Por Silvina Oranges
Unos 40.000 voluntarios comenzaron 2025 brindando asistencia a más de 2.200 comedores y merenderos, que reparten más de medio millón de raciones de comida ante una situación «dramáticamente delicada».
«Dramáticamente delicada«, así considera Cáritas –la organización de la Iglesia católica que se ocupa de las problemáticas sociales que derivan de la pobreza– la situación social que atraviesan niños, niñas y adolescentes en situación de pobreza e indigencia, en términos de seguridad alimentaria en la Argentina.
«En este 2024 la pobreza y la indigencia de los niños, niñas y adolescentes, en términos de inseguridad alimentaria, es dramáticamente delicada. Este es solo un rostro de la pobreza, de la crisis socioambiental«, afirmó Cáritas Argentinas en su mensaje de Navidad, a fin del año pasado.
Con 40.000 voluntarios y 3.500 equipos de trabajo que funcionan en parroquias, capillas y centros misionales de todos los rincones del país, Cáritas acompaña a personas y comunidades que se encuentran en situación de exclusión y vulnerabilidad. Se transforma, de esta manera, en una organización que toma el pulso en tiempo real de la situación social de los argentinos más relegados.
«Estos tiempos difíciles, que tanto nos cuesta transitar, repercuten con mayor crudeza en los que menos tienen. Por eso, las comunidades de Cáritas están multiplicando sus esfuerzos en todo el país para promover el trabajo, brindar oportunidades y renovar la esperanza en los barrios más postergados«, expresó la organización en su campaña de Navidad, difundida a fines de 2024.
Desde Cáritas explicaron a La Patriada Web que comenzaron el año brindando asistencia a más de 2.200 comedores y merenderos, que reparten más de medio millón de raciones de comida.
En articulación con instituciones civiles, municipales, provinciales y el Estado Nacional, la organización de la Iglesia católica brinda además apoyo a través de diversos programas de promoción humana, relacionadas con el trabajo, la educación y otras para que «las personas puedan ser protagonistas de su propia superación personal».
«Nuestra misión es simplemente trabajar para que estas familias puedan tener un horizonte de esperanza y mejorar su calidad de vida. En contextos de mayor vulnerabilidad, ponemos especial atención en los sectores más desprotegidos para tratar de acompañarlos y dar respuesta a las necesidades más urgentes, como por ejemplo el tema alimentario», informaron desde Cáritas a La Patriada Web.
Un obispo referente en las villas, al frente
Cáritas cuenta con nuevas autoridades desde noviembre de 2024, cuando la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) renovó todas su jerarquía y Marcelo Colombo fue elegido como nuevo presidente del cuerpo, en reemplazo de Oscar Ojea.
Según se decidió en esa oportunidad, la Comisión Episcopal para Cáritas Argentina es presidida actualmente por monseñor Gustavo Carrara, también arzobispo de La Plata.
Carrara fue un cura villero que fue promovido a obispo por el papa Francisco. Lo acompañan en la conducción de Cáritas monseñor Roberto Álvarez, obispo de Rawson, Chubut, y monseñor Enrique Martínez Ossola, obispo auxiliar de Santiago del Estero, como miembros de la comisión.
Con 51 años, una gran sensibilidad social y siendo uno de los principales referentes de la pastoral de los curas de las villas y los barrios populares, Carrara llegó a la presidencia de Cáritas -elegido por sus pares obispos- en un contexto social difícil y de crecimiento de la pobreza.
Suele hacer variadas apariciones públicas en los medios. En declaraciones de los últimos días, Carrara pidió a la Iglesia «levantar su voz» ante los recortes -como la quita de financiamiento de la Agencia de Unidos para el Desarrollo Internacional– y deportaciones anunciadas por el nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
«No perdamos humanidad«, reclamó el titular de Cáritas, tras explicar que «fue una decisión abrupta que tomó el gobierno de los Estados Unidos sobre programas de ayuda que se vienen dando hace por lo menos seis décadas», una ayuda que se canalizaba a través de muchas organizaciones y representaba el 40% de la ayuda internacional.
«Eso tiene un impacto sobre todo para países muy pobres de África, de Centroamérica, no tiene un impacto tan fuerte en la Argentina», aclaró, pero sí en países muy pobres que «dependen casi íntegramente de esas ayudas», que van desde lo alimentario hasta el suministro de agua potable, programas de alfabetización, entre otras áreas.
Emergencia en el sur
En estos primeros meses del año, y ante la ausencia y la tardanza en el accionar del Estado nacional, Cáritas Argentina estuvo abocada principalmente a las personas afectadas por los incendios forestales en la Patagonia. Es otro costado de su accionar solidario: dar una respuesta coordinada ante las emergencias.
Cáritas Bariloche viene acompañando el trabajo incesante de los voluntarios parroquiales. «Estuvimos en las zonas afectadas, repartimos módulos de alimento, agua y calzado, asistiendo a los voluntarios y tratando de contener emocionalmente a las familias»,
explicó Ana Orte, vicedirectora de Cáritas Bariloche.
«Estamos asistiendo a vecinos en todo el sector Wharton, las escuelas 103 y 118, en Pampa del Mallín. En la costa del Río Azul, camino al Cerro Perito Moreno, se perdieron unas 25 casas y la capilla Virgen de las Nieves», explicó, por su parte, Mauricio Medina, voluntario de Cáritas parroquial El Bolsón, en la diócesis de Bariloche, provincia de Río Negro. «Hace cinco días que estamos recorriendo y entregando las donaciones que nos llegan porque las familias no salen del lugar», agrega.
Cuentan que la situación es desesperante. Que hay familias que no solo perdieron sus viviendas sino también sus medios de supervivencia. «Hay productores de frambuesas, de fruta fina que perdieron las plantaciones y los freezers con la fruta que tenían cosechada. Las pérdidas son totales”, cuenta Mauricio.
Los equipos de Cáritas Esquel y Cáritas Argentina iniciaron en las últimas semanas el planeamiento de acciones en la zona con dos objetivos centrales: «Generar iniciativas de rehabilitación para las familias y definir un plan de sensibilización y reducción de riesgos en las comunidades», según informaron desde la organización a La Patriada Web.
En la zona de Epuyén, en la provincia de Chubut, desde el primer momento en que se detectó la emergencia, el equipo parroquial de Cáritas Lago Puelo, cuya capilla se encuentra en la zona, releva necesidades y brinda contención y ayuda a las familias
afectadas.
Todas las Cáritas del resto de la Patagonia siguen en contacto y atentas para colaborar con las necesidades puntuales que evalúen Cáritas Lago Puelo y Cáritas Prelatura Esquel.
Las donaciones pueden realizarse a través del sitio web de Cáritas Argentina: www.caritas.org.ar/emergencia