Por Guillermo Lipis
Frente a esta situación, representantes del gremio ATE y trabajadores de planta autoconvocados de todos los niveles de atención concretarán este miércoles el primer paro general, por 24 horas, contra el gobierno de Javier Milei.
El Hospital Garrahan es el centro pediátrico de referencia en salud pública, gratuita y de alta complejidad del país. Inaugurado el 25 de agosto de 1987, desde su página web se afirma que es una institución «comprometida con los valores de accesibilidad, equidad, ética, resiliencia organizacional, solidaridad, transparencia y responsabilidad social, con el objetivo de brindar la mejor atención a todos los niños, niñas y adolescentes de la Argentina«.
Cuenta con una planta estable de unos 4.000 trabajadores y trabajadoras, a los que se le suman otras 2.000 de formación y demás tareas, más el personal tercerizado.
El Garrahan, una suerte de «ciudad médica» dentro de la ciudad de Buenos Aires, es financiado en un 80% por la Nación y un 20% por el gobierno porteño. Allí se realizan unas 610.000 consultas, 12.000 cirugías y son dados de alta más de 28.000 pacientes al año. Dispone de 587 camas, 132 de terapia intensiva, 20 quirófanos, 200 consultorios, áreas destinadas a Trasplantes, Neonatología, Unidad de Quemados y el Centro de Atención Integral del Paciente Hemato-Oncológico, además de un Banco de Sangre, Células y Tejidos, Banco Público de Cordón Umbilical, Banco de Tumores y 14 Laboratorios. Su dependencia de Imágenes e Intervencionismo realiza 180.000 prestaciones de imágenes por año y posee el único servicio de Radioterapia pediátrica pública, con un acelerador lineal.
Es un hospital que aporta producción de conocimientos y formación de personal calificado capacitando alrededor de 1.800 residentes por año, se indicó. También es pionero en el desarrollo de sistemas de telesalud, con el que capacita, forma equipos y atiende consultas a lo largo y ancho de la Argentina. En síntesis, un hospital modelo, único y con personal altamente calificado que corre riesgo de desarticular sus prestaciones, servicios y recursos humanos ante la carencia presupuestaria a la que está siendo sometido.
La «burla» del Gobierno y el gremio UPCN
La Junta Interna de ATE informó que el aumento de 2% que acordaron el gobierno de Javier Milei y el gremio Unión Personal Civil de la Nación (UPCN) para los trabajadores estatales «es un nuevo cachetazo al personal de salud» y «una burla» en medio de la crisis económica y la creciente inflación.
El acuerdo «llevó la bronca en el Garrahan a niveles extremos, por lo que el paro resuelto para este miércoles será enorme. Sus trabajadoras y trabajadores no aguantamos más», expresó el gremio a través de su secretario general, Alejandro Lipcovich.
El dirigente ratificó, en declaraciones a La Patriada Web, que debido a la medida de fuerza «se reprogramaron turnos de numerosas especialidades, desde estudios por imágenes hasta laboratorio. En el Centro Regional de Hemoterapia no se recibirán donantes y Medicina Transfusional reprogramó sus procedimientos agendados. Numerosas cirugías serán cambiadas de fecha. Sólo se prestarán guardias mínimas con prioridad en las urgencias«, indicó.
Gerardo Oroz, delegado adjunto, agregó que «el gobierno de Milei recortó brutalmente el presupuesto de nuestro hospital, lo cual implicó faltantes de insumos o su notorio empeoramiento en calidad. Pero, especialmente, el recorte de nuestros salarios, llevando a que tengamos enfermeras, médicas, técnicos, operarios y administrativos cobrando salarios por abajo de la línea de pobreza. No exageramos ni un poco al denunciar que la salud pública está en peligro», advirtió Oroz.
Lipcovich, en tanto, sostuvo «en estos nueve meses de gobierno de Milei el derrumbe (salarial) fue estrepitoso. Eso hizo -explicó- que lográramos juntarnos distintos sectores que representamos diversas realidades del hospital porque en todos los casos el retroceso ha sido muy notorio».
En referencia a las funciones y escalafones, destacó que «el salario básico inicial» de los trabajadores en el hospital «cubre la canasta básica de pobreza. El Garrahan era conocido por tener un sueldo superior al de otras instituciones, tanto públicas como privadas, pero esto se invirtió», planteó.
La Patriada Web: ¿Ustedes con quién negocian?
Alejandro Lipcovich: Estrictamente no negociamos con nadie. Y no porque no queramos, sino porque lo han impedido. En el pasado existía una paritaria propia del hospital que se llevaba adelante con el Consejo de Administración, conformado por cinco intermediarios: cuatro del Poder Ejecutivo Nacional y uno de la ciudad de Buenos Aires. Pero la eliminaron, entonces nos reciben cada tanto. Además, se declararon incompetentes ante el problema salarial. Lo que viene ocurriendo es que se aplica en forma automática la paritaria nacional de estatales que suscribe UPCN, sin consultar con alguien y sin permitir opinar a los trabajadores, en este caso del hospital. Lo cierto es que el Gobierno de Milei recortó brutalmente el presupuesto para el normal funcionamiento del hospital en esta primera parte del año.
Lipcovich explicó que en 2023 el Garrahan recibió 49.000 millones de pesos y hasta julio tuvo un presupuesto asignado de algo más de 60.000 millones, lo cual suponía un incremento del 34%, pero la inflación fue ocho veces más».
Este recorte «implicó insumos de peor calidad y menor cantidad, y especialmente un recorte salarial. No hubo ningún refuerzo para algún tipo de recomposición y, a causa de este ajuste, los fondos propios que el hospital maneja, que en el pasado en muchas ocasiones iba a reforzar los salarios por la vía de un ítem que se llama recursos genuinos o de bonos, fueron destinados en casi su totalidad al funcionamiento operativo. Así fue que se aplicó un enorme ajuste sobre los salarios este reclamo unifica a todo el mundo«, detalló.
La Patriada Web: ¿Cómo son los salarios en el hospital hoy?
Alejandro Lipcovich: Puedo dar algunos ejemplos de salarios iniciales. Tenemos lo que se llama asignación básica, que son los dos componentes del salario básico. Por ejemplo, una licenciada en Enfermería que comienza a trabajar en el hospital tiene, por 35 horas de trabajo semanales, una asignación básica de $745.000; el caso de un empleado administrativo es menor porque está en $537.000; un médico especialista, según el contrato que tenga, por 32 horas cobra $800.000; un médico terapista gana $850.000, y si tiene un contrato de más horas, puede llegar al millón de pesos como asignación básica. En el punto más bajo de la pirámide tenés a un operario con una asignación básica que, por 40 horas semanales, percibe $466.000. Y en contraposición, los funcionarios nombrados a dedo por el gobierno para el Consejo de Administración, que tienen una asignación básica, cobran más de 5,5 millones de pesos. Es decir que un integrante del Consejo gana nueve veces más que una enfermera que está al frente de la tarea asistencial en la terapia intensiva del hospital de mayor complejidad pediátrica del país.
La Patriada Web: ¿Esas cinco personas tienen alguna especialización en la materia o son cargos políticos?
Alejandro Lipcovich: Es controvertido. En general, son personas ligadas a la salud. La mayoría son médicos. El presidente del Consejo es un médico del hospital muy prestigioso que tiene una trayectoria, pero ahora está cumpliendo un rol de funcionario. No responden, digamos, por el buen funcionamiento del hospital, sino a lo que es su mandato político. De lo contrario, no se entiende que ellos ganen 5,5 millones y haya salarios de 700.000 pesos. Por ejemplo, nosotros vamos a un paro y está en debate si nos van a descontar el día o no. Y quienes toman esa definición son los miembros del Consejo de Administración que ya en el pasado han descontado huelgas. Por eso les reclamamos, como representantes del Gobierno, que tienen que dar respuesta a nuestros reclamos.
La Patriada Web: ¿Y qué les dicen cuando hacen ese planteo?
Alejandro Lipcovich: Balbucean o fingen demencia. Admiten que los sueldos son bajos, pero dicen que ellos no definen la paritaria, lo cual es de una enorme hipocresía porque, si bien no influyen como individuos, pero sí lo hace el Gobierno que los nombra y por el que responden.
Cabe consignar que La Patriada Web consultó con fuentes del Ministerio de Salud de la Nación y solicitó contactar con funcionarios del Consejo de Administración del Hospital Garrahan para volcar en este artículo sus opiniones o versiones de la situación. Ninguna de las gestiones permitió disponer de sus testimonios. No hablaron.
Los autoconvocados
Los médicos están preocupados por sostener calidad de atención a los pacientes del Garrahan y sus familias. «En el hospital cumplimos la carga horaria a full. Sostenemos un modelo de atención con dedicación exclusiva y efectiva, que es una excepción en lo que es la medicina pública en general se refiere», dijo a La Patriada Web Pedro Núñez, médico emergentólogo que forma parte del grupo de profesionales autoconvocados, es decir que no terminan de acordar en su totalidad con ninguno de los tres gremios existentes en el hospital: ATE, UPCN y SUTECBA.
Núñez, que en agosto de 2022 integró el equipo de la Unidad de Emergencias del Garrahan que obtuvo el primer premio en la XXVI Reunión Anual de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas por desarrollar una investigación sobre la sepsis pediátrica explica que «si se sigue en este tren, en el que básicamente no te pagan por ocho horas, entrás en una lógica que llamamos de servicio virtual, en donde vos hacés que vas al hospital y la gente hace que se atiende, porque vas cuatro o cinco horitas y después te rajas al consultorio a tratar de cerrar tu mes salarial y la atención termina siendo muy deficitaria».
«El hospital plantea una atención de máxima complejidad, pero no paga sueldos acordes a lo que a lo que necesita un profesional que trabaja ocho horas con dedicación exclusiva. Nosotros marcamos tarjeta, cosa que no ocurre en todos los hospitales públicos, y trabajamos atendiendo pacientes de máxima complejidad», advirtió.
Y para no faltar a la responsabilidad es que, como alternativa, se está produciendo la migración de profesionales al ámbito privado: se van del trabajo de atención pública.
«Hay gente que opta por el trabajo en la industria farmacéutica», citó. «Con estas condiciones cuesta formar un grupo de gente y mantenerlo porque los planteles no se renuevan como debería ocurrir», señaló Núñez.
El médico emergentólogo también destacó que esta formación que se dilapida tiene «mucho costo para el Garrahan. Ni siquiera es una ventaja económica para el hospital, sino que es malo porque invirtió en esa persona y se va«, evaluó.
Jimena Baltar, médica pediatra con un posgrado en Medicina Interna, que también forma parte del grupo de los profesionales autoconvocados, coincide con Núñez.
Tras concluir una guardia, dijo a La Patriada Web que «no es posible que a los trabajadores del Garrahan, un centro de salud de referencia y de alta complejidad, les cueste llegar a fin de mes».
Y agregó que por ello tampoco pueden «permitir esta política de postergar la salud, porque hoy en día lo que pasa es que los trabajadores no pueden seguir sosteniendo esta dedicación exclusiva y la gente elige irse«.
Baltar contó que el descontento expresado por los autoconvocados fue de menor a mayor, creciendo «desde el pie», como dice la canción.
“Al principio empezó entre los médicos, avisándonos de boca a boca el descontento, pero después se fue haciendo extensivo a todo el personal del hospital. Porque es todo», insistió.
Y aclaró que es una realidad que afecta «desde el primer trabajador administrativo que recibe a un paciente, siguiendo por el auxiliar de servicio que trabaja en el laboratorio y hasta el médico más experto que realiza la cirugía más compleja».
La pediatra explicó que ya tuvieron otras «luchas, pero lo de este año ha sido increíble. Hoy nos une esta gran preocupación«, indicó a horas de un paro masivo en defensa de la dignidad profesional y mejores condiciones para ejercer la medicina en el Hospital Garrahan.
«Como médica -sostuvo- me cuesta un montón hablar de paro. Pero, finalmente este miércoles se va a hacer para mostrarles a las autoridades del hospital y del Ministerio de Salud nuestro descontento y gran preocupación«.
Baltar, y todo el personal del Garrahan esperan una respuesta. «Nosotros y también los pacientes, porque ellos también están súper preocupados«, concluyó.