El objetivo de sus medidas ha sido hasta el momento alterar radicalmente el papel del gobierno en la vida estadounidense y el sitio que ocupa el país en el mundo.
En sus primeros 100 días de su segundo mandato, el presidente Donald Trump ejerció su poder en un alcance y escala para las que no es fácil hallar algo comparable en la historia de Estados Unidos.
Sus acciones apuntan a la arquitectura del New Deal y la Gran Sociedad, pero difícilmente se detienen ahí. También está reescribiendo la ortodoxia republicana del presidente Ronald Reagan sobre el libre comercio y las alianzas internacionales sólidas. Todo ello con el objetivo de alterar radicalmente el papel del gobierno en la vida estadounidense y el sitio que ocupa el país en el mundo.
Para implementar partes de su visión, utilizó los servicios de la persona más rica del mundo, Elon Musk, para desmantelar la fuerza laboral federal, y sólo después de actuar sopesó si los recortes habían ido demasiado lejos.
Trump también ha declarado unilateralmente el poder de rehacer la alianza con Europa posterior a la Segunda Guerra Mundial, que en gran medida ha mantenido la paz durante casi 80 años. El presidente republicano ha efectuado declaraciones de emergencia extraordinarias para reescribir las reglas del comercio global, lo cual ha desatado pánico en mercados y capitales de todo el mundo. Y ha ordenado la deportación de migrantes a una prisión en El Salvador sin una revisión judicial previa.
Y lo que es más, le ha apuntado directamente al poder judicial, los medios, la salud pública y la cultura, intentando someterlos, y ha obtenido algún éxito sorprendente.
Muchas de sus acciones las prometió durante su campaña, pero las implementó con una agresividad contundente.
A continuación, presentamos los primeros 100 días más trascendentales de una presidencia estadounidense desde la de Franklin D. Roosevelt.
Economía
Trump intentó someter la economía de Estados Unidos a su voluntad. Pero una fuerza permanece intacta: los mercados financieros. El mandatario dice que a la larga el desenlace de sus aranceles será «hermoso». Hasta ahora ha sido un trimestre difícil, en el que la confianza del consumidor ha caído en picada, los mercados de valores se han convulsionado y los inversores han perdido confianza en la credibilidad de las políticas de Trump. Se ha convertido en un tiempo de ansiedad en lugar de su prometida era dorada de prosperidad.
Trump ha logrado remodelar la economía a través del poder ejecutivo, en gran medida pasando por alto al Congreso controlado por los republicanos. Ha impuesto cientos de miles de millones de dólares en aranceles, incluidos a los dos mayores socios comerciales de Estados Unidos, México y Canadá. Los bienes chinos están siendo gravados a un 145% en total.
Las sanciones comerciales incrementaron las tensiones con la Unión Europea y provocaron que Japón y Corea del Sur se apresuraran a negociar. A pesar de la evidencia clara de la supremacía económica estadounidense, Trump alega que Estados Unidos ha sido estafado en el comercio.
Trump ha utilizado su cargo para promover anuncios de inversión que aún no han tenido gran impacto económico. El mandatario habló de una inversión de 500.000 millones de dólares en inteligencia artificial por parte de OpenAI, Oracle y SoftBank. Invitó a ejecutivos de Hyundai a la Casa Blanca para el anuncio de una nueva planta siderúrgica en Luisiana. Pero la construcción de fábricas disminuyó en febrero, y los analistas externos han incrementado la probabilidad de que haya una recesión este año.
Ha recompensado a los sectores del carbón y el petróleo a través de ataques a energías alternas, pero sus aranceles provocaron aumentos en el precio del acero y otros materiales que la industria energética necesita para expandir la producción.
DOGE
Trump prometió enfrentar lo que llamó despilfarro, fraude y abuso en el gobierno. Nombró a Musk para encabezar esa iniciativa.
Musk convirtió su plan para un Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) en una de las piezas más controvertidas y trascendentales de los primeros 100 días de Trump.
El empresario abordó la tarea con una mentalidad de magnate tecnológico: romper cosas, y luego ver qué se desea arreglar. Los despidos fueron generalizados e indiscriminados. Se eliminaron programas sin que se analizaran a fondo. Las consecuencias humanas les fueron dejadas a otros para que las resuelvan.
El equipo de Musk tuvo acceso a bases de datos delicadas y se adentró en departamentos poco conocidos responsables de gestionar la fuerza laboral gubernamental y las propiedades federales.
Desde hace tiempo los republicanos han soñado con reducir la burocracia. Pero incluso algunos veteranos de los enfrentamientos presupuestarios de Washington quedaron atónitos por la velocidad e intensidad del trabajo de Musk.
El DOGE también cometió errores. Los alegatos de que se habían logrado ahorros masivos no cuadraban. Musk infló enormemente las estimaciones de cuánto dinero de los contribuyentes se pierde por fraude. Sus ataques contra el Seguro Social, del que dijo era una «estafa piramidal», inquietaron a los jubilados.
Es poco probable que Musk logre sus objetivos a gran escala. Sus planes para recortar 1 billón de dólares del presupuesto se redujeron a 150.000 millones.
Trump y Musk se prodigan elogios mutuamente. Pero el tiempo de Musk en el gobierno es limitado y Trump ha comenzado a hablar del trabajo del multimillonario en tiempo pasado.
Inmigración
Reprimir la inmigración ilegal fue el himno de la campaña de Trump, y es el tema en el que tiene mayor apoyo.
Ha cumplido a través de la implementación de algunas de las políticas de inmigración más duras en la historia de la nación, incluso después de que las prometidas deportaciones masivas aún no se materializan.
Trump invocó la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para deportar a migrantes con un debido proceso limitado, y luego la usó para enviar a cientos de presuntos pandilleros venezolanos a una megaprisión en El Salvador, en desacato de una orden judicial.
Trump envió soldados a la frontera con México y deportó temporalmente a migrantes por medio de vuelos militares. Declaró que ciertas pandillas eran organizaciones terroristas extranjeras y les prohibió a los migrantes que arriban a la frontera sur solicitar asilo en Estados Unidos.
Antes de hacerlo a El Salvador, el gobierno de Trump envió migrantes a la Bahía de Guantánamo, Cuba, mientras también requería que los canadienses se registraran al cruzar a Estados Unidos. Funcionarios presionaron al Servicio Interno de Impuestos (IRS, por sus siglas en inglés) para que entregara datos delicados de cientos de miles de personas que están en el país ilegalmente, lo que podría facilitar hallarlos.
Una encuesta del Centro NORC de Investigación de Asuntos Públicos y The Associated Press encontró que el 46% de los adultos en Estados Unidos aprueban la forma en que Trump ha manejado la inmigración, mientras que aproximadamente la mitad dice que ha «ido demasiado lejos» cuando se trata de deportar a inmigrantes que viven ilegalmente en el país.
Diplomacia y relaciones internacionales
Trump rechazó el orden posterior a la Segunda Guerra Mundial que ha sido la base para la estabilidad y seguridad global e insinuó reducir la presencia de fuerzas estadounidenses en Europa. Antiguos aliados como Alemania y Francia han dejado entrever que ya no pueden contar con Washington.
Trump también prometió lograr que las guerras en Ucrania y Gaza concluyan rápidamente, hasta ahora con poco éxito. Estableció un nuevo estándar para recibir a un líder de otro país cuando reprendió abiertamente al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy. Trump ha dicho repetidamente, e incorrectamente, que Ucrania comenzó la guerra. El conflicto empezó cuando Moscú invadió territorio ucraniano en febrero de 2022.
Sus acciones han llevado a aliados en Europa, junto con Canadá, Japón y Corea del Sur, a cuestionar su dependencia de Estados Unidos y a preguntarse si los compromisos que han perdurado durante mucho tiempo ya no se aplican.
El presidente ha afectado a otras organizaciones multilaterales. Retiró inmediatamente a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud, canceló la participación del país en el acuerdo de París para combatir el cambio climático, y tomó medidas contra la Corte Penal Internacional (CPI).
Prácticamente ha cerrado la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), considerada durante mucho tiempo un ejemplo de una herramienta efectiva para proporcionar ayuda humanitaria y generar buena voluntad, a pesar de que algunos de sus programas eran presa de corrupción.