrección de la Onda I iniciada en julio 22». Este viernes, a las 13:15, la cuenta @mileiemperador, atribuida a Santiago Caputo, afirmaba que el momento financiero actual estaba previsto en el horizonte y era consecuencia de la gran toma de ganancias ocurrida en julio de 22.

«Cuando tenés fundamentos sólidos no hay nada que nos pueda alterar». Sin posibilidad de una autocrítica o marcha atrás en su carrera hacia adelante, Javier Milei «acelera en las curvas». Niegan que haya una corrida cambiaria cuando el Banco Central (BCRA) vendió dólares en 13 de las últimas 14 ruedas y las reservas bajaron casi USD 3.000 millones en tres semanas. Desde el punto de vista económico, la fragilidad interna se le suma al tsunami externo provocado por las medidas arancelarias lanzadas esta semana por Donald Trump.

Mientras tanto en el Senado…

En otro orden, en el rincón político de Casa Rosada afirman que conocían el desenlace que se vería en el Senado: el rechazo a los pliegos de postulantes a la Corte Suprema de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla.

Sin embargo, el enojo visceral de la Presidencia pareciera demostrar lo contrario. Las expectativas por tumbar la sesión hasta momentos antes de su inicio por parte de Santiago Caputo no pudieron concretarse. ¿Acaso alguien le vendió a Milei la seguridad de controlar el quorum en el Senado?

El Gobierno supo revertir los votos de los legisladores santacruceños unas horas antes de la sesión con USD 335 millones para inversiones y la caja jubilatoria provincial. También algunos gobernadores peronistas levantaron su mano para aprobar el pliego de Lijo. Pero todo eso no alcanzó y hasta ahora el Gobierno no demostró que tuviera un Plan B.

Detrás de la derrota en el Senado ven una operación política planificada entre Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner.

«Finalmente se opusieron más a García Mansilla que a Lijo«. Cerca de Santiago Caputo mostraban su asombro por la negativa hacia el último cortesano ingresado. Descreen que tenga relevancia el hecho en la sociedad, ya que no mueve el amperímetro. Y esa es la vara que en definitiva mira el Gobierno: la incidencia en el electorado libertario.

Para Balcarce 50, así pasen unos días o una semana, no se agravará la situación de Mansilla. El Supremo ha demostrado tener pocos escrúpulos a la hora de responder sobre su entrada y permanencia en la Corte. «El Senado tomó una decisión respetable, yo nunca aceptaría ser designado por decreto». Ricardo Lorenzetti, en una entrevista radial, salió a diferenciarse del último convidado y de sus dos pares.

Tanto Carlos Rosenkrantz como Horacio Rosatti, los otros dos miembros del más alto tribunal de la Nación, habían accedido a integrar el máximo tribunal por un decreto de Mauricio Macri. Finalmente, el exmandatario decidió dar un paso atrás y fueron nombrados con el acuerdo del Senado. Macri pudo retroceder y conciliar posiciones, pero Milei no lo tiene en su menú de opciones.

La foto que no fue

No hubo foto. No hubo encuentro. La cita con Donald Trump que le habían prometido a Milei no existió. Un viaje relámpago de 36 horas para dirigirse a un auditorio que no lo escuchaba, rodeado de banderas estadounidenses.

«Todo está okey con Trump. Fue una pena el retraso causado por el helicóptero, no faltará oportunidad». La frustración por el esfuerzo realizado no será aceptada desde el riñón presidencial, pero no quedó bien parado el gestor del encuentro: el canciller Gerardo Werthein.

La urgencia por acceder directamente a Trump fue condicionada por dos motivos. Por un lado, la suba de aranceles importados desde la región en un 10% y en la otra, por la necesidad de acelerar el crédito proveniente del FMI.

La primera había sido abordada por Werthein en su reunión con el secretario de Comercio, Howard Lutnick. La compañía del ministro de Economía, Luis Caputo, para exhibirlo y tratar de cerrar con sus contactos directos no tuvo tampoco un grato final.

La agencia Bloomberg comunicó este viernes que el FMI no ha resuelto cuál será el importe que brindará como adelanto del acuerdo de USD 20.000 millones que debería cerrarse entre el 15 y el 21 de abril próximos.

La directora gerenta del Fondo, Kristalina Georgieva,había anticipado la posibilidad de girar el 40% del monto total. De esos USD 8.000 millones deberían usarse para un repago con el mismo FMI, quedando libres de disponibilidad USD 5.600 millones.

Si el BCRA accediera a esas divisas y continuase el ritmo de fuga actual, no duraría más de 50 días.

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