Años atrás Lorena Álvarez diseñó y vendió ropa. Tuvo un local y un taller textil. Le fue bien, le fue mal. En un momento, contra los consejos que le decían lo contrario, repartió las máquinas de coser entre los operarios y cerró todo. Es periodista y tiene «cinco trabajos», uno de ellos en «Pasos perdidos», el programa de la primera mañana en FM La Patriada. También es columnista en Revista Panamá y conduce el ciclo de entrevistas «La Cita», en el canal de YouTube «A ver». «Nos está faltando la crónica de lo común», aseguró en diálogo con La Patriada Web.
La Patriada Web: ¿De qué modo analizás este año de gobierno de Javier Milei?
Lorena Álvarez: Es un tiempo rarísimo. Lo sentís en la calle. Fabián Waldman, nuestro cronista, pone el micrófono en Once y le dicen: «Tengo esperanzas». En vez de haber enojo con el Gobierno, hay una esperanza. Y también pareciera que si vos te podés ir a Brasil de vacaciones y a mí me está yendo mal, entonces la culpa es mía. No es el país: es algo que vos hiciste mal. Además, da la sensación de que no hubiera otra alternativa política a la de Milei. Fíjate en lo que está haciendo con los gobernadores provinciales; los está recontra alineando. Esa es una sorpresa. Y otra sorpresa es la reacción de las clases medias autónomas, porque a Milei también le va bien en los primeros cordones del Conurbano. En las partes más pobres, gana Cristina, como en otro momento ganó el kirchnerismo y el peronismo. Pero si uno va a Vicente López, Villa Ballester o Ramos Mejías, gana Milei. Son esas clases medias prósperas autónomas ubicadas un escalón más arriba que las clases bajas.
La Patriada Web: ¿Por qué pensás que se da esa situación?
Lorena Álvarez: La gente está harta. Me pasó días atrás con dos dirigentes políticos avezados; uno, en una charla en una universidad con estudiantes, y otro, en una entrevista. Les pregunté una cosa puntual y me respondieron otra. No me contestaron. Estos tipos vienen con un programa de Gobierno distinto al de Milei cuando la gente votó dolarizar. Por eso están los esquemas Ponzi, las apuestas online… Los pobres también se quieren salvar como las clases medias no quieren pagar más impuestos. Las clases medias son el faro de los más pobres. Pero el faro de los más pobres ya no es Dolores Reyes leyendo “Cometiera”, sino que es Yanina Latorre, que llegó al living de Susana Giménez, al living de los sueños.
La Patriada Web ¿Cuándo empezaste a tener esta percepción de la sociedad?
Lorena Álvarez: Esto nace en la revista Gente de los 80. En los 90, Carlos Menem democratizó el lujo; el premio para unos pocos o para el que se podía endeudar sin importarle las consecuencias. Y en los 2000, durante el kirchnerismo, pasó lo mismo con el boom del consumo. A esa gente le daba lo mismo si Néstor Kirchner bajaba los cuadros de Jorge Rafael Videla. Fijate que el primer gran conflicto que tiene el kirchnerismo es con el campo y es por un concepto fiscal. Querían cobrar un impuesto más y se puso de culo a la clase media urbana. Sin embargo, aquellos fueron buenos años. Yo laburaba en un local de ropa y en los shoppings, allá por 2010 o 2011, había cola para comprar una babucha. Gente haciendo cola para pagar. No estoy hablando de ropa de segunda mano, sino de un Levi’s para el que la gente hacía cola a las 2 o 3 de la mañana. Había un boom del consumo. Cristina le empieza a tener miedo a esa situación y habla de la «sintonía fina» porque sabía que tenía que apretar a esa clase media. Ahora yo tengo mucha gente conocida que se va a ir a Brasil de vacaciones. No es mi caso, porque no llegó ni a Mar del Tuyú, pero este verano va a ser una fiesta para el 30% de la sociedad. El 70% restante está esperando cuándo será su turno de hacer lo mismo. Sin embargo, esa es la gente que lo apoya a Milei. Son los laburantes que llegan en tren a la estación Once. Los de los sueldos más bajos. Esos son los esperanzados. Y yo quiero saber qué piensa esa parte de la sociedad porque, de lo contrario, la derecha va a seguir ganando elecciones.
La Patriada Web: ¿Cómo se regenera la oposición con miras a las elecciones legislativas? El PRO y la UCR, por ejemplo, parece que no tienen lugar en la parte más conservadora de la sociedad porque ahí está Milei.
Lorena Álvarez: Hay algo que me sorprendió y es que, en un año de Gobierno, Milei se animó a todo. Aumentó las tarifas, despidió a miles de personas…. Son cosas que ningún otro Gobierno hubiera resistido. Y tiene mucha más decisión de la que tuvo Mauricio Macri en 2015. En otro momento hubiera habido 1.000 despidos y se cortaba todo. Pero Milei dijo algo muy interesante, que es casi un razonamiento de mucha gente. «Bueno, de algo vas a vivir. No te vas a quedar toda la vida esperando buscar trabajo. Venderás tortas, por ejemplo». De alguna manera, su hermana viene de ahí también con el mote de repostera. Mientras tanto, entramos en un diciembre soñado para cualquier presidente. Lo único que lo afectó, insólitamente, durante este año fue el conflicto de las universidades. Es raro que la misma gente que le pide echar a los piqueteros le dice que con la universidad, no. Porque todo el mundo asocia a las universidades con el progreso. Se metió con un sector muy conflictivo y, sin embargo, salieron por la tangente cerrando la AFIP, que es el enemigo público número uno del país. Neutralizaron una discusión con otra. La calma social es indudable. Vinieron aumentos enormes en las tarifas y yo misma me encontré pagando facturas con un monto impensado. Estoy cansada, tengo cinco trabajos y no tengo ganas de nada. Yo misma me encontré en una situación de injusticia. Al mismo tiempo hay que decir que Argentina tiene una clase media urbana con una capacidad de resurgimiento que es indudable. Y Milei confía en eso porque conoce a esa clase media y les dice: “De algo van a vivir y quizá les vaya mejor que atada al Estado».
La Patriada Web: En «La cita», el ciclo de entrevistas que conducís en el canal de YouTube “A ver”, conversaste en varias ocasiones con dirigentes como Eduardo Duhalde, Felipe Solá, Graciela Camaño, Jorge Yoma y otros. ¿Qué diferencias encontrás entre aquellos referentes de la política y los actuales?
Lorena Álvarez: Tienen una capacidad de explicar las cosas de un modo diferente y que tenían una idea de país. Yo me río porque son personas a las cuales no voté nunca y hasta marché en contra de ellas, pero tienen el mérito de que te podés sentar con ellas, charlar y diferir en las opiniones. Creo que se rompieron los consensos. El otro es un enemigo y está mal visto dialogar. Terminan siendo vistos como la casta. La lógica del amigo-enemigo, en algún punto, terminó quebrando al peronismo de su base social. Nos está faltando la crónica de lo común. Por ejemplo, la rosca política estaba muy bien vista en cierto círculo que tiene buena prensa -intelectuales y literatos-, pero no tuvo la capacidad de explicarle a la gente común qué modelo de país quería implementar y por qué. Además, cuando la economía empieza a caer, la política comienza a ser cuestionada. Yo conozco gente a la que le iba bárbaro económicamente y en dos años se terminaron cayendo. Ese altibajo emocional de las personas comunes se la terminaron cobrando a la política tradicional. Esa es una lógica que la política no entiende. Cree que la gente es mala y la gente lo que quiere es cubrirse, por ejemplo, de los efectos de una crisis. Cuando uno habla de 2002 hay que decir que al poco tiempo del estallido social, ponele a los seis meses, había muchas personas que ya se habían acomodado.
La Patriada Web: ¿Cómo puede recuperar el peronismo esa base social de la que hablabas antes?
Lorena Álvarez: Está muy complicado. Cumplimos 41 años de democracia y hay un cansancio en la sociedad. Milei fue algo nuevo de verdad. Ahora, te voy a decir algo: mañana tenemos esta charla en un canal de televisión y habrá gente que diga: «A estos dos los voto». No tenemos pasado, historia, rosca… No tenemos nada, pero podríamos ser electos. Va a costar la renovación del peronismo con las mismas personas. Es igual a lo que pasa después de un divorcio y te reencontrás con tu ex pareja. Te cuesta mucho volver a relacionarte porque es la misma persona que te dejaba las medias tiradas, que no lavaba la ropa ni hacía la cama. No sé si se puede recuperar el fuego sagrado. Tenemos un problema porque la próxima promesa de campaña no puede ser la vuelta del asado. La gente votó a Milei porque iba a recortar todo y a dolarizar. Todavía está esperando que cumpla esto último.
La Patriada Web: ¿Cómo son las mujeres del mileísmo?
Lorena Álvarez: Las derechas suelen darle un lugar preponderante a las mujeres. Pasó en el menemismo con todo aquello de “Los Ángeles de Charlie”: Claudia Bello, María Julia Alsogaray, Adelina de Viola, Matilde Menéndez… Hubo mujeres que tuvieron poder de verdad y que eran absolutamente cercanas a Menem en un momento histórico. Hoy vuelve a pasar lo mismo aunque son distintas a aquellas. Las mujeres del mileísmo tienen mucho de gente común, de algo silvestre. De la rama femenina del peronismo que encabezaba Irma Roy. Todas tienen una cercanía con la gente que no la podemos lograr desde el peronismo de los últimos años. Una cercanía que no logra, por ejemplo, Mayra Mendoza pese a que algo bien hizo porque se reeligió en Quilmes. Sin embargo, no la imagino siendo la próxima gobernadora aunque tome mate. Se habla de la necesidad de tener cercanía a la gente, pero a qué gente. Argentina es un país mayoritariamente más conservador de lo que se cree. Cualquier señora de mediana edad que vive en un barrio tiene el rubio de Karina Milei y se visten así de mal. Vos vas al centro de Ramos Mejía y encontrás más de 20 Karina Milei por metro cuadrado. Y se llama Karina, que es un nombre común de los 70. Estamos mirando a los Catriel pero la elección la ganó uno que se llama Javier y que tiene una hermana llamada Karina. Y Victoria Villarruel también tiene una estética muy particular, como la de la secretaría del escribano o la jefa de cuentas de un banco. Se parecen mucho a las mujeres de la clase media urbana. Hay un triunfo estético del mileísmo. En eso Milei está mejor asesorado. Si Jaime Durán Barba fue el gran estrategia de Macri, sus alumnos, los Santiago Caputo, superaron a los profesores. No están aplicando comunicación, sino psicología. Ya no importa cómo se comunica, sino que es una cuestión estética. La gente siente, no piensa más. Milei interpreta todo eso. Nosotros somos una gran confluencia de una cultura progresista fuerte que ahora debe aceptar que tiene que acoplarse a otra más conservadora y escuchar sus problemas.