Dic 07 2024
Dic 07 2024

Nigel Farage, el provocador de ultraderecha que elogia a Milei y busca irrumpir en el Reino Unido

Publicado el

Por Camil Straschnoy

El candidato de la agrupación Reform UK describió a las políticas que impulsa el presidente argentino en el país como un «thatcherismo con esteroides». En su discurso de campaña figuran la antiinmigración dura, mayor presencia policial, recortar subsidios medioambientales y elevar el gasto en defensa.

Los británicos irán este jueves 4 de julio a las urnas en unas elecciones parlamentarias que, de acuerdo a los sondeos, anticipan el regreso del laborismo al Gobierno tras 14 años en las sombras como oposición a los conservadores, y la irrupción en la escena nacional de Nigel Farage, un provocador dirigente de ultraderecha que elogió al presidente argentino Javier Milei y con el que tienen muchos puntos en común.

Farage, de 60 años, no es una figura nueva en la política. Ya ganó en dos ocasiones los comicios para el Parlamento Europeo a través de una plataforma que es base de su actual discurso: antiinmigración dura, mayor presencia policial, recortar subsidios medioambientales y elevar el gasto en defensa. Al igual que otras figuras de la derecha europea, sus ejes también son el nacionalismo y el euroescepticismo, tema que le dio fama como uno de los impulsores del Brexit, la salida del país de la Unión Europea.

Lo novedoso es que en esta elección legislativa se encamina a ser diputado, algo que intentó sin éxito en siete oportunidades. Pero aún más relevante es que la agrupación que lidera, Reform UK (Reforma el Reino Unido), pelea con los tories en ser segunda fuerza a nivel nacional, ganar escaños en la Cámara de los Comunes y comandar la próxima oposición al laborismo.

La razón principal de este inédito ascenso de Farage en la política nacional británica es el descontento con el Partido Conservador después de diversos gobiernos calamitosos. Cinco primeros ministros de esa fuerza pasaron por la residencia oficial ubicada en el 10 Downing Street de Londres en los últimos 14 años, con tasas de popularidad en baja.

El ejemplo más paradigmático fue el gobierno de Liz Truss, que duró solamente 50 días y se convirtió en la gestión más corta de la historia moderna del país. Su antecesor en el cargo, Boris Johnson, dimitió entre denuncias de conducta sexual inapropiada de funcionarios y escándalos propios por sus fiestas durante la pandemia de Covid-19, mientras que el actual premier, Rishi Sunak, es criticado por cuestiones que van desde la marcha de la economía hasta irse antes de los festejos por el 80º aniversario del Día D en la Segunda Guerra Mundial.

“En estas elecciones, Farage se está beneficiando de que los conservadores son muy impopulares, así como de su propia reputación obtenida anteriormente. Creo que Reform habría subido un poco en las encuestas incluso sin él, debido a los problemas de los conservadores”, indicó a La Patriada Web Paula Surridge, profesora de Sociología Política de la Universidad de Bristol (Inglaterra).

Pero no hay dudas que sin el liderazgo de Farage, el partido Reform no podría obtener los resultados que pronostican los sondeos: un 17% de votos, con los conservadores sacando un 20% y los laboristas un 37%, según el último trabajo de la consultora YouGov. Y gran parte de ese imán lo logró gracias a una lucrativa carrera en los medios de comunicación en la que destiló odio y controversia.

El “funwashing” de Farage y Milei

Así como Milei ganó su fama como un personaje mediático autor de declaraciones explosivas, look excéntrico y un tono en constante ebullición, Farage cosechó visibilidad como comentarista político en radio y televisión, primero como invitado regular y luego con su propio programa. No solo eso, sino que hace tan solo siete meses participó de un reality show de supervivencia para celebridades con mucho rating.

Para este tipo de situaciones los británicos acuñaron el concepto de “funwashing”. Su significado apunta a la desintoxicación y reputación que logran figuras controversiales y sus ideas al popularizarlas como parte de un show de entretenimiento. No tan distinto a lo que logró Donald Trump con el ciclo de televisión The Apprentice que presentó y co-produjo antes de ser presidente de Estados Unidos.

El magnate, que en noviembre buscará otra vez llegar a la Casa Blanca, es otra costura que une a Milei y Farage. El ultraderechista británico mantiene una estrecha relación desde hace años con el republicano. El argentino lo elogió en numerosas oportunidades y tuvieron la posibilidad de un cara a cara, con abrazo incluido, durante la Conferencia de la Acción Política Conservadora (CPAC) en febrero en la que también habló Farage.

Margaret Thatcher, venerada por ambos dirigentes, es otra figura política que los une. Incluso, Farage describió a las políticas que impulsa Milei en Argentina como un “thatcherismo con esteroides”, al celebrar reformas que eliminan derechos laborales, retrotraen el rol del Estado y expanden los poderes del Ejecutivo.

La forma de hacer campaña es otro punto en común. Milei logró una importante base electoral en el descontento de los jóvenes y a ese sector también apunta Farage ante un electorado preocupado por el costo de vida ante el peor crecimiento de los ingresos en generaciones, una economía que recién ahora muestra signos de leve crecimiento y la erosión del NHS, el organismo de salud público afectado por recortes de servicios y largas listas de espera.

«El partido Reform ha intentado atraer a los votantes jóvenes, sobre todo a través de TikTok, y esto ha dado a Farage cierto estatus de celebridad”, explicó Surridge consultada por este medio. De acuerdo a un análisis publicado en The Guardian, los vídeos publicados en la cuenta personal del líder de la agrupación tuvieron más participación y visualizaciones que los de cualquier otro candidato o partido político que se presenta en esta elección.

Un discurso nacionalista que también avanza en Francia

La campaña de Reform sufrió complicaciones por los exabruptos racistas y homofóbicos de algunos de sus candidatos. El que más ruido hizo salió de la boca del postulante a diputado Ian Gribbin, quien dijo que el Reino Unido estaría «mucho mejor» si hubiera «aceptado la oferta de neutralidad de Hitler» durante la Segunda Guerra Mundial.

Pese a esto, Farage aspira a traccionar voluntades a favor del partido que encabeza con una característica típica de la derecha europea: un nacionalismo extremo, tanto en lo político como en lo económico. Un discurso que en Francia tuvo su eco con el triunfo de Marine Le Pen este último domingo en la primera vuelta de las legislativas.

Esa estrategia le permitirá robar votos a los conservadores, aunque su poder real lo determinará la cantidad de bancas que gane. En Reino Unido se asignan para el candidato más votado en cada uno de los distritos, por lo que un buen resultado a nivel nacional no garantiza necesariamente muchos escaños.

Las proyecciones indican una contundente victoria del laborismo, aunque quizás tengan que formar una coalición con el Partido Liberal Demócrata (centro) para obtener una mayoría parlamentaria y designar al próximo primer ministro. Más certezas existen en que ese cargo lo ocupará Keir Starmer, un dirigente moderado, lejano a los sectores de izquierda que históricamente sirvieron de base electoral a los laboristas como los sindicatos.

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