Lo confirmó, en declaraciones a «Pasos perdidos», en FM La Patriada, Anita Fernández Careaga, nieta de Esther Ballestrino de Careaga, una de las víctimas del represor Alfredo Astiz, que se reunió en los últimos días con el pontífice argentino.
Anita Fernández Careaga, hija de la ex detenida-desaparecida Ana María Careaga y nieta de Esther Ballestrino de Careaga, una de las víctimas del represor Alfredo Astiz durante la última dictadura militar, expresó este viernes que el papa Francisco, con quien mantuvo un encuentro en Roma, «mostró su preocupación por lo que está pasando en Argentina» y, especialmente, por la visita que diputados nacionales de La Libertad Avanza (LLA) hicieron a genocidas detenidos y condenados por delitos de lesa humanidad.
«El papa Francisco redobló la apuesta y directamente mostró su preocupación por lo que está pasando en Argentina. Está preocupado por estas cosas, no es menor. Su mensaje fue muy contundente«, dijo Fernández de Careaga en diálogo con «Pasos perdidos», en FM La Patriada.
#AHORA 📞 Dialogamos con Anita Fernández Careaga, hija de la ex detenida-desaparecida Ana María Careaga y nieta de Esther Balestrino de Careaga, una de las víctimas de Astiz, en #PasosPerdidos
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— FM La Patriada (@FMLaPatriada) August 9, 2024
Y agregó: «La palabra del papa Francisco recobra sentido y fuerza en estos momentos que estamos viviendo. Él se maneja mucho con gestos, como el que tuvo también hace unos días que se juntó con la sobrina de una de las monjas que secuestraron junto a mi abuela»
Fernández Careaga contó que Francisco habló «no solamente de conservar la memoria», sino también de «conservar los testimonios» de las víctimas de la represión ilegal ejercida por la última dictadura. «Nos dio una responsabilidad«, sostuvo.
La reunión llevada a cabo en Roma se extendió durante poco más de una hora, lapso en el que Francisco recordó a Esther Ballestrino de Careaga, quien antes de convertirse en sacerdote había sido su jefa en un laboratorio químico.
«Me habló mucho de mi abuela. Reivindicó mucho lo que era esa mujer. Dijo cosas maravillosas de ella«, destacó Fernández Careaga.
Y concluyó: «No le pregunté si iba a venir a la Argentina. Me angustia mucho pensar que no podríamos recibir al Papa por la confrontación que tenemos. No podemos vivir así», dijo.
Ballestrino de Careaga fue secuestrada en diciembre de 1977 junto con el grupo de familiares de víctimas que se reunía en la iglesia Santa Cruz, en el barrio porteño de San Cristóbal.
Astiz, represor de la ESMA y uno de los genocidas visitados por los diputados libertarios, se infiltró en el grupo para hacer tareas de inteligencia y planificar el secuestro de sus integrantes, quienes fueron torturados y desaparecidos.