Por Fabián Waldman
La detención en Venezuela del gendarme Nahuel Gallo se suma a la ya larga lista de cuestionamientos que Milei le hizo a su par venezolano, Nicolás Maduro. ¿Puede contribuir esta reunión con González Urrutia a solucionar la crisis actual?
En la primera semana del año pocos funcionarios transitan los pasillos de Casa Rosada. Este viernes, solo están aquellos relacionados con la jornada de mañana, cuando el presidente, Javier Milei, reciba en su despacho al venezolano Edmundo Gutiérrez Urrutia, candidato opositor a la presidencia del país caribeño en las últimas elecciones.
La lista de los funcionarios veraneantes atraviesa a buena parte del Gabinete nacional, con visitas a Disney, como Patricia Bullrich (ministra de Seguridad) -en deuda con sus nietos-; Federico Sturzenegger (Desregulación y Transformación del Estado), de recorrida por Dubai; Mariano Cúneo Libarona (Justicia), que solo decidió pasear por Punta del Este; el portavoz Manuel Adorni, quien reiterará por undécima vez su estadía en Estados Unidos. O Luis Caputo (Economía), cerca de Mauricio Macri en el exclusivo country Cumelén, en Villa La Angostura. En cambio, Sandra Pettovello (Capital Humano) y Mario Lugones (Salud) permanecen trabajando. No se conoce el destino de Luis Petri, ministro de Defensa.
Milei prepara su encuentro con Gutiérrez Urrutia. Será mañana, a las 11, en su despacho de la Casa Rosada y le ofrecerá todos los honores de un «presidente electo» porque «ganó las elecciones», hicieron saber desde Presidencia a La Patriada Web. Habrá alfombra roja en la explanada de la Casa de Gobierno y los granaderos saludarán a González Urrutia al ingresar. Luego, Milei y el dirigente venezolano se presentarán en el Salón Blanco y, posiblemente, se difunda un comunicado al término del encuentro, que se llevará adelante en el momento de máxima tensión diplomática entre ambas naciones desde la llegada del jefe de Estado liberal libertario al poder argentino.
La detención en Venezuela del gendarme Nahuel Gallo se suma a la ya larga lista de cuestionamientos que Milei le hizo a su par venezolano, Nicolás Maduro. ¿Puede contribuir esta reunión con González Urrutia a solucionar la crisis actual? El pedido de captura internacional librado ayer por el gobierno bolivariano aleja cualquier duda al respecto y pone blanco sobre negro la nula posibilidad de un diálogo directo entre ambos gobiernos.
Hace unas horas Javier Milei publicó una nota en el diario La Nación. Su enfrentamiento con la familia Saguier, propietaria del medio periodístico, es conocido. Cerca del mandatario acotan: «Una columna de opinión no se le niega a nadie«. La discusión sobre las formas y los ataques a la prensa por parte de Milei ha sido uno de los cuestionamientos constantes del medio, asustado más por el envase que por el contenido de las reformas políticas, económicas y sociales llevadas adelante, todas ellas muy cercanas al ideario del grupo centenario.
Una de las cuentas adjudicadas en X a Santiago Caputo, el tercer vértice del triángulo de hierro, publicó la nota sin antes aclarar: “Columna de opinión del Señor Presidente de la Nación Argentina, Javier Gerardo Milei, el Restaurador de la Libertad, en el periódico La Nación, otrora tribuna de doctrina”. Un dato: el asesor monotributista del Presidente ha decidido monetizar su cuenta de X verificándola. Esto ocurrió la misma semana que el periodista Carlos Pagni la diera a conocer en su programa «Odisea Argentina«, en LN +.
Mientras tanto, el Gobierno trata de negociar la realización de Sesiones Extraordinarias. La posibilidad de concretarlas depende de los acuerdos. Manuel Adorni se anticipó a su realización y quedó bicicleteando en el aire, porque no se concretaron en diciembre. Hoy el Poder Ejecutivo ya abandonó el tratamiento del Presupuesto 2025: lo prorrogó por decreto y gobernará nuevamente a discreción manejando «el látigo y la lapicera» que tanto denostaban de las administraciones peronistas, inclusive del propio Macri.
El interés libertario en estas horas va detrás de la Reforma Electoral, la eliminación de las PASO y negociar con los aliados como el PRO el tratamiento del proyecto llamado Ficha Limpia. Las PASO podrían ser suspendidas en caso de no llegar a su eliminación. Además, en Gobierno señalan un posible acuerdo con el PJ por el nombramiento de 150 jueces, fiscales y defensores que está paralizado. El Poder Ejecutivo debe enviar los pliegos de los mismos al Senado para ser aprobados.
Las acciones del Gobierno siguen apuntando a desmontar los derechos adquiridos a lo largo de estos años. Las políticas vinculadas a los Derechos Humanos, el desmantelamiento del Registro Único de Víctimas del Terrorismo de Estado y el Archivo Nacional de la Memoria, junto con la quita de subsidios al Banco de Datos Genéticos y a la Asociación de Abuelas Plaza Mayo no dejan lugar a equívocos.
La Memoria Completa que enarbola Milei se basa en la liberación de los genocidas y la finalización de los juicios contra los acusados militares y civiles de la última dictadura. Pero la historia sigue transcurriendo y los delitos de lesa humanidad se siguen perpetrando: los 300 nietos y nietas que faltan recuperar son la evidencia más clara de este ultraje.
La destrucción de estos ámbitos de investigación y relevamiento de pruebas, también se lleva centenares de miles de trabajadores considerados ñoquis: investigadores, restauradores, sociólogos, historiadores. Más de 35.000 personas han sido despedidas y destratadas. La seguridad jurídica es para las empresas y no para los trabajadores. El cambio de reglas se inclina hacia el lado más frágil de la balanza: ser fuertes con los débiles y débiles con los fuertes es la premisa de los gobiernos liberales, ya sean electos o no por las urnas. Hay algo en que se igualan: la necesidad de contar con fuerzas de seguridad para impedir la repulsa y las manifestaciones en su contra. Lo hicieron los militares siempre, Fernando de la Rúa, Macri y ahora Milei. Un hilo lo bastante visible para estar oculto.
La oposición no asoma la cabeza. No puede acertar con una agenda manejada a gusto y placer por el oficialismo. Los tiros en el pie del propio oficialismo o casos resonantes como el de Edgardo Kueider o Lucila Crexller, las propiedades del titular de la ex AFIP o de Christian Ritondo no logran estar en agenda más que unas horas.
La interna Milei-Villarruel tampoco dura mucho en la palestra. La disputa en el PJ, con una Cristina Kirchner presente en el día a día y la discusión abierta con Axel Kicillof por la campaña electoral que se avecina, desorientan a los propios.
La otrora combativa CGT durante el gobierno kirchnerista se mantiene callada y tratando de cuidar a los propios cuando el final está más cantado que «Despacito»: también irán por ellos.
Todo a pedir del oficialismo que, a pesar de su crueldad, falta de empatía, estigmatización, aumento desmedido de tarifas, transporte, alimentos y energía, continúa sosteniendo la esperanza de una buena parte de la sociedad. Una sociedad que no ve otra forma de atravesar este desierto y no visualiza aún la luz al final del túnel. Y menos todavía una alternativa que los conmueva.