Aseguraron que el disparo hecho a la cabeza del fotógrafo durante la represión a la marcha de los jubilados «no debe quedar impune».
Familiares, dirigentes políticos y, principalmente, reporteros gráficos llevaron a cabo este jueves un «camarazo» en reconocimiento al trabajo del fotógrafo Pablo Grillo, quien se encuentra internado en grave estado después de haber sufrido una profunda herida en la cabeza producto del disparo de un proyectil de gas lacrimógeno hecho durante la salvaje represión del Gobierno nacional a la marcha de jubilados.
El «camarazo» fue convocado por la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA) en el cruce de las calles Hipólito Yrigoyen y Solís, a metros del Congreso Nacional, donde Grillo cayó herido en su cabeza por el disparo mientras cubría la movilización llevada a cabo este miércoles.
Grillo fue operado de urgencia en el Hospital Ramos Mejía y el pronóstico de los médicos acerca de su salud es reservado y crítico como consecuencia de la gravedad de la herida.
Dirigentes políticos, sindicales y algunos familiares de Grillo se reunieron para reclamar el esclarecimiento del hecho y obtener testimonios que permitan dar con el agente que disparó contra el reportero gráfico, cuya identidad todavía se desconoce.
ARGRA, por medio de un comunicado, no solo exigió que se esclarezca quién disparó contra Grillo sino que también reclamó la renuncia de quien coordinó el operativo represivo, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien este jueves justificó la cacería llevada a cabo por agentes de la Policía Federal, la Gendarmería y Prefectura.
En una conferencia de prensa previa al «camarazo«, representantes de ARGRA, el Sindicato de Prensa de Periodistas (SiPreBa) y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) aseguraron que el ataque que sufrió Grillo “no debe quedar impune», y reiteraron: «Necesitamos que se vaya Bullrich«.
«Hoy tenemos un compañero en el hospital peleando por su vida. Pablo Grillo fue alumno en ARGRA en 2018 y lamentamos que la ministra Bullrich, de la que pedimos la renuncia, haya dicho en La Nación + que Pablo estaba detenido cuando estaba peleando por su vida en el Ramos Mejía. Obviamente, vamos a iniciar las acciones legales correspondientes para que no quede impune. Dijimos que no queremos otro José Luis Cabezas”, indicaron en referencia al reportero gráfico asesinado en enero de 1997 en la ciudad balnearia de Pinamar.